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Prometer la Bandera /Un emotivo texto del Maestro Juan Pedro Mir

Esta nota fue publicada primero en "La Diaria". La reproducimos con autorización de su autor.

Las fotos no están en la nota original sino sólo en este portal.

¿Cuál es el sentido de generar una movida familiar (muchas veces próxima al stress) que permita a nuestros niños ser vestidos como hombres del Montevideo Antiguo y las niñas (ataviadas de pañuelo, pollera y peinetón), representar a adustas señoras Coloniales?

¿Para qué se insiste en presentar año a año, pregones más o menos repetidos, bailes tradicionales que ya no se practican en ningún espacio privado y cantar canciones que no se van a escuchar en las emisoras más populares?

 

Años atrás, un acto patrio, en la Escuela Integral Hebreo Uruguaya de Montevideo
Años atrás, un acto patrio, en la Escuela Integral Hebreo Uruguaya de Montevideo

 

¿Qué significa que un niño, una niña o un adolescente, prometa o jure  “honrar y respetar” el Pabellón Nacional? ¿Para qué hablar del Ideario Artiguista, convocar a las familias, organizar la fiesta que año a año se repite a sí misma?

Básicamente por una razón: porque desde que somos una especie basada en la cultura y vivimos en sociedad, los humanos construimos ritos que nos llaman a estar y sentirnos más juntos y ser parte de algo más grande y trascendente que los avatares cotidianos.

No importa dónde estemos, ya sea en las democracias nórdicas (que hasta reyes siguen teniendo hoy en día) o en las tiranías más totalitarias, la bandera, el himno y la nación, son representaciones que siguen viviendo (y hasta acentuándose) en esta globalización.

El rito del 19 de Junio, sin duda podría ser un mero trámite administrativo o una escenificación de corte marcial o fascista. Pero no lo es.  Afirmar aquello es una profunda subestimación a las miles de maestras y profesoras que año a año, hasta en los momentos más duros del país, generaron y generan la convocatoria al acto patrio como una instancia para seguir apostando a un Nosotros.

En Artigas se encarnó el proyecto político republicano más radical de las revoluciones anticoloniales del siglo XIX. Con luces y sombras, llegó a concretarse como un personaje democrático y promotor de la Soberanía de los Pueblos. Abogó por vida pacífica y confederada con las provincias hermanas. Terminó su vida política en la absoluta austeridad.

Nuestro Pabellón nació trabajosamente en un siglo atravesado por guerras civiles entre hermanos. Corrió la sangre de nuestros tatarabuelos en el siglo XIX, pero fuimos capaces de ir construyendo un país moderno, educado, laico e integrador. Es cierto que nuestra bandera la empuñaron tiranos. Pero también es cierto que bajo su manto se cubrieron quienes lucharon por los derechos, la democracia y la justicia social. Hoy no está solamente en el Estadio, ella ondea donde se cura, se educa, se investiga y se cuida.

¿Cuánto pierden nuestros niños y jóvenes si como adultos no asumimos la tarea de señalar estos conceptos e intentar formar a “los nuevos “ al decir de Hanna Arendt,  en los principios que vale la pena mantener y sostener?

El rito laico y republicano de homenaje a los Símbolos Patrios es una oportunidad para estar más juntos, pensarnos en clave de derechos, recordar nuestras obligaciones y honrar lo mejor de nuestra herencia.  ¿Qué mejor lugar que el patio de nuestros centros educativos para encontrarnos y recordarnos como un proyecto que puede y debe contemplarnos a todos?

Ese es el sentido, por el que para muchos de nosotros, educadores en tiempos de complejidad y cierto desconcierto, concebimos que celebrar el 19 de Junio es una gran oportunidad y una irrenunciable responsabilidad.

Abanderados del Instituto Yavne, en un acto en la Kehila
Abanderados del Instituto Yavne, en un acto en la Kehila

 

Abanderados en un acto en el Memorial Recordatorio del Holocausto en la rambla montevideana
Abanderados en un acto en el Memorial Recordatorio del Holocausto en la rambla montevideana (Foto Salo)

 

Abanderas esperando para entrar a un acto, en la Escuela N° 217 Estado de Israel
Abanderas esperando para entrar a un acto, en la Escuela N° 217 Estado de Israel

 

Símbolo también para los hinchas apasionados (Foto: Gerardo Lehrer)
Símbolo también para los hinchas apasionados o en descanso
(Foto: Gerardo Lehrer)

 

El uruguayo israelí Ruben Friedmann, años atrás, en la tradicional fiesta del 25 de agosto organizada por la barra de amigos del Hanoar Hatzioni en Israel
El uruguayo israelí Ruben Friedmann, años atrás, en la tradicional fiesta del 25 de agosto organizada por la barra de amigos del Hanoar Hatzioni en Israel

 

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