La verdad detrás de las declaraciones de los Cascos Azules de la FINUL

La conclusión a la que llegó el Comandante de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano (FINUL, o UNIFIL  en la sigla original en inglés), era inevitable. Con su ataque a territorio israelí el domingo 1° de setiembre, Hizbala violó la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que fue adoptada al finalizar la así llamada Segunda Guerra del Líbano en el 2006.

La denuncia al respecto fue presentada oficialmente por las Fuerzas de Defensa de Israel. El domingo, cabe recordar, Hizbala disparo misiles anti tanque “Kornet” hacia un blindado israelí-que el ejército sostiene era una ambulancia militar-impactando en el puesto de Avivim ubicado junto a la comunidad civil homónima. El ataque terminó sin víctimas pero por poco, ya que uno de los misiles pegó a pocos metros del blindado, en el que viajaban en ese momento 5 soldados israelíes.

A raíz de lo sucedido, el Comandante de la FINUL, General Stefano Del Col, se reunió con el Primer Ministro de Líbano Sa´ad Hariri. Después del encuentro declaró: “Compartí  con el Primer Ministro mi seria preocupación por el incidente del 1° de setiembre registrado en la zona de operaciones de la FINUL  cuando misiles anti tanque reivindicados por Hizbala fueron disparados desde el sur del Líbano al otro lado de la Línea Azul”. Este término se refiere a la frontera reconocida entre Israel y Líbano. Y agregó en forma terminante: “Esa fue una seria violación del cese de las hostilidades y una gran violación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU”.

El General Del Col agregó que “el ataque con misiles desató fuego de represalia de las Fuerzas de Defensa de Israel y podría  haber conducido a una escalada no deseada de la situación que FINUL y las partes puede que no hubieran sido capaces de controlar, con lo cual se habría puesto en peligro la seguridad de la población local”.

Y este miércoles, un equipo técnico de la FINUL visitó, a pedido de Israel, la zona hacia la que Hizbala disparó. El informe al respecto será presentado por los Cascos Azules al organismo mundial.

HACIENDO MEMORIA
Estos son los hechos claves por los cuales hay tensión, alerta y preocupación, y por los cuales la población civil a ambos lados de la frontera está en peligro.

1)   Hizbala es una organización terrorista creada en base a una ideología islamista chiita radical, que aspira a aniquilar a Israel por las armas. No oculta su intención. Lo han declarado repetidamente. Fue establecida por Irán a comienzos de los años 80 del siglo pasado. Es el brazo de Irán en Líbano y actúa como su proxy en territorio libanés. Es una organización que opera dentro del marco libanés y hasta es parte de su gobierno, pero sirviendo los intereses de Irán. Es por eso que ha actuado en la guerra en Siria, en Yemen e Irak, siempre bajo las indicaciones de las Guardias Revolucionarias de Irán.

2)   Hizbala no oculta  su intención de destruir-si puede-a Israel o al menos, de dañarle seriamente. Las declaraciones de su jefe Hassan Nasrallah en este sentido han sido numerosas, ante cámaras, siempre en tono desafiante, hasta mostrando mapas de blancos posibles en Israel. Una de las herramientas principales que Hizbala quiere desarrollar-fue idea de su patrón, Irán- es un arsenal de misiles precisos capaces de causar destrucción masiva, de atacar sitios de importancia estratégica en Israel y de cobrar vidas de gran cantidad de ciudadanos israelíes.

3)   Ya ahora, mucho antes de los misiles precisos a gran escala, Hizbala tiene un gran arsenal. Es por cierto mucho más poderoso que el ejército del Estado libanés, cuya autoridad, de todos modos, no acata. Gran parte de su arsenal y de sus instalaciones bélicas de cara a una próxima guerra, se halla en medio de la población civil libanesa, en las aldeas del sur y en la propia Beirut. Allí tienen más de 100.000 misiles apuntando a Israel o almacenados para el día que decidan atacar.

4)    Antes mencionamos los túneles de Hizbala. Recordemos: en diciembre del año pasado Israel lanzó el operativo “Protector del Norte”, al descubrir una red de túneles cavados por la organización, que ya se adentraban en territorio israelí. Su único objetivo podía ser atacar la Galilea. Si no ¿para qué cruzaban ya al lado israelí?  Esos túneles violaban tanto la ya mencionada resolución 1701 del Consejo de Seguridad como la 1559 aprobada dos años antes, en el 2004. Ambas determinaban que todos los grupos armados de Líbano debían deponer sus armas, que todas las fuerzas extranjeras debían retirarse y que toda intervención extranjera en los asuntos domésticos de Líbano debía cesar. Israel se había retirado ya en mayo del 2000, lo cual fue reconocido oficialmente por la ONU.

5)   Fue en el 2006 que se encomendó a la FINUL la implementación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad. La resolución estipulaba claramente que Hizbala no debía tener ninguna presencia al sur del río Litani. Pero es Hizbala quien impone restricciones en el terreno por lo cual el margen de maniobra de la FINUL es limitado y no puede concretar su mandato de modo efectivo.

LOS DESAFÍOS

El problema está en la realidad que se esconde detrás de otras declaraciones del  Comandante Del Col, tras su encuentro con el Primer Ministro libanés.

Veamos primero qué dijo.

-      “La infraestructura de seguridad que la FINUL ha establecido a lo largo de la Línea Azul en colaboración con las partes y a través de nuestras operaciones coordinadas con las Fuerzas Armadas Libanesas, ha dado 13 años de calma y estabilidad en la zona”.

-      “Me siento muy reconfortado por la fuerte reconfirmación de parte del Primer Ministro (Hariri) respecto al continuo compromiso de Líbano por el cese de las hostilidades bajo la resolución 1701”.

-      “Es de enorme importancia que la zona entre la Línea Azul y el río Litani, esté libre de cualquier personal armado, instalaciones y armas que no sean del Gobierno de Líbano y la FINUL”.

El Comandante de los Cascos Azules tiene toda la razón del mundo. El problema es que la realidad en el terreno, es otra totalmente distinta. Las cosas, sí, deben ser como las describió. Pero no lo son. Y nos atrevemos a afirmar que él lo sabe.

Hizbala viola desde hace años la resolución 1701 y sí está presente en la franja de tierra adyacente a la frontera con Israel, contrariamente a lo que determinó la ONU. No, no aparecen como hombres uniformados y armados, pero es Hizbala bajo disfraz civil. Y las aldeas del sur, las casas de los civiles, están repletas de armas y misiles de Hizbala, cuyo único blanco será Israel.

Formalmente, sí, no dudamos que el Primer Ministro Hariri siente un compromiso para con la resolución que puso fin a las hostilidades. Lo contrario sería una locura. Líbano sufrió profundamente por el ataque de Hizbala a Israel, por lo contundente de la respuesta israelí. Hariri sin duda quiere  que se respete la resolución 1701 que limita a Hizbala aún sin nombrarlo. Pero en la práctica, seguramente también él sabe que su propio ejército, las Fuerzas Armadas de Líbano, no pueden imponerse a Hizbala, brazo de Irán en Líbano. Tampoco la FINUL. Esa es la desgracia de Líbano y de Israel.

 Respecto al primer punto de las citas del General Del Col: no ha sido la infraestructura tendida por la FINUL lo que trajo “calma y estabilidad” a la zona en los últimos 13 años. Ante todo, es la calma previa a la tormenta, porque desde el fin de aquella guerra, Hizbala se arma hasta los dientes y tiene hoy en su poder un arsenal muchísimo más poderoso que en el 2006. Cavó túneles que cruzaban a territorio israelí, y no fue frenado por la FINUL tampoco en zonas en las que estaba claro que hicieron la vista gorda, tal cual denunció explícitamente el embajador de Israel en la ONU Danny Danon.

En los últimos 13 años lo que hubo fue tranquilidad, aunque a veces muy tensa, ya que Hizbala optó por desarrollar bajo tierra sus esfuerzos bélicos y sus misiles precisos, sin un desafío abierto y público en el terreno. La razón es la misma por la que su jefe Hassan Nasrallah no sale desde entonces del bunker: sabe que está en la mirilla de Israel y que le conviene tratar de hacer todo a escondidas.

Cabe suponer que el General Del Col tiene la intención auténtica de hacer cumplir en forma absoluta y exacta la resolución 1701, pero que también sabe cuáles son sus limitaciones.