Entrevistas

Uno de los grandes expertos en Ciencias Políticas de Israel analiza.

Estos son los escenarios posibles en las elecciones israelíes

Abraham Diskin, uno de los referentes claves en Israel en el área de Ciencias Políticas, fue el Jefe del departamento de dicha carrera en la Universidad Hebrea de Jerusalem, enseña en el Centro Interdisciplinario Hertzlia, en el Colegio Universitariio “Shaarei Mishpat” y es miembro del Foro de pensamiento Kohelet. Su opinión es requerida a menudo por autoridades de gobierno. Fue el Director de la Asociación Israelí de Ciencias Políticas. Enseñó en universidades de Europa. Estados Unidos, Japón y Canadá, como catedrático visitante. Asimismo se desempeñó como asesor experto en estadística en la Comisión Electoral Central y Director del Consejo Supremo de Educación.

 Conversamos con él la noche antes de las elecciones. Este es su análisis.

 

 

P: Profesor Diskin ¿cómo ve el escenario político que puede emerger de las elecciones de este martes?

R: ES un poco complejo. Hay cuatro elementos que determinarán el resultado.

1)    El pasaje entre los bloques, tomando en cuenta lo que se votó en las elecciones de abril. Si tomamos como bloque por un lado los que quieren a Netanyahu y por otro a  los que lo quieren sacar-estos últimos van desde la Lista Conjunta hasta Liberman- según las encuestas de los datos en bruto que yo he visto y analizado, diría que el pasaje entre ambos bloques suele ir en beneficio de la izquierda. También hay casos de gente que votó por la oposición en abril y ahora dice que votará por la derecha, pero son menos.

O sea, hay gente que se pasa de la derecha a votar a Kajol Lavan. Y hay gente que antes votaba a Liberman como parte de la derecha, pero que ahora adopta su postura en el tema anti haredi, anti ultraortodoxos, y lo vota por eso, aunque eso significa pasarse al otro bloque. La mayoría, vota igual que en abril pero hay algunos movimientos, en general, como dije, de derecha a oposición.

2)    El pasaje dentro de los propios bloques. O sea, por ejemplo gente que votaba a SHAS, ahora pasa al Liud, gente que votaba a Avoda ahora votará por Kajol Lavan. Creo que los dos grandes partidos recibirán más escaños que lo que les dieron las encuetas. O sea que eso será a expensas de los partidos más pequeños, pero no necesariamente significa que habrá mayor estabilidad de gobierno.

3)    Está el tema de lo que en hebreo se llama “ajuz hajasima”, o sea el mínimo que un partido tiene que recibir, para poder entrar a la Kneset, con 4 escaños. La cifra oficial es 3.25% de los votos válidos. En la derecha, como es sabido, el partido Otzma Yehudit está en problemas. Yo creo que es más probable que no entre, que sí lo logre. Pero claro que no es seguro.

Quien está claramente en problemas es el partido laborista, Avoda. Es el partido en el cual el porcentaje de votantes fieles, o sea los que lo votaron en abril y dicen que volverán a votarlo ahora, es el más bajo de todos.Alrededor del 40%. Si esto se concreta en la realidad, o sea si la votación en la práctica es así, AVoda queda fuera del Parlamento. Claro que puede ser que a último momento, votantes de Kajol Lavan o de la Unión Democrática lo entiendan, y opten por votar a AVoda, para impedir su desaparición del mapa político israelí.

Es todo una lotería, porque si un partido no pasa, influye en todo el resto en la distribución de escaños.

4)    El cuarto tema es la tasa de participación. El tema de la votación de los árabes es muy serio, influye mucho. Entre ellos, el porcentaje de lealtad es muy alto. Si salen a votar, más o menos el 80% de los que votaron antes por la Lista Unificada, volverán a hacerlo ahora.

P: Pero la votación de los árabes suele ser menor que la de la mayoría judía ¿verdad?

R: Así es. Recuerdo que en el 2001, en las elecciones especiales entre Ariel Sharon y Ehud Barak, sólo el 20% de los árabes fueron a votar. En abril, fueron el 55% de los ciudadanos árabes con derecho a voto, frente al algo más del 70% entre los judíos.

P: ¿Quién se perjudica o se beneficia de una baja tasa de votación?

R: El Likud se perjudica si hay baja votación. Netanyahu sabe de qué habla cuando advierte al respecto.

P: Yo no sé por quién vota usted ahora, aunque sí conozco varias de sus posturas de centro, por un lado favorables a términos medios para llegar a la paz, a un Estado palestino que acepte a Israel, y por otro también crítico de posiciones de la izquierda.  Pero creo que por conocer tan a fondo la historia política de Israel, es clave preguntarle qué piensa sobre la posibilidad que Avodá desaparezca.

R: Te respondo contándote ante todo que en 1984 trabajé con el laborismo en las elecciones. Estaba en año sabático en Canadá, dejé allí a mi familia y me vine tres meses a trabajar como estratega de lo que en aquel entonces se llamaba Maaraj. Trabajaba, dormí y vivía esos meses en el cuartel electoral. Claro que el laborismo cometió sus errores, pero se me estruja el corazón pensando en que desaparezcan.

Propaganda electoral de Avoda-Gesher
Propaganda electoral de Avoda-Gesher

 

P: ¿Cómo es eso que dormía en el cuartel?

R: El partido alquiló unas habitaciones en el hotel Astor frente a la central laborista que en aquel momento estaba en Hayarkon 110 en Tel Aviv. Aquellas elecciones terminaron bien, con  un gobierno de unidad nacional que hizo cosas buenas, a pesar de todos los gritos antes.

P:  Como ciudadano, no necesariamente como experto en Ciencias Políticas ¿cómo ve la eventualidad que el partido Otzma Yehudit, considerado de ultraderecha, entre al Parlamento?

R:Sin duda Otzma Yehudit es la lista más extremista de la derecha. Me supongo que aún si la derecha recibe 61 escaños, la mitad más uno de la Kneset, no serán todos del Likud, o sea que de todos modos Netanyahu tendrá que negociar duramente con los posibles socios de coalición, porque cada uno tiene sus exigencias problemáticas. Y tampoco sin 4 escaños de Otzmá Yehudit le será fácil.

P: Aún así, ha dicho de antemano que su única opción es una coalición de derecha. Pero no siempre fue así.

R: Así es. En el 2009 y 2013 Netanyahu prefería apoyarse en el centro y la izquierda. Recordemos que sumó a Avoda a su gobierno, ofreció rotación a Tsipi Livni de Kadima, pero ella no entendió que aunque tenía más escaños que el Likud, no había ganado porque lo que contaba era el bloque. Ofreció a Barak que estaba al frente de Avoda y aunque tenía sólo 5 diputados, le ofreció 4 ministerios. Estaba claro que lo prefería por sobre la derecha, donde tenía mayoría. Pero ahora hay una polarización muy grande, la situación es distinta.

P: Entonces…¿se concretará lo que quiere Gantz, un gobierno de unidad nacional?

R: Creo que es altamente probable. Es que Gantz no puede formar gobierno sin desertores de la derecha, aunque tenga 65 escaños que lo apoyan, del total de 120, porque Avigdor Liberman no aceptará sentarse con la Lista Unificada. Y el Likud, aunque no tenga 61 escaños, o sea la mitad más uno, se alegrará si parte de Kajol Lavan se suma a ellos.

P: No sé si suena lógico concebirlo.

R: Yo sé que ahora puede parecer imaginario, pero siempre recuerdo las elecciones de 1984. Recuerdo lo que Itzjak Shamir del Likud y Shimon Peres del laborismo decían uno del otro. Pero cuando hubo empate, entendieron que debían unirse, y el gobierno que formaron no estuvo nada mal, lidió con problemas muy serios de Israel. Así que no hay que descartarlo para nada.

P: Precisamente recordando lo que usted dijo antes, esa preferencia de Netanyahu por ir con socios de centro, no de la derecha misma..¿Qué le pasó? En los últimos años ha adoptado posturas mucho más de derecha más que nada en su retórica en campaña.

R: Recuerda que las elecciones del 2015 fueron adelantadas porque el arreglo de Netanyahu con Tzipi Livni de Kadima y Yair Lapid de “Yesh Atid” estalló. Según lo que dice el propio Netanyahu, ellos conspiraron contra él dentro del propio gobierno. Después de un divorcio tan duro, casi no tuvo remedio y se fue directo a la coalición con la derecha. Pero yo creo que se puede aún cambiar de rumbo.

P: Me decía un colega suyo, el Profesor Gidoen Rath, que no entiende por qué Netanyahu hace una campaña de tono negativo, en contra, cuando debería bastar con destacar los logros que ha alcanzado.

R: Rath fue mi alumno en la universidad y le tengo gran aprecio, pero creo que en eso se equivoca. En política israelí, parecería que si no va a campaña negativa, si no asusta a los votantes, dirán que está en el centro. Es más efectivo inspirar miedo, porque la gente vota con las vísceras. El 95% de la gente vota como rebaño, lo que siempre votó….sólo el 15% está realmente dispuesto a cambiar de postura si analiza.

Hablando de cosas negativas, a mí me duele por Avodá el riesgo de que no entren el Parlamento. Y también llamo a los árabes a salir a votar. Me enoja que la izquierda los engañó con el tema de “jok haleom”, la ley Israel Estado nación del pueblo judío. Yo aprendo árabe y a mis estudiantes árabes les di la ley en árabe. Ellos saben que la ley no es contra ellos. En fin…

P: En esta situación ¿lo mejor es un gobierno de unidad nacional?

R: Si no fuera porque Gantiz prometió que no va con Bibi, yo apostaría mi cabeza a que habrá un gobierno de unidad nacional.

P: ¿Y Netanyahu no se irá? De todos modos está pendiente su tema jurídico.

R: No veo ninguna probabilidad que salga sin acta de acusación de la audiencia especial con el Fiscal del Estado. Puede que moderen los cargos en su contra, pero no darán del todo marcha atrás.Si no hubiera en la oposición un ultimátum que no van con Netanyahu por nada, el escenario más lógico sería sí el gobierno de unidad nacional.

Puede formarse un gobierno de unidad nacional sin Netanyahu, si él decide irse, o con rebeldes del Likud si se queda…Está bastante complicado.

Ana Jerozolimski
(17 Septiembre 2019 , 08:32)

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