Rabino Eliezer Shemtov

Rabino Eliezer Shemtov

Nacido en 1961 en Brooklyn, NY, recibió su título de Rabino de United Lubavitcher Yeshivoth en 1984. En octubre de ese mismo año se casó con Rachel Chitrik. Pocos meses después (en febrero de 1985), a pedido de la Comunidad Israelita del Uruguay, el matrimonio fue enviado al Uruguay por el Rebe de Lubavitch - que su mérito nos proteja - para fundar el Beit Jabad en ese país y dirigir sus actividades educativas, culturales y sociales. Es Director General del Jabad Uruguay, conferencista y autor de numerosos artículos, principalmente sobre temas del judaísmo en la actualidad. Sus artículos y entrevistas han aparecido en medios comunitarios, nacionales e internacionales. 

Columna de opinión

Ni para adelante, ni para atrás

Introducción

Los dos padecimientos que más afligen y paralizan —y cada vez más— a la humanidad hoy en día son la ansiedad y la depresión. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud más de 300.000.000 personas sufren de depresión a nivel mundial.

Cada uno de los trescientos millones es un mundo, y cada situación requiere su evaluación, diagnóstico y tratamiento propios. Hay, no obstante, herramientas que pueden ayudar a todos de una manera u otra, además de la atención profesional que pueden llegar a necesitar en forma particular.

En esta nueva serie exploraremos la lectura bíblica semanal para encontrar enseñanzas que pueden servir de “herramientas” para ayudarnos a mejorar los estados de ánimo como también los de nuestros seres queridos.

El título “Ni para adelante, ni para atrás”, alude a la plegaria nocturna en la cual pedimos a Di-s para que “nos saque el Satán de delante nuestro y de detrás nuestro”. Las herramientas más efectivas que el Satán tiene para paralizarnos son el miedo por lo que nos espera en el futuro (la ansiedad) y el remordimiento por lo que hicimos o no hicimos en el pasado (la depresión).

Lo invito, estimado lector, a unirse a mí en este fascinante viaje. Sus comentarios serán más que bienvenidos. Aprovecho para agradecer a la estimada Directora de Semanariohebreojai , Ana Jerozolimski, por la confianza en la propuesta y el espacio cedido.

¡Abrochémonos los cinturones!

Bereishit

Si tan solo tuviese….

¿Alguna vez pensaste: “si tan solo tuviese tal o cual cosa o situación estaría feliz…”?

Generalmente es un razonamiento falaz. La alegría no depende de lo que tengamos o no, sino de cómo percibimos lo que tenemos y no tenemos.

¿Qué mejor ejemplo que el de Adán y Eva en el Jardín de Edén? ¿Les faltó algo? No obstante, lograron complicarse solos. Había tan solo un árbol cuyas frutas Di-s les había prohibido y no pudieron resistir la tentación de comer ¡justo de ese árbol 1! Y para colmo, de acuerdo a una opinión de nuestra tradición, el árbol en cuestión era la vid y tenían que abstenerse de sus frutos tan solo unas horas hasta que empezara el Shabat, hacer el Kidush sobre el vino y así inaugurar un Shabat eterno. ¿Por qué no pudieron aguantar?

Es la naturaleza humana querer justo lo que no puede tener y no valorar lo que sí tiene.

Parece increíble —aunque pasa demasiado a menudo— pero cuando Di-s le viene a rezongar a Adán por haber comido del árbol, culpa a “la mujer que diste para estar conmigo” por haberle ofrecido comer del árbol[1]. ¡Qué ingrato! Di-s le había dado una mujer porque vio cuánto sufría estar solo[2] y en vez de apreciar el tesoro que tenía se dejó distraer por lo que no tenía...

El Rebe, que su mérito nos proteja, en una carta[3] a un individuo que solía quejarse de la vida escribe:

“En el mundo en que vivimos todo contiene una mezcla del bien y mal. El hombre debe elegir cuál aspecto quiere enfatizar, contemplar y perseguir...

“Cuán instructivo es lo que nos dicen nuestros sabios que Adán era un desagradecido. Aún antes de ser expulsado del Jardín de Edén (encontrándose en un paraíso literal), se quejó de su realidad.

“Por otro lado, hubo hombres y mujeres judíos quienes agradecieron y bendijeron al Creador, recitando las bendiciones matinales mientras vivían en las condiciones más atroces de los campos de concentración alemanes. En última instancia, las circunstancias de cada individuo se situará en algún punto entre estos dos extremos.

“Mi objetivo no es amonestarlo, sino destacar una realidad: el tipo de vida que vivimos, si será llena de satisfacción y sentido o lo contrario, depende, en gran medida, de nuestra fuerza de voluntad, que determina si pondremos el énfasis en lo positivo o lo negativo.”    

Somos capaces de quejarnos de las condiciones en el paraíso como sentir gratitud en las condiciones más inhumanas del infierno de un campo de concentración.

Uno de los ayudantes personales del Rebe, el rabino Berl Junik, contó que el Rebe se le confió una vez diciendo: “trabajé sobre mi mismo para siempre ver las cosas con una luz positiva; de no ser así no hubiese podido sobrevivir”.[4] Conociendo el sufrimiento personal de todo tipo por el que el Rebe pasó, además de los de las multitudes quienes compartían sus situaciones personales con él, uno puede apreciar que lograr dicha perspectiva no es poca cosa...

Así que la “herramienta” de esta semana es la siguiente pregunta: ¿Las circunstancias de tu vida están bien o mal independientemente de cómo las miras o precisamente como consecuencia de ello y un cambio de actitud se verá reflejado en la realidad?


1] Génesis 3:12.

[2] Talmud, Avodá Zará 5b y comentario de Rashi.

[3] Igrot Kodesh vol. 20, p. 41.

[4] Citado en la Introducción al libro Positivity Bias

Rabino Eliezer Shemtov
(29 de Octubre de 2019 a las 14:37)

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