En comunidad

Una semana como un uruguayo no judío en Tel Aviv

Por Fabian Alvarez

Con el comienzo de un nuevo Shabbat en Tel Aviv termina una semana y comienza una nueva. Para mí, como persona no judía se siente extraño que el domingo sea el primer día de la semana pero arribé un domingo al Aeropuerto Internacional Ben Gurión y la amiga que me hospedaba estaba trabajando.

Cuando uno viaja, en especial cuando uno está de vacaciones y desconectado, poco importa que día de la semana es. Sin embargo cuando decidí embarcarme en esta aventura lo hice en una semana especial porque para la mayoría del mundo en esta semana que pasó se conmemoró el último día de 2019 y el comienzo de 2020. En estas fechas generalmente la gente decide pasar en familia, con sus afectos y sin embargo por segunda vez en mi vida (la primera fue al irme a estudiar un año al extranjero) pasé Año Nuevo en otro país, con amigos que no son los más cercanos pero que sin dudas hicieron cálida mi llegada.

Mis impresiones acerca de Tel Aviv, la primera ciudad que visito de Israel y en la que permaneceré hasta el final del Shabbat van variando a medida de que van pasando los días y mi experiencia, como la de todos, no es extrapolable. Como hombre gay en la ciudad más gay friendly de Medio Oriente y como hombre con amigos y conocidos por diversas ciudades de Israel y que conoce, aunque de segunda mano, algo de la cultura judía y de lo que iba a esperarme al entrar dentro de Israel, no existió un shock cultural importante pero sin lugar a dudas todos mis sentidos se activaron enormemente desde que pisé este lugar.

Para comenzar considero que caminar y mezclarse con la gente y preguntar e intentar comunicarse con los locales es la mejor forma de conocer una ciudad. En Tel Aviv hablando inglés o algo de hebreo realmente uno puede pasar los días con comodidad. Sin embargo existen también personas que hablan muy bien español, aunque no confiaría, viajando solo y con un presupuesto limitado, en encontrar a esa gente.

La comida es un capitulo aparte, buraka, shwarma, hummus y falafel, mezclas de comidas de todos los paises de donde vinieron y vienen quienes forman Israel y la ubicación del país en el Medio Oriente hacen que los sabores sean increíbles, diferentes, picantes y despierten esos sentidos que quienes tenemos una dieta bien uruguaya tenemos absolutamente dormidos. Sin embargo, conozcamos o no lo que comemos, va a ser rico, el riesgo es simplemente que nos parezca muy picante, pero sin dudas no  nos encontramos en el lejano oriente donde uno a veces en broma, a veces en serio piensa que está comiendo carne de perro o algún insecto frito.

 

Estos días han sido, sin lugar a dudas, agotadores en todo sentido. Contar con un celular con internet para poder verificar los mapas lo creo esencial así como también para poder comunicarte con aquellas personas que pueden ayudarte en tu país de destino como también para tener algo de conexión con tu lugar de origen porque viajar alrededor de un mes hace que, para algunos de nosotros, sea fundamental poder estar comunicados, compartiendo nuestro viaje con nuestro entorno.

 

También para aquellos que nacimos o que crecimos con el desarrollo de redes sociales y que además a veces tenemos dificultades a la hora de víncularnos y simplemente ir a un bar y hablar con cualquier persona, como es mi caso  (y supongo que viajando solo, en mayor o menor medida, el de todos) no nos es facil, es fundamental el acceso a redes sociales. En mi estadía en Tel Aviv ha sido clave una aplicación para mayormente hombres gays que se llama Grindr y que en el mundo entero funciona como una red de citas o encuentros furtivos. En Montevideo jamás ha sido una red que me haya dado utilidad en un sentido más significativo y de hecho no suelo tenerla instalada en mi teléfono. Sin embargo en Tel Aviv me pareció que sería útil tenerla.

 

Dentro de las personas que conocí a través de esta aplicación narraré el encuentro con algunas de ellas. El primer hombre se llama Guy y forma parte de los jóvenes de entre 18 y 22 años que forman parte del servicio militar obligatorio en Israel. En Tel Aviv, como supongo en las otras ciudades que visitaré, es común ver a estos chicos y chicas tan jóvenes uniformados e incluso portando armas de gran calibre por las calles, en una ciudad de un país donde uno sabe que existe un conflicto y que además las relaciones con muchos de sus vecinos son tensas, pero en la cual se siente un microclima de absoluta seguridad, muy poca pobreza y llena de vida.

 

En las noticias acerca de Israel pueden aparecer comentarios acerca de como es la situación entorno a la defensa del Estado, al ejército y un sin fin de etcéteras. Sin embargo la mayoría de los artículos que uno lee o de la televisión que uno mira no entrevista a ninguno de esos miles de jóvenes que hacen el servicio militar y que quizás sigan trabajando en el ejército y por tanto no los humaniza. En Guy vi un joven gay que podía ser parte del ejército, que se preocupaba por tener que siempre estar uniformado y que entonces trataba de hacer que su uniforme se viese lo más sentador posible, que le gusta viajar y que la mayoría de sus amigos gays son parte también del servicio militar, que me contó que dentro de las IDF existe una unidad donde hay personas que ayudan a otras a terminar su proceso de escolarización, que le interesa viajar y que aún no sabe que quiere estudiar cuando deje de ser parte del servicio militar obligatorio. Es decir, vi a un joven como fui yo a su edad, lleno de dudas, buscando su camino y que realmente dejaba de intimidarme y cuyo uniforme pasó a ser simplemente ropa.

 

A propósito de la pobreza mencionada anteriormente sí ví una persona en situación de indigencia y hablando con un israelí (criado en un kibbutz y en vínculo con el arte y con árabes que buscan coexistir) reflexionamos acerca de lo que significa ser pobre en una sociedad como la israelí, donde sin dudas una persona sin techo es pobre pero también muchas personas que no acceden a ciertas comodidades que otras sí pueden considerarse pobres no siéndolo en sociedades como la uruguaya donde ser pobre no necesariamente es tener menos privilegios que un vecino sino la carencia de elementos más básicos.

 

Ser “sheygetz” o más amablemente “goy” o gentil también me hizo caer en poca planificación a la hora de pensar mis actividades en Shabbat dado que, por ejemplo, no cambié dinero con tiempo suficiente como para tener durante el sábado moneda local y gracias a la gentileza de un israelí pude cambiar dinero.

 

Al ser enero invierno en Israel el clima puede ser muy variable y las lluvias han sido noticia por acontecimientos trágicos pero yendo a lo más banal afectan también al turista que quiere realizar actividades en una ciudad que está pensada para ser caminada y disfrutada con con un clima más favorable. Sin embargo existen museos como el Museo de Arte de Tel Aviv en el que se puede pasar tiempo pero no es barato. La entrada cuesta 50 shekels, es decir alrededor de 500 pesos uruguayos. Otro museo al que asistí, el Beit Hatfutsot, también tenía un costo similar.

 

Con el pasar de los días voy aprendiendo algunas palabras, voy encontrandome más ubicado en esta ciudad que es un rectángulo y voy sintiendome más confiado en mis habilidades para ser un turista pero  sintiéndome libre de vivir una aventura. Sin dudas no me quedan demasiados días en Tel Aviv dado que por más que Israel sea un país pequeño tiene muchos rincones interesantes para visitar y mi espíritu está deseoso de seguir imprimiendo imágenes de paisajes que me quedarán grabados para siempre.

Ultimas Noticias Ver más

MiSinai
Mundo Judío

MiSinai

27 Marzo 2024


¡No Seas Demasiado Humilde! - La Eterna Llama Interior - Control de Impulsos - Preparativos para Pesaj  

 Los viejos nuevos crímenes de Hamas
Noticias

Los viejos nuevos crímenes de Hamas

25 Marzo 2024


Contra Israel y contra los propios palestinos

Esta página fue generada en 0.0495560 segundos (3643)
2024-03-28T05:06:07-03:00