Mundo Judío

MiSinai

Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 33. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.

No. 33
Shemot
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 17/01 19.42 y Punta del Este 19.37
Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

¿POR QUÉ A MI?

Por Yanki Tauber

Probablemente es la pregunta más vieja en la historia del pensamiento humano. Seguramente la más perturbadora, infrecuente e insatisfactoriamente contestada: ¿Por qué? ¿Por qué cosas malas le pasan a gente buena?

Todos hacen la pregunta: filósofos, teólogos, carniceros, panaderos, fabricantes de velas... Nadie realmente la responde. La Biblia dedica los 41 capítulos del Libro de Job al asunto, ofreciendo varias explicaciones interesantes para luego refutarlas todas, concluyendo que el hombre no puede entender los caminos de D-os.

Para la mayoría, la protesta contra el mal es algo que hace emerger los propios enfrentamientos de uno con las áreas ásperas de vida. Un verdadero líder siente el dolor de su gente como suyo propio y su inagotable grito es el inagotable grito del sufrimiento humano.

No tomó mucho tiempo a Moisés emitir ese clamor. Poco después que D-os se le apareció en la zarza ardiente para nombrarlo el liberador de Israel, Moisés regresó.

"Y Moisés regresó a D-os y dijo: "Mi Amo, ¿por qué haces el mal a este pueblo? ¿Por qué me has enviado? Pues desde que vine ante Paró a hablarle en Tu nombre, él maltrató aún más a este pueblo. Y Tú, no has salvado a Tu pueblo'' (Shemot 5:22-23).

¿Y qué le dice D-os? Espera sólo un momento más y verás que todo saldrá bien al final. Palabras alentadoras, sobre todo si vienen del propio D-os; pero todavía ninguna respuesta para la suprema pregunta.

¿Fue una debilidad de Moisés protestar por la manera de D-os de hacer las cosas? Una lectura superficial de los textos Talmúdicos y del Midrash sobre el diálogo de Moisés con D-os sugeriría que lo fue. Moisés es criticado por no estar a la altura de la fe incondicional de los Patriarcas; para algunas opiniones, incluso es castigado por su arrebato.

Pero una regla fundamental del estudio de Torá es que "la Torá no habla negativamente, ni siquiera de un animal impuro" a menos que haya algo positivo, alguna enseñanza que aprender. ¿Con qué propósito la Torá nos cuenta sobre el arrebato de Moisés?"

Algunos dirían que esto es para enseñarnos que incluso grandes hombres como Moisés pueden experimentar duda y desesperación. El Rebe de Lubavitch, sin embargo, tiene una visión diferente. La protesta de Moisés a D-os, dice el Rebe, no era una falta de fe, sino un acto de fe del orden más alto.

De hecho, la pregunta/protesta/clamor, "¿por qué haces el mal a este pueblo? sólo puede salir de los labios de un verdadero creyente. El no creyente, también, puede enfurecerse por la crueldad y el sufrimiento que abunda en nuestro mundo, pero simplemente ¿con quién se enoja? ¿Con las ciegas maneras del destino? ¿Con el olvidado e impersonal dios de las leyes físicas y los procesos evolutivos? ¿Con las combinaciones aleatorias de quarks que constituyen el universo?

Incluso personas que creen en D-os no necesariamente lo confrontan como lo hizo Moisés. Ellos pueden creer que Él no es el verdadero responsable de todo lo que respira en el mundo. Pueden no estar convencidos de Su suprema bondad. Pueden pensar que es en vano protestar, ya que a Él no le importa cómo se sienten. O quizá simplemente todo está bien en sus vidas, y lo que les pasa al resto del mundo no los involucra.

El verdadero creyente, por otro lado, sabe que todo lo que pasa, simplemente pasa porque se Lo ordena desde arriba. Sabe que D-os es esencialmente bueno y sólo emana bondad de Él. Y también sabe que el hombre puede hablar con D-os y puede esperar una contestación a sus súplicas. Así que solo puede clamar: "¡Mi Amo, por qué has hecho mal a Tu pueblo?!"

Esto es lo que debemos aprender de Moisés. Debemos hablar a D-os, confrontarlo, preguntarle: ¿Por qué hay maldad y sufrimiento en Tu mundo? Nosotros no sabemos lo suficiente para entender la respuesta; sin embargo debemos creer y ocuparnos lo bastante como para hacer la pregunta.

IDENTIDAD JUDÍA

"Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron a Egipto." (Shemot 1:1)

El exilio físico de los judíos era su esclavitud forzada; su exilio espiritual era su esclavitud psicológica a la cultura del país en que vivían. A pesar de que muchos judíos se asimilaron debido a su exilio, otros, debido a la fe en su destino, lucharon por mantener su identidad judía, rehusando abandonar sus nombres y lenguaje judíos.

Fue recién después de revelar su identidad interior en respuesta al desafío del exilio, que el pueblo judío estaba en condiciones como para recibir la Torá. El propósito de la Torá es enseñarnos cómo traer conciencia Divina a los aspectos más mundanos de la vida, incluso aquellos que inicialmente se oponen a la Divinidad. En el exilio, el pueblo judío aprendió cómo sobreponerse a esas fuerzas.

Lo mismo se aplica a nuestro exilio actual: el aferrarnos tenazmente a nuestras tradiciones (incluso a aquellas que no parecen importantes) acelerará nuestra redención. Los desafíos que superamos nos purifican y preparan para las revelaciones Divinas sublimes que acompañarán la inminente Redención final.

Torah Or 49a ff; Or HaTorah, Shemot, vol 1., p. 11. Sefer HaMa’amarim 5737, p. 118. Likutei Sijot, vol. 3, pp. 843–848, vol. 16, pp. 34–37, vol. 26, pp. 301–305.

Shemot (Éxodo) 1:1 – 6:1

La primera sección del libro de Éxodo comienza listando los nombres (Shemot en Hebreo) de los hijos de Jacob, y luego relata el aumento de sus descendientes hasta convertirse en una nación y su esclavitud en Egipto. A medida que las condiciones de la esclavitud empeoraron, los judíos clamaron a D-os. Entonces D-os encarga a Moisés con la misión de liberar al pueblo judío de la esclavitud para que reciba la Torá. D-os les informa que el propósito de su redención es que puedan asumir su rol como líderes morales de la humanidad, dirigiendo al mundo hacia su objetivo Divino: servir como el verdadero hogar de D-os.

LA BUENA VISTA

Un jasid que visitó al Rebe de Lubavitch para pedir una bendición para su hijo que cumplía Bar Mitzvá, recordó en medio de la audiencia privada a su vecina judía, que sufría de una enfermedad terrible en sus ojos y apenas veía. La situación empeoraba día a día y por eso decidió pedir una bendición para ella también.

El Rebe oyó la historia y preguntó: "¿La mujer come casher?". El jasid respondió que se conducía como la mayoría de los judíos americanos. El Rebe le dijo seriamente: "Muchos judíos americanos comen casher. Habla con ella y dile que desde hoy en adelante coma alimentos casher y D-os mediante, la enfermedad se marchará". Y así fue. La mujer comenzó a cuidar la dieta del cashrut y lentamente la visión se mejoró por completo.

HAVDALÁ

El gusto del vino de la Havdalá se disuelve rápidamente en nuestro paladar, pero el resplandor del Shabat continúa. Después de 25 horas sumergidos en la deliciosa aurea de la santidad del Shabat, nuestra alma extra de Shabat se retira. Anhelamos algún alimento espiritual que llene el vacío.

Por eso nos sentamos para una comida especial llamada Melavé Malká, que significa “Escolta de la Reina”, siendo la reina el día de Shabat, a quien le dimos la bienvenida cuando entró el viernes por la noche. En forma óptima, deberíamos servir una comida completa con pan, carne y vino, pero generalmente solo queda lugar en nuestros estómagos para un bocado. Sin embargo, al menos intentamos lavarnos las manos para el pan, y también probamos un poco de comida, poniendo la mesa nuevamente con mantel fino y velas, resaltando la ocasión con canciones e historias. Muchos continúan vistiendo las prendas especiales de Shabat el Sábado a la noche.

Las historias son cuentos de hombres y mujeres justas. Las historias del Baal Shem Tov son muy bien recibidas, como así también las del Profeta Elías. Las canciones giran alrededor de Elías, el Rey David y el Rey Mesías, nuestro justo redentor pronto por venir.

Cómo ve, el Shabat es más que un día de descanso; es una anticipación de la era mesiánica. A medida que el día parte, esperamos y deseamos lo importante, el anuncio de Elías de la llegada del Mesías, el justo vástago de la Casa de David.

De acuerdo a la tradición, hay un hueso pequeño y totalmente indestructible en el cuerpo llamado luz, ubicado en la base del cráneo, donde descansa el nudo de los tefilin. Es de ese hueso que D-os reconstruirá todo el cuerpo cuando llegue el tiempo de la Resurrección de los Muertos. (Hoy, con nuestro conocimiento del ADN, esta antigua tradición no parece para nada ilógica). El luz se nutre solo de la Melavé Malká. Aliméntelo mientras pueda.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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