Israel

El estado de Israel es todos nosotros

El Sargento Primero  Sultan Shibli es uno de los jóvenes soldados beduinos del ejército israelí, distinguido tiempo atrás como uno de los destacados de las Fuerzas de Defensa de Israel y recibido por ello con honores  junto a otros compañeros de distintas unidades y credos, por el Presidente de Israel Reuven Rivlin.  

 Le comentamos que el clan Shibli es uno de los más grandes y conocidos de Israel, a lo que respondió que era un “nuevo inmigrante” al clan y que de hecho su apellido original era otro, Yamahane, por su padre. Tanto su madre como su padre son beduinos pero el padre viene de la localidad árabe de Kafar Kana, donde la mayoría no son beduinos y donde la familia vivía.Cuando Sultan decidió reclutarse a Tzahal, ambos padres lo apoyaron, pero la familia del padre se opuso. Ello llevó a un conflicto familiar por el cual sus padres terminaron divorciándose, su padre permaneció en el lugar junto a su familia original y Sultan adoptó el apellido de su madre, instalándose también en la localidad que da el nombre al clan-o viceversa- Kfar Shibli.

 Tiene una hermana de 17 años y un hermano de 15. Su hermano vive en Kafar Kana con su padre y él vive con su madre y su hermana en el monte Tabor, en Kfar Shibli.

Sultan entró al ejército en el 2014, sirvió dos años y medio como combatiente en el batallón beduino en distintas zonas y luego comenzó una función diferente, como responsable del reclutamiento de voluntarios a las filas de Tzahal.  Claro está que la referencia es a jóvenes árabes que no tienen obligación por ley de servir en las Fuerzas de Defensa de Israel pero que si desean hacerlo, pueden presentarse como voluntarios.

También es enfermero y en Iom Haatzmaut iba a recibir una distinción también del cuerpo médico del ejército, pero no pudo ir porque a la misma hora estaba en la residencia presidencial.

 

Foto: Portavoz de las FDI

Este es un resumen del diálogo mantenido.

 

Sultan, estás dedicado al reclutamiento de quienes como tú, no tienen obligación de enrolarse pero deciden hacerlo.

 

Así es, especialmente al batallón de patrulla beduino, aunque no todos sus miembros son beduinos y hay otros árabes musulmanes.  Ahora mi responsabilidad es el reclutamiento en la zona norte del país, alentando a jóvenes a presentarse como voluntarios. Y he llegado a lugares a los que nadie había llegado antes.

¿A qué te refieres?

A localidades en las que la gente antes no concebía vestir uniforme y decir siquiera la palabra “Tzahal”, las Fuerzas de Defensa de Israel. Lugares extremistas, en los que vive mucha gente que tiene posturas contra el Estado.  Gracias a Dios, logro transmitir el mensaje también en esos lugares, por mi voluntad, por mi convicción de que el Estado de Israel es de todos nosotros y que garantizar la convivencia plena es mi misión. Por eso voy con la cabeza bien erguida , con plena fe en mi cargo, sintiendo que estoy haciendo algo sagrado, cumpliendo un mandato nacional. He logrado reclutar un gran número de voluntarios y mi camino sigue adelante. Ahora ya he cumplido tres años de servicio y estoy entrando ya en lo que se llama “keva”, o sea el servicio que va más allá de lo básico, por más tiempo.

¿Cómo explicarías el éxito que has tenido en este desafío que te planteaste de reclutar voluntarios también en lugares, digamos, problemáticos?

He logrado reclutar el triple aproximadamente de voluntarios de lo que había antes. Cada dos meses entran más de 50 jóvenes al batallón beduino y más de 150 al ejército en general. Y estoy seguro que esto es una esperanza de mayor convivencia en el Estado de Israel. Creo que lo ideal sería que todos los árabes ciudadanos de Israel lleguen a hacer servicio militar en Tzahal.

Cuando vas a esos lugares y hablas con los jóvenes , me imagino que tienes que darles algún elemento más concreto que el valor hermoso de la convivencia. Y no lo dijo sarcásticamente.  O sea, aunque no me gusta mucho la  frase, te la doy como ejemplo: me imagino que más de uno puede salirte con una respuesta que diga algo así como “¿y qué gano yo con enrolarme?”. O quizás “¿qué has ganado tú, como beduino, siendo ahora soldado?”.

Ante todo claro que les explico cuáles son las condiciones que reciben de Tzahal. Además, les cuento mi propia historia, lo que yo era antes del ejército y lo que soy ahora.

Trata de convencerme a mí.

Te diría ante todo que yo terminé mis estudios liceales de biología y química en forma sobresaliente, todo completo, con un promedio de 114. Me anoté para estudiar Medicina en Estados Unidos , pero un mes antes de viajar me dije que mejor no. Sentí que aunque había estudiado muy bien, no era aún una persona independiente, suficientemente responsable para emprender esa etapa. Me sentía un niño. A los 18, todavía era un niño, no suficientemente maduro para ir a estudiar Medicina. Mi propio padre me dijo “Sultan, enrolate al ejército”. Me dio mucho apoyo. También mi madre me apoyó.

Pero entiendo que ahí surgió el problema familiar...

Así es. El problema familiar vino del lado de mis tíos, los hermanos de mi padre, y sus hermanas. Todos los que estaban a su alrededor se opusieron.

Por eso llegamos a una situación en la que sentimos que ya no podíamos quedarnos donde estábamos, decidimos irnos. Pero mi padre no quería dejar a su familia. Así que mi madre, mis hermanos y yo  nos fuimos sin él. Mis padres se divorciaron y nos fuimos a Kfar Shibli.

Y volviendo a tu pregunta, hoy  yo puedo contar a los jóvenes cómo el ejército me ayudó, cómo maduré, qué planes tengo hoy, qué es lo que Tzahal me da y por qué es importante que hagamos el servicio militar. Se los muestro con muchos ejemplos concretos. También les hablo del entorno en el que vivimos, les muestro lo que les pasa a nuestros vecinos. Les digo “miren cómo vive esa gente, cómo están nuestros vecinos, qué catastrófica es su situación, y miren cómo nosotros aquí vivimos a alto nivel, cómo en el Estado de Israel nos podemos mantener tan bien, cómo vivimos seguros en todo”.

Entiendo que te refieres a la comparación con los países árabes.

Exactamente.

Te preguntaba qué ejemplos concretos das porque cuando surgen cada tanto las polémicas en relación a los voluntarios árabes en el ejército o más que nada sobre los drusos y beduinos que sirven en sus filas desde hace tantos años, siempre hay alguien que dice que las aldeas árabes se ven mucho peor que las localidades judías, porque hay diferencias en los presupuestos. ¿Cómo lo ves tú?

Yo no creo que el Estado de Israel se ahorre ni un shekel en los presupuestos necesarios en el sector árabe. Mira, te doy un ejemplo claro. Yo vivo en Kfar Shibli, un lugar hermoso de alto nivel. Se ve como cualquier localidad judía. ¿Por qué? Porque quien encabeza el consejo local es excelente, trabaja como se debe y usa el presupuesto y los impuestos de la gente en pro de la comunidad. Puedes venir a visitar y verlo. Hay gente que entra a mi pueblo y me pregunta “Sultan ¿esto es una aldea árabe o judía?”. Pero el tema es cómo se encara el trabajo. No quisiera entrar en temas sobre los que yo como soldado  no tengo que hablar, pero si en Kfar Shibli el lugar se ve tan bien, es porque se puede y porque no se usa el presupuesto más que para lo que la ciudadanía y sus habitantes precisan. El jefe del consejo regional de mi aldea es digno de su puesto y por eso Kfar Shibli es tan hermoso. Y por donde andes, verás la bandera de Israel, en cada casa hay alguien que se enroló en Tzahal. Eso es distinto de la situación en Kafar Kana de donde yo vine originalmente. y donde la pasé muy mal por haberme enrolado. Allí hubo gente que me dijo “no entras más a mi casa”. Amigos cercanos cortaron relación conmigo porque me enrolé. Eran como hermanos. Y me dejaron solo.

Y cuando tú me describes esa situación, yo me pregunto si acaso es que ellos no conocen la situación, no creían lo que tú les decías..¿Es sólo cuestión de ideología? O sea ¿por qué ellos dicen eso y tú sientes algo tan distinto?

Sin entrar en política, lo cual no puedo hacer vistiendo uniforme, sólo te podría decir que todo tiene que ver con la educación tanto en la escuela como en el hogar. La casa es lo primero. Yo tengo padres que son plenamente israelíes.  Siempre crecí acompañado de los amigos judíos de mi padre y de mi madre. Así siento que salí al mundo y eso me influyó mucho. Tengo amigos judíos que siempre me dicen “eres más israelí que yo”, y eso me da mucho orgullo. Y siento ese orgullo porque soy fiel al lugar del que vengo, el lugar en el que vivo, como y donde recibo todo lo que tengo, donde vivo con dignidad , a alto nivel. Así que no tengo razón para no ser  fiel.

¿Quiénes son tus compañeros en tu servicio militar?

Tengo compañeros beduinos y judíos. Ya sabes…Tzahal es la casa de todos. Hay nuevos inmigrantes, beduinos, drusos, musulmanes, judíos….trabajo con todos.

¿Qué te gusta de Tzahal?

¡Todo! Cuando amigos judíos me dicen como en broma que soy más israelí que ellos, no se equivocan. Siento que Tzahal me fluye por las venas.  Siempre me pareció que es muy importante pero desde que entré a mi servicio, este sentimiento se fortaleció mucho. Es que como civil yo no podía conocer la situación concreta pero al entrar y ver de cerca el cuadro exacto, pude ver las cosas como son. Me gusta el humanismo de Tzahal, sus valores, todo.

¿Qué valores te transmitieron a ti durante tu servicio?

Yo trabajé con el  comandante del batallón beduino, , encargado de comunicaciones y enfermero en la unidad. Mi comandante era el Mayor Hussan Fwaz, también beduino. Puedo decir que él me crió, me educó en el ejército. Y me transmitió valores, destacó la importancia de tener fe en lo que hacemos, el valor de la credibilidad, la misericordia, de actuar como un ser humano, como una persona de bien, de mirar a la gente sin la nariz levantada. Y creo que ahora él ve los frutos de los valores que plantó en mí.

¿Puedes entender a los ciudadanos árabes que se oponen a enrolarse al ejército israelí, la mayoría por cierto, que dicen que eso los haría enfrentarse a su pueblo, porque también son palestinos?

Yo creo que el camino correcto es enrolarse. Es más, considero que debería ser obligatorio, no voluntario.

Sultan, imagínate la situación…si eres combatiente y estalla una guerra y tienes que participar en ella contra palestinos. Aún convencido de que la guerra es contra terroristas y no contra civiles, es complicado. Imagino que no es sencillo para soldados árabes israelíes.

 

Sinceramente, para mí es muy sencillo. El terrorismo está contra el Estado, contra todos, y en Israel hay ciudadanos árabes y judíos. Todos somos víctimas del terrorismo cuando ataca.Así que lo lógico es defenderlo, protegerlo. Yo estoy dispuesto a todo lo que es bueno para Israel. Siento sinceramente que Israel es el hogar de todos nosotros. Somos todos iguales.Y yo siento que en la sección de Tzahal en la que yo hago mi servicio, que acerca a las minorías, se toma a todos por igual. Por eso invito a todos a enrolarse.

El Estado y yo

 ¿Hay momentos en los que te preguntas si acaso el Estado es digno de tu esfuerzo, en los que te preguntas si valió la pena por ejemplo la difícil situación personal que has vivido?

No, tengo clarísimo que vale la pena y que Israel es digno de mi confianza. Pase lo que pase yo seré fiel al país y seguiré en mi marcha. Yo no digo que todo sabe a miel y que está todo perfecto. En todos lados hay problemas. Pero a mí nadie me va a frustrar y yo seguiré adelante porque estoy convencido de lo que hago. Y mi marcha no termina en los tres años del servicio militar. Yo quiero aportar también más adelante, cuando ya esté de regreso en la vida civil.  Quiero en el futuro ser diputado y también influir desde la kneset, como diputado árabe israelí, que se preocupe por los temas de los árabes israelíes, que es lo que se debe hacer.

O sea que te veremos dentro de unos años en la política.

Quiero ser diputado y luego ministro. Yo sigo en el Estado de Israel hasta el último día de mi vida.Y siento que el servicio militar es obligatorio, que es un billete de entrada plena a la sociedad israelí. Se ve de otra forma a quien cumplió con el servicio militar, porque es un deber del ciudadano. Y se abren muchas  puertas , hay otras opciones de futuro.

Por un lado es indudable que Tzahal es un mosaico que sirve de marco para todos. Pero eso no significa que nadie tenga que perder su identidad. ¿Qué quisieras que tus compañeros judíos sepan de tu comunidad, de los beduinos?

Que los beduinos han sido de las primeras comunidades que apoyaron al Estado de Israel y lucharon con ella. Y me enorgullece que la comunidad beduina haya sabido ir por ese buen camino. Y estando aquí no pierde mi identidad sino que fortalezco mi condición de beduino israelí.

 

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