En comunidad

Por quienes siguieron adelante contra viento y marea

Los sobrevivientes de la Shoá no sólo tuvieron la “suerte” de no morir. Apostaron por la vida tras haber pasado lo peor.

Cada uno es una historia, un mundo entero. Los hay que pasaron escondidos. Que vieron la muerte cara a cara en mil ocasiones. Los hay que durante muchos años no pudieron hablar. O no quisieron relatar sobre el pasado. Quienes comenzaron a hacerlo recién con sus nietos. Que decidieron no contar hasta que entendieron que si no lo hacían, la negación de la Shoá ganaría terreno.

Todos los sobrevivientes, aunque su salvación haya sido  producto de mil casualidades, son héroes que formaron familias porque apostaron por la vida. Esa fue la única venganza que concibieron. Traer nuevas vidas tras haber sufrido en carne propia el esfuerzo por borrar al pueblo judío de la faz de la tierra.

Junto a la memoria que debemos hoy, no sólo por ser el Día Internacional de Recordación de las Víctimas del Holocasto, a todos los asesinados, honremos la vida de quienes alcanzaron a vivir entre nosotros en libertad.

No compartimos aquí resúmenes de sus historias. Queremos mostrar a algunos sobrevivientes, tanto uruguayos como israelíes, en la nueva vida después de la Shoá, habiendo creado familias como ciudadanos dignos, sin olvidar, pero sin usar la memoria como fuente de odio ni rencor, sino de necesidad para abrirse un camino que deje atrás a la oscuridad.

 

La muy querida y admirada Ana Vinocur, de bendita memoria, hace muchos años, con su hija Rita, que también hoy continúa su legado de memoria y recuerdo desde la esperanza y no desde el rencor.

 

 

 

Marcos Marcovich, que de jovencito no podía tener certeza cuánto alcanzaría a vivir, rodeado de la gran familia que formó en Montevideo. Aquí, en el civil de su nieto Adrián y Natalia.

 

 

Yojeved Sarid (92), de Kvutzat Yavne, perdió en la Shoá a cuatro de sus ocho hermanos. Otro falleció en Siberia luego de la liberación. Quedaron con vida ella, un hermano y una hermana. Llegó a Israel en febrero de 1947 tras deambular un año y medio en Checoslovaquia, Austria e Italia al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Los ingleses la expulsaron a Chipre y recién más tarde logró volver , instalándose en el kibutz en el que vive desde entonces. Esta es la familia que formó con su esposo ya fallecido. 

 

 

 

Basia Taube, lamentablemente ya fallecida, con parte de su familia.

Nació en Lodz, Polonia. Tenía 13 años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y 17 cuando llegó a Auschwitz. Estuvo también en Bergen-Belsen. Tuvo dos hijos y 6 nietos.

 

 

 

 

Beile Kaplan con su nieto Andy, en uno de los actos de Iom HaShoa en la Kehila.

 

 

Jacobo Turim lamentablemente ya no está entre nosotros, pero dejó su mensaje a numerosos jóvenes. Aquí, con alumnos de la Escuela Integral.Cuando estalló la guerra, Jacobo, nacido en Polonia, tenía 19 años. Parte de la familia logró viajar a Rusia, donde en un principio se ofreció ciudadanía a los refugiados, pero luego los trasladaron a Siberia, donde pasaron hasta el fin de la guerra sufriendo frío y penurias.

 

 

Giza Alterwajn de Goldfarb, conocida como "la niña de la maleta" por haber sido sacada en una valije, de bebé, del ghetto, logrando así sus padres salvarla, en un acto de Iom HaShoa en la Kehila. Siempre rodeada de amor y respeto. Aquí, con el Presidente de la República Dr. Tabaré Vázquez.

 

 

Irene Brunstein, años atrás, en uno de sus cumpleaños. Afortunadamente, desde esta foto, cumplió ya varios más. A la edad de 97, sabe que le ganó al horror. Nacida en Polonia, llegó a París, logró escaparse embarazada  bajo las narices de los nazis, junto a su esposo, sus cuñados y su suegro, pero perdió a numerosos familiares en la Shoá. Logró cruzar los Pirineos hacia el lado español y en 1942 partió de Bilbao a Uruguay. 

 

 

Isaac Borojovich, del peligro constante de morir, a la vida feliz con la familia que formó. Cuando tenía 12 años, su pueblo en  Polonia fue ocupado por los rusos. En varias ocasiones, bajo dominio nazi, logró esconderse minutos antes de que se lleven a todos los jóvenes. Finalmente fue enviado a Bergen-Belsen pero se logró salvar.

 

 

El muy querido Dr. Jacobo Pollakievicz, ahora en Israel, luchó en la guerra desde los bosques y aún con muerte alrededor, logró ganar. Aquí, hace unos años, con Lilian, una de sus hijas, y una de sus nietas.

 

 

 

 

 

Miri Bek, que pasó por 11 campos de concentración y hoy ya tiene 91 años, aquí con su hijo Miguel Kertesz. Ahora vive en Estados Unidos, donde está su hija. Tiene varios nietos, nada, baila, hace gimnasia, y se traga la vida.

 

 

Samuel Veinstein (z"l), con dos de sus varios nietos, Mauricio y Sebastián. Una de sus dos hijas, Sandra, es educadora en el Centro Recordatorio del Holocausto.

 

 

 

Sarita Kempinski, hoy ya fallecida, con dos de sus nietas. 

 

 

Moshe Haelion, de Salónica, sobreviviente de Auschwitz, de la Marcha de la Muerte, Mauthausen y otros campos, hoy de 93 años, aquí con una de sus nietas y uno de sus bisnietos, en Israel.

 

 

Yvetta Konforti , que de niña se salvó de los nazis en los Balcanes junto a sus padres gracias a una familia musulmana que los escondió y ayudó, aquí con su hija Dinah Spitalnik, su nieta Marjorie y la bisnieta Luana . Su historia fue plasmada por Dinah en el exitoso libro "Escape de los Balcanes" que se publicó el año pasado en Montevideo.

 

 

Jorge Klainman, argentino-israelí que durante años no habló para tratar de romper con el pasado, y comprendió que si seguía callando , ayudaba a los negadores de la Shoá. Aquí, en su departamento en Rishon Letzion con su esposa Tere y una de sus hijas.

 

 

Ana Jerozolimski
(27 Enero 2019 , 19:51)

Ultimas Noticias Ver más

Esta página fue generada en 0.0519450 segundos (3414)
2024-04-20T04:56:02-03:00