Entrevistas

Una nueva increíble operación de neurocirujano venezolano-israelí en el hospital Hadassah

Salvan a hombre con cabilla que le cruzaba toda la cabeza

El Dr. Samuel Moscovici, nacido en Venezuela y residente desde hace años en Israel, ha visto de todo. Como uno de los principales neurocirujanos del Hospital Hadassah Ein Karem de Jerusalem, debe lidiar a menudo con el peligro de muerte. Salva vidas en las situaciones más increíbles.

La que nos describe aquí, el esfuerzo para salvar a un hombre que por un accidente en su casa en reformas quedó con la cabeza cruzada de un lado a otro por una vara de metal, parece de película. Pero fue su realidad.

 

P: ¿Cómo podrías describir lo que ocurrió en este accidente?

R: El hombre estaba construyendo en su casa, haciendo remodelaciones. Estaban las cabillas que se usan de base para hacer columnas, todavía no el cemento. Él estaba en el primer piso, como a un piso y medio, de ahí se cayó y la cabilla le traspasó la cabeza de lado a lado. Según él dice, al principio estaba consciente, después de que lo sacaron de ahí empezó a bajar el estado de consciencia. Desde el punto de vista respiratorio también, la vía aérea estaba obstruida por la cabilla, que ocupó la parte posterior de la vía respiratoria y entró en el cerebro entre las dos arterias más importantes, que son las carótidas. 

P: Impresionante. ¿Cómo llegó al hombre a Hadassah? ¿Qué es lo que viste?

R: Llegó ya inconsciente, todavía respiraba pero la vía aérea estaba muy comprometida. Inmediatamente, en el cuarto de trauma le hicieron de urgencia una entrada de vía aérea por el cuello, lo que se llama una coniotomía o una traqueotomía. Cuando estaba estabilizado me tocó a mí, como encargado del equipo de neurocirugía, entrar y decidir cómo íbamos a seguir el tratamiento.

P: Gran responsabilidad. Al verlo ¿pensaste que es increíble que ese hombre no haya muerto al instante?

R: Se piensa eso porque es muy impresionante ver a una persona traspasada de lado a lado con una cabilla, que todavía la tenía adentro. Obviamente que hubo muchos pensamientos, pero en realidad la pregunta principal es cómo seguimos, qué hay que hacer; pensar con la cabeza fría y el pensamiento de la experiencia anatómica, técnica, quirúrgica, a ver cómo seguimos tratando al paciente, aunque sea impresionante. 

P: ¿Cuál era el desafío principal en una operación así?

R: El primer desafío era entender si la cabilla había destruido las arterias, si las había tocado o incluso roto parcialmente y la misma cabilla estaba haciendo un efecto de tamponada evitando el sangrado masivo. El problema era que podía ser que la cabilla fuera lo que estaba evitando el sangrado masivo y que sacarla causara ese sangrado masivo, que iba a ser imparable; o que la misma cabilla jalara las arterias que tenía pegadas o cerca; o que algún fragmento de hueso entrara a alguna arteria… Esos eran los pensamientos. el problema es que la tomografía no permite ver exactamente lo que está pasando porque hay muchos artefactos, el aparato de metal generalmente daña la imagen de la tomografía. 

Otro desafío iba a ser después reconstruir el cráneo, que estaba totalmente fragmentado por la herida penetrante de la cabilla y además por el impacto, la fuerza que tiene esta entrada de la cabilla, que no solo rompe el lugar por el que entra sino todos los tejidos de alrededor. 

P: ¿Qué se puede contar sobre la operación?

R: Tengo que decir primero que el  otro gran problema es que el cerebro está cubierto por la duramadre, que vendría a ser una capa que lo separa del cráneo y lo protege. Dentro de esta capa hay líquido cerebroespinal, y el problema con este líquido es que una vez abierto es muy difícil a veces parar su salida. Por esa razón en un lugar que está abierto y todo roto -no de una manera quirúrgica, que lo podés cerrar adecuadamente-, no lo podés cerrar. También era un problema cómo cerrar para evitar la pérdida de líquido cefalorraquídeo, que puede causar infección de las meninges y muerte, sobre todo con un objeto penetrante como este palo, que está completamente contaminado. Esa operación nosotros la hacemos con un endoscopio por la nariz, pero con un objeto tan grande iba a ser muy difícil tratar de repararlo. Pero finalmente eso fue lo que decidimos, intentar hacerlo con endoscopio para no crear más trauma en el paciente, entrando por la nariz e implantando grasa del abdomen y de la pierna poderla tejer en la base del cráneo y de esa manera hacer algún tipo de reparación para que no pierda líquido cefalorraquídeo 

P: Creo que es oportuno explicar , aunque claro que daría para mucho, cómo está formado el cerebro..o mejor dicho el cráneo todo...hay zonas que si se afectan, entiendo, la persona puede morir enseguida y hay otras que evidentemente no.

R: El cerebro es un órgano vital y cualquier daño en él podría causar la muerte o un déficit neurológico en el paciente. Ahora, hay partes que son más y menos sensibles, de alguna manera desde el punto de vista cerebral el palo entró en una parte que puede recuperarse cuando es afectada. El hecho de que también la cabilla entró entre las dos arterias y no pasó por ellas, o no las perforó completamente es lo que de alguna manera permitió que pudiéramos tratarlo.

P: ¿Cómo está el hombre ahora?

R: El paciente está en perfectas condiciones, no tiene ningún déficit neurológico. Tiene las cicatrices de la entrada y la salida el cuerpo penetrante, fuera de eso, intelectualmente… la parte motórica del cuerpo está perfectamente conservada, también un hombre muy fuerte, muy tranquilo emocionalmente, también estaba muy bien, una familia que lo apoya mucho. La verdad que está muy bien, yo estoy en contacto con él hasta ahora. 

P: ¿Donde ubicarías tú este caso en la escala de cosas más difíciles y extrañas con las que te has topado como neurocirujano?

R: Yo creo que podría estar fácilmente entre las primeras diez cosas más impresionantes que he visto. Es un caso impactante  hasta para una persona que ve todo el tiempo casos difíciles y cosas que otros no podrían ver. En realidad, también podría estar entre los tres primeros lugares.

P: ¿Algo más que haya que decir, que yo no supe preguntar?

R: Siempre me parece que es importante que esté claro que un tratamiento de este tipo, de esta gran escala… para poder concluir exitosamente una operación así, no basta con una persona sino que hay aquí un equipo. No es Samuel Moscovici que trató y salvó al paciente sino un grupo . Es un gran equipo que comenzó con las personas que traen al paciente y piensan cómo cortar la cabilla para poder trasladarlo en  una ambulancia, el servicio de trauma con los anestesiólogos, los traumatólogos, que primero lo estabilizan y nos permiten que tenga una vía aérea para que nosotros después podamos seguir; el equipo de endoscopía cerebral, el de otorrinolaringología, y obviamente -un paciente que estuvo por lo menos tres semanas en terapia intensiva y después en el departamento- todo el equipo de enfermeras; el encargado de la terapia intensiva de neurocirugía, el profesor José Cohen -que le hizo un angiografía para poder ubicar dónde estaban las arterias, si estaban afectadas o no-, el equipo de enfermeras de terapia intensiva, el del departamento… Un equipo completo, un equipo grande, no es una persona, es un equipo. Si no se trabaja en equipo esto no pasa. Eso creo que es lo grande de nuestro hospital, que no es una persona, no es un cerebro pensando para ver cómo tratamos a un paciente. Es un grupo de muchos cerebros que en conjunto logran estos éxitos y buenos resultados. 

P: No me sorprende nada que lo destaques Samuel. Ante todo, porque tengo claro que es así. Y además, porque tú eres tan humilde, como gigante. Muchas gracias.

R: A ti

Ana Jerozolimski
(14 Mayo 2020 , 14:51)

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