Israel

El turismo será el último en recuperarse del Coronavirus

Reportaje gráfico de Ariel Jerozoliimski

 

El Coronavirus ha afectado todas las áreas de nuestras vidas, pero muy lentamente las cosas comienzan a moverse nuevamente y la gente retorna gradualmente a la actividad regular.

La mayoría de los negocios están abiertos nuevamente y los alumnos han vuelto a las aulas. Los restaurantes y cafés se disponen a abrir sus puertas y sus mesas en pocos días. Pero la industria del turismo ve con mucha dificultad la luz al final del túnel, ya que el túnel está muy distante. La llegada de turistas del exterior fue lo primero que se detuvo y será lo último en volver.

Casi 5 millones de visitantes del exterior que llegaron el año pasado, trajeron a Israel un ingreso de más de 6.000 millones de shekels, dando trabajo a más de 200.000 israelíes.

Usualmente, en los sitios más populares visitados por turistas y peregrinos, uno camina despacio, como parte de una multitud.

Ahora el Santo Sepulcro está cerrado y allí encontré únicamente a un creyente etíope orando junto a las puertas cerradas de la Iglesia, un hombre vestido como Jesús y un policía israelí.

Era una plegaria mucho más íntima y de contacto directo que en los días de gran movimiento que en los días ocupados en los que los visitantes deben aguardar mucho tiempo para entrar.

Dos monjas ortodoxas caminan junto a las tiendas cerradas, mientras en otras zonas de la Ciudad Vieja, religiosos judíos se encaminan al Muro de los Lamentos pasando por restaurantes cerrados y negocios del bazar árabe.

En el puesto de observación Rehavam en el Monte de los Olivos, el lugar desde el que se puede disfrutar de la mejor vista panorámica de Jerusalem, uno puede elegir dónde pararse, sin tener que competir con nadie, ya que increíblemente está absolutamente vacío. Hace tan solo unos meses, los ómnibus de turistas debían aguardar mucho tiempo para llegar al lugar.

Dado que no hay turistas usando los binoculares para ver más de cerca la ciudad, un cuervo se permite posarse sobre ellos.

 

También está totalmente vacío el camino que baja hacia Getsemaní. Eso mismo es lo que vi en el Monte Sion.

Nada más gráfico que ver las puertas de los famosos hoteles con candado.

 

Es triste caminar en el mercado de la Ciudad Vieja de Jerusalem y ver todo cerrado, así como no oír los viernes al mediodía en el mercado Majane Yehuda las fuertes voces en inglés de los visitantes norteamericanos y sentir la ausencia de los turistas en el centro de la ciudad.

 

Es difícil estimar cuán difícil será el trabajo de la nueva Ministra de Fortalecimiento y Promoción de la Comunidad, del Ministro de Educación Superior y el de Recursos Hidráulicos, pero indudablemente, un muy arduo trabajo aguarda al nuevo Ministro de Turismo.

 

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