En comunidad

Historias comunitarias judeo-uruguayas: Luis Grosskopf

Esta entrevista, justificado capítulo en la serie que recoge historias de vida de quienes activan o activaron durante años en distintos ámbitos comunitarios de la colectividad judía uruguaya, fue recibida por nuestro entrevistado como regalo de cumpleaños ya que justamente el viernes último, al publicarse la edición impresa de Semanario Hebreo, Luis cumplió sus primeros 82 años.

Luis Grosskopf nació en Paysandú el 18 de febrero de 1940. Cursó Primaria, Secundaria y el antiguo Preparatorios en el único Liceo Público de Paysandú en aquellos años. Hizo Facultad de Ingeniería de la Universidad de la Republica del 57 al 63 y se graduó de Ingeniero Civil. Del 63 al 70 trabajó en AFE (Administración de Ferrocarriles del Estado), y en los ratos libres, en la profesión, como Profesor de Física, en alguna construcción. En el 68 realizó algunos trabajos técnicos para International Sabra, una compañía formada por comerciantes judíos uruguayos con el propósito de importar productos israelíes y en el 69 se integró a la misma en horario completo.  La empresa Sabra tuvo varias transformaciones pero Luis siempre permaneció en ella, jubilándose en el  2017 cuando ya era Director y Gerente General.

 

P: Luis ¿qué te parece ser parte de una serie sobre Historias comunitarias judeo-uruguayas?

R: Que gracias a ti estaré en compañía de muchos amigos con los que me he encontrado a lo largo de mi labor comunitaria que abarcó muchos temas distintos desde mi niñez hasta hoy.

 

P: Yo te asocio ante todo con la Cámara de Comercio Uruguayo-Israelí , pero eso, aunque combina la parte empresarial con el vínculo con Israel, es sólo un eslabón en tu actividad. Entonces ¿por dónde comenzar? ¿Cuál ha sido o sigue siendo el marco comunitario que sentís que más te representa, con el que te identificás?

R: Todo comenzó en mi hogar en Paysandú, con el ejemplo de mis padres Berta Z’L y Salomón Z’L. Mi padre, según publicaciones sobre la Comunidad Israelita de Paysandú, en 1940 (cuando yo nací) integraba una comisión para formar una escuela hebrea en Paysandú. Mi madre desde que recuerdo integraba la Wizo sanducera y fue Presidenta en varios periodos y Wizo Paysandú se encargaba del Keren Kayemet LeIsrael. A nuestra casa llegaban Sras. de Wizo Montevideo y  “shlijim” (enviados) de la OSU, de KKL, etc. con las noticias del “gran mundo” (Montevideo) y de Israel (un mundo muy lejano en distancia y muy cercano a aquellos judíos sanduceros).

Los padres Berta y Salomón Grosskopf

 

Colaboré con muchas instituciones pero donde me siento identificado y más tiempo estuve activando son la Cámara de Comercio Uruguay Israel (desde los 70 hasta hoy) y B’nai B’rith (desde 1984 a hoy).

 

P: El judaísmo es, más allá del tema de la fe, una forma de vivir en comunidad. ¿Qué significa eso para ti? ¿Cuáles han sido tus distintas etapas de vida comunitaria?

R: La sensación de pertenecer a un pueblo de raíces milenarias, al pueblo del Libro. En mi niñez, mis libros ilustrados de cabecera eran Relatos de la Biblia y Héroes y Príncipes Hebreos de Joachim Prinz (Editorial Israel, Buenos Aires, año 1946). Aún conservo el segundo. Abarcaban la historia de Israel desde la Creación hasta Yehuda Hanasi y el Talmud. En mi mente de niño, quedé muy impresionado por la alegría con que se festejaron en mi casa y en la comunidad sanducera la votación de ONU y la creación del Estado de Israel. 

Mi vida comunitaria comenzó vaciando las “pushkes” (alcancías) blancas y azules del KKL, siguió en la Juventud Cultural Sionista de Paysandú, ya en Montevideo en la Unión Universitaria Kadima. Hice un paréntesis para graduarme y formar una familia, pero en los 70, Cámara de Comercio Uruguay Israel hasta el día de hoy y la Comisión de Padres de la Escuela Integral Hebreo Uruguaya (EIHU) solo en tres intensos años. Alguna colaboración esporádica con Keren Hayesod . Ya en los 80, ingresamos a B’nai B’rith donde seguimos, y simultáneamente activé en el KKL para la concreción de dos Bosques inaugurados por los Presidentes Sanguinetti y Lacalle, aproximadamente 10 años. Luego de dos períodos en el Comité Ejecutivo del Distrito 28 de B’nai B’rith (Uruguay y Paraguay), fui a presidir Keren Hayesod Uruguay. Hoy continuamos en la Filial Dr. Herzl de BBU junto a grandes amigos, muchos de ellos también activaron en la Comunidad.

El hogar, la familia

P: ¿Cómo era el hogar en el que creciste? Partiendo de la base que las generaciones de nuestros mayores no nacieron en Uruguay ¿debo dar por sentado que tus padres no fueron una excepción?

R: Mi padre llegó de Brody (Polonia, hoy Ucrania) con 17 años en 1927 y mi madre alrededor de 1930. Se casaron en Montevideo y se fueron a Paysandú, donde nacimos mi hermana y yo. Típico hogar de inmigrantes judíos y sionistas que trataban de mantener la tradición judeosionista lejos de la Capital, reuniéndose con sus pares. En Paysandú, los judíos provenientes de Rusia, Polonia, Hungría, Alemania, de las colonias de Entre Ríos y de Colonia Esperanza estaban todos juntos y formaron una comunidad judía pujante que mantuvo una sinagoga, una escuela, reuniones celebratorias y festivas, cantos y bailes judíos e israelíes, etc. y todo en una sede que servía para todo propósito, hasta para el deporte de los jóvenes.

Como mis padres activaban bastante, en nuestra casa oíamos conversaciones y se leía sobre tradición, religión, Palestina, la creación del Estado, antisemitismo y otros temas judíos. De la Shoa no se hablaba, solo se mencionaba “los que quedaron en Europa” con un manto de misterio y “los que pudieron llegar”. Era una norma establecida que en la mañana o en la tarde se asistía a la Escuela Pública y en el otro turno a la Escuela Judía donde había un solo maestro para todas las edades. No era nada fácil conseguir un maestro para la escuela judía, por ello algún año aprendimos idish, otro las oraciones y recién después vino el hebreo, historia y geografía de Israel. 

P: ¿Qué valores y enseñanzas te dieron tus padres?

R: El estudio, el trabajo, la lectura, la ayuda al prójimo, el valor de reunirse en comunidad o en equipo, la unión de la familia aunque estuviéramos separados por la distancia (mi padre tenía un hermano en Montevideo y tres en Buenos Aires, mi madre era hija única y no tenía a nadie), la amistad, el aprender a disfrutar el presente y ser positivo.

Una visión personal

P: ¿Cómo es la familia que formaste?

R: Muy unida, a pesar de las distancias. Por suerte hoy las comunicaciones son muy fáciles y rápidas, por no decir instantáneas. Cuando vine a Facultad y vivía con mi hermana, nos comunicábamos con nuestros padres con cartas por ONDA o llamadas telefónicas semanales con largas esperas y costos altos, y suerte que teníamos teléfono en ambos puntos.

Nos ennoviamos muy jóvenes (18 y 16 años) y nos casamos tan pronto como pude mantener un hogar (1963). Mi esposa es Jeanett Noachas, que era vecina de tu madre en la calle Canelones cerca de Bvar. Artigas. Tenemos un hijo viviendo en California (Silicon Valley) luego de dos largos pasajes por Israel con una nieta montevideana, dos nietas sabras y un nieto sabra (nacidos en Israel) , y una hija en Madrid desde hace años.

La familia reunida

 

P: ¿Sentís que tus hijos, quizás ya nietos, crecen en una colectividad judía muy distinta de la que te vio crecer a ti? 

R: Sí. En la década de los 50, teníamos en Paysandú una educación judía sin programa educativo definido. Era la que nos daba el maestro que lograban convencer nuestros padres que se radicara en Paysandú. Pero también teníamos nuestro grupo juvenil judío que no era tnuati, o sea como los movimientos juveniles típicos de Montevideo,  pero con sede fija en la Comunidad Israelita de Paysandú y con muy pocas comunicaciones con otras colectividades. Nuestros hijos nacidos en Montevideo, tuvieron 12 años de Escuela y Liceo Integral y varios años de tnuá (movimiento juvenil), con interacciones con otros centros educativos judíos, otras tnuot (movimientos juveniles) y con la Organización Juvenil Sionista. Nuestra nieta mayor con solo 5 años hizo alia y los otros tres son sabras y vivieron en Israel por más de 12 años, por lo que su educación es israelí totalmente. Hoy, viviendo en California, Estados Unidos, completaron su educación en colegios judíos integrales.  Ya graduada la nieta mayor, los restantes nietos están en colleges o Universidades y mantienen contacto otros estudiantes judíos y con el buen número de familias israelíes de las vecindades, pero casi no hay organizaciones presenciales sino que es a través de las aplicaciones de internet y más ahora con la pandemia. 

El papel de la Cámara de Comercio

P: Fuiste Presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-Israel. ¿Qué importancia tiene este marco? 

R: La Cámara de Comercio Uruguay Israel, así como las demás Cámaras binacionales, son organizaciones de empresarios que sirven de nexo entre los empresarios de ambos países siempre a través de las Cámaras empresariales del otro país para facilitar e incrementar el intercambio comercial y tecnológico. Está formada por empresarios y técnicos con sus intereses económicos en Uruguay, uruguayos o no, judíos o no, que quieren colaborar en los temas arriba mencionados. 

Es importante señalar que no interviene en las negociaciones privadas y directas entre empresarios o compañías de ambos países, solamente promociona la industria y tecnología israelí y aporta referencias comerciales en ambos sentidos. 

En general, trata de allanar las dificultades generales del comercio entre los dos países en materia de aranceles, aduanas, clasificación de rubros, doble tributación, etc. Los privados hacen llegar sus inquietudes a nuestra Cámara, nos ponemos en contacto con la Cámara Israelí correspondiente (de Industrias, de Comercio o Latinoamericana) o los Institutos de Exportación o Importación  de Israel para estudiar el problema y tratar de llegar a una solución. Asesoramos y ayudamos a la Embajada Israelí y a los técnicos del Gobierno uruguayo en tratar de establecer tratados binacionales que faciliten el comercio y el intercambio de tecnología. Por ejemplo, ayudamos a ambos gobiernos a redactar varios tratados: el Tratado de Asistencia Técnica de 1987 (durante la visita del Gral. Sharon como Ministro de Industrias), los varios acuerdos comerciales firmados en las visitas a Israel de los Presidentes Sanguinetti (2 veces) y Lacalle, el Tratado de Libre Comercio vigente desde 2009 y que ahora está siendo actualizado.

P: Se aporta sin duda a las empresas mismas, al intercambio entre Israel y Uruguay y a la economía de ambos países…

R: Así es. Recordemos que hace pocos meses la Cámara y la Embajada de Israel organizaron el Stand israelí en la Rural del Prado con gran repercusión. La Cámara colaboró en la primera exportación de carne a Israel ayudando a solucionar los problemas sanitarios, de transporte, de aranceles, etc. en 1958. Los primeros tomógrafos y resonadores magnéticos  en los setenta fueron israelíes, en 1968 se colaboró a mejorar la medición de agua domiciliaria, aparecieron los primeros sistemas de educación por computadora, se desarrolló el riego por aspersión y luego por goteo, estudios y proyectos de saneamiento. Más recientemente, el sistema de vigilancia por cámaras, las tobilleras con geolocalización y varias otras tecnologías. Es ya mítico que la industria citrícola se desarrolló hasta llegar a ser un puntal en las exportaciones uruguayas gracias a técnicos israelíes. Los fertilizantes especiales, los agroquímicos y fármacos israelíes o desarrollados en Israel han sido utilizados desde hace décadas. Los buques refrigerados israelíes, cuando aún no existían los contenedores refrigerados, llegaban a nuestras costas para transportar carne, frutas y otros productos. En los últimos años la Dirección de la Cámara está en manos de una generación joven de empresarios y técnicos judíos y no judíos, que la llevan adelante con gran éxito.

P: ¿Dirías que la Cámara es  un mero facilitador de negocios o tiene un gran valor agregado para sus miembros?

R: A mí me ha dado la satisfacción (“najes”) de que hemos fomentado el conocimiento de Israel en Uruguay y viceversa, más allá del que diariamente aparece en la prensa, en la TV y en las redes sociales. Los empresarios que negocian y visitan Israel obtienen y luego trasmiten una visión real de la vida cotidiana en Israel. 

La visión de Israel

P: ¿Cómo ves la centralidad de Israel en la vida de la colectividad judía uruguaya?

R: La mera existencia del Estado de Israel es una garantía para los judíos de la Diáspora. Es el refugio seguro al que siempre podremos acudir para estos tiempos de antisemitismo galopante fomentado por los radicales islamitas y sus seguidores. Nuestra colectividad fue siempre muy sionista, en la realización o en el apoyo, y lo sigue siendo. Israel lo sabe y también nos ha apoyado de muchas formas. Desde su creación y desde que tengo memoria, el Estado de Israel ha sido un faro muy luminoso para la colectividad uruguaya.

Años atrás, en Sderot, con los restos de un cohete lanzado desde Gaza. La visita fue en el marco de una misión de solidaridad con Israel organizada por B´nai B´rith América Latina
Con el entonces Presidente de la República Dr. Luis Alberto Lacalle Herrera en una visita a Israel. Junto al Dr. Eduardo Kohn.
De izquierda a derecha: el Presidente de Israel Haim Herzog, el Presidente Sanguinetti (de visita en Israel), Shimon Peres y Luis Grosskopf

 

Mirando hacia la colectividad

P: ¿Cuáles son a tu criterio los grandes logros y por otro lado los debes de nuestra colectividad?

R: Son grandes logros la creación de las Escuelas Judías, aún antes de ser Integrales, y el mantenimiento y cuidado de las Tnuot, los movimientos juveniles. También la buena relación con los Gobiernos de Uruguay y con sus fuerzas vivas, más allá de algunos desencuentros y votaciones internacionales. La ayuda social que se brinda  a los necesitados y a quienes tienen capacidades diferentes. La creación y sostén del Hogar para nuestros mayores. La prevención y vigilancia ante la posibilidad de eventos antisemitas.

Y como debe, añoro la unidad de la colectividad de Paysandú de los años 50 y 60, cuando los mayores, los jóvenes y los niños nos reuníamos en una sola sede que era Sinagoga, escuela, salón de conferencias y de fiestas, sala de baile, teatro y música, biblioteca y todo. Lamentablemente ahora no es así pues la mayoría de los jóvenes emigraron a estudiar a la capital. Aquí en Montevideo, a mi gusto, tenemos muchas instituciones en diferentes lugares y cada una tratando de mantenerse generando una competencia. Salvo en el Comité Central y en el Cementerio Intercomunitario, estamos separados. Creo que es una utopía unir a todos bajo el mismo techo y especialmente a las diferentes corrientes religiosas, pero creo que se atraería nuevamente a quienes se han alejado de las comunidades los últimos años, que los jóvenes luego de terminar la tnua y/o formar su familia tendrían un solo ámbito (el mismo al que ya estaban acostumbrados) al que acudir y llevar sus hijos y no se alejarían como ahora y se tendrían objetivos más comunes a todos. Un buen ejemplo es Maldonado- Punta del Este que tiene una sola comunidad (CIPEMU) en su ámbito y algunas sinagogas a las que acuden las personas según su corriente religiosa. Pero cuando necesitan formar un minián (el mínimo de 10 hombres necesario para el rezo judío en grupo) se unen obligados por la circunstancia.

El vínculo singular con B´nai B´rith

P:  Y no podemos dejar de lado tu vínculo especial con B´nai B´rith.

R: Así es. Antes mencioné que en 1984 ingresamos con Jeanett a la filial Thedor Herzl de B’nai B’rith, donde seguimos hasta ahora, llevados por otro gran dirigente comunitario y amigo que conocí en la Cámara, Maximo Brenner Z’L. Allí nos encontramos o reencontramos con buenos amigos y varios dirigentes comunitarios. Allí continuamos hasta hoy y a pesar del Covid nos reunimos periódicamente por Zoom y ello nos ha permitido ser una filial internacional pues tres Hermanos de la Filial que realizaron su Alia se nos unen en todas nuestras reuniones virtuales, brindándonos el panorama cotidiano de Israel. 

Con compañeros de B´nai B´rith, en Yad Vashem

 

P: Creo que un aspecto importante de mencionar es el aporte de la institución a la sociedad uruguaya en general.

R: Sin duda. Siguiendo los Principios de la organización internacional B’nai B’rith, establecidos en 1843, de Ayuda social y la defensa del Judaísmo, con la Filial apoyamos a escuelas públicas (en las ciudades y en el medio rural) en infraestructura y equipamiento y también a las Escuelas judías y escuelas con alumnos de capacidades diferentes. Donamos las primeras computadoras, mucho antes de implementarse el Plan Ceibal. Apoyamos al grupo Avodati y a la Farmacia comunitaria. Tuve el honor de ser convocado a participar del Comité Ejecutivo de B’nai B’rith en dos períodos (en uno de ellos lo presidí) y desde allí la perspectiva es otra, pues además de colaborar con las obras de las Filiales se deben crear y realizar actividades centrales de recaudación, donativos y conmemoraciones, todas con el objeto del esclarecimiento y la defensa del judaísmo y de Israel, a través del aporte a la sociedad uruguaya.

De todas las actividades en que participé he recibido innumerables satisfacciones  entre ellas: haber participado en tres visitas presidenciales a Israel y una a Estados Unidos, haber participado en Durban en 2001…

P: Bueno, eso también te habrá dado una úlcera, con la tribuna de odio antisemita que fue…pero entiendo a qué te referís, al hecho de haber ido como representante judío uruguayo.

R: Exacto. También destacaría lo que significó para mí haber recibido a un Cardenal del Vaticano y a un Presidente de Alemania en la conmemoración de la Noche de Cristales Rotos, hacer donaciones de tomógrafos, ecógrafos, equipamientos y medicamentos, realizar una Campaña Anti Drogas y Anti Tabaco en 1994 junto al INJU, la Asociación Cristiana de Jóvenes y otros, haber participado en una Misión de Apoyo a Israel de B’nai B’rith Latinoamericana en 2004, haber podido colaborar junto a filiales en refacciones, construcciones y equipamientos en Escuelas públicas, haber participado en acuerdos y tratados comerciales binacionales,  y más. 

Pero la más grande satisfacción fue en la inauguración de la segunda construcción que realizó B’nai B’rith en la Escuela Rural de Paso Cuello (cerca de Sauce, Dto. de Canelones) hace aproximadamente cuatro años. Los alumnos y docentes prepararon un pequeño pero bien documentado Museo del Holocausto y los padres de los alumnos (que fueron alumnos en la primera construcción más de 20 años atrás) danzaron un baile israelí que representaba la reducción del pueblo judío por la Shoa y su posterior renacimiento en Israel. Cuando preguntamos con quien o donde lo aprendieron, nos contestaron que lo buscaron en YouTube.

Otro momento para recordar, con el entonces Presidente Jorge Batlle y el Cardenal Jorge Mejía de la Biblioteca Vaticana

 

P: Qué impresionante…¿Algo que quieras agregar Luis?

R: Sólo pedirte perdón por lo extenso, pero me obligaste a recordar y aparecieron muchas instituciones y actividades.

P: No hay de qué disculparse. Al contrario. De eso se trataba…tratar de concentrar en esta entrevista, una historia comunitaria judeo-uruguaya, la que tú has vivido y seguís viviendo, hasta los 120. Muchísimas gracias.

R: A ti Ana.

Ana Jerozolimski
(22 Febrero 2022 , 07:56)

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