Mundo Judío

MiSinai

Donde hay Intención, Hay una Razón - La Necesidad de Liderazgo - "Es Él... No Es Él" - Sumergiendo Utensilios

No. 160
Jukat
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Horario de velas en Montevideo, Viernes  8/07  17;30

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DONDE HAY INTENCION, HAY UNA RAZON

Por Yossy Goldman 

¿Por qué ciertas personas encuentran satisfacción en el Judaísmo, mientras otras lo encuentran sumamente aburrido? ¿Por qué la fe es apasionante para unos e irrelevante para otros; un deleite para un tipo y una pesada carga para otro? Alguien no se imagina yendo a trabajar sin ponerse primero tefilin y otro no ha visto sus tefilin desde su Bar Mitzvá hace 40 años. Una mujer no ve el momento de ir a la sinagoga y la otra, de irse.

¿Por qué?

Esta semana leemos sobre la gran mitzvá de fe: la Vaca Pelirroja. Es un precepto cuya razón todavía sigue siendo un misterio. Debo admitir, que tomar las cenizas de una vaca pelirroja y esparcirlas sobre una persona para que pueda lograr purificación espiritual es, de hecho, bastante increíble.

Según el Midrash, el Omnipotente le prometió a Moshé que Le revelaría el significado secreto de esta mitzvá, pero sólo luego de que Moshé la aceptara, desde el principio, como un decreto Divino. Si la acepta primero desde la fe, luego vendría la comprensión racional.

La verdad es que hay respuestas prácticamente para cada pregunta que puede tener la gente sobre Judaísmo. Los escépticos inteligentes que encuentro, a menudo se asombran de que lo que ellos habían siempre catalogado como un ritual vacío es realmente filosóficamente profundo y de un gran significado simbólico. Pero el escéptico tiene que estar listo para escuchar. Uno puede escuchar la explicación racional más elocuente, pero si no está mentalmente preparado para aceptar que esto puede que valga la pena, es posible que ni se impresione. Una vez que dejamos de resistirnos y aceptamos que tiene validez, de repente, el Judaísmo cobra todo el sentido del mundo.

Es un hecho psicológico que nosotros podemos aprehender lo que sinceramente deseamos entender. Pero si hay algo en que no tenemos interés, entonces nos toparemos regularmente con bloqueos mentales. El sexto Rebe de Lubavitch, Rabí Iosef Itzjak Schneerson, dice que esto explica el por qué algunos excelentes hombres de negocios pueden sentarse a una clase de Talmud y lidiar para entender principios básicos de razonamiento rabínico. ¿Por qué será que la misma persona que puede preparar los planes más inteligentes en la sala de juntas, no logra seguir la lógica en una clase de Talmud? La respuesta, dice el Rebe, es que este hombre de negocios realmente no está interesado en el tema. ¡Pero si fuera la mitad de importante para él, como lo es ganar plata, hasta podría volverse un Rosh Ieshiva (director de una ieshivá)!

Así, del mismo modo que D-os le dijo a Moshé que llegaría a comprender el significado de la Vaca Pelirroja, sólo luego de aceptarlo, hoy en día, aquéllos que genuinamente desean entender el Judaísmo tendrán éxito, sólo si primero "compran" el producto en algún nivel.

Cuando estaba estudiando en la Ieshivá, siempre trataba de asistir al Encuentro Anual de Fin de Semana de Jabad con estudiantes universitarios. Estos encuentros se organizaban para exponer a los estudiantes judíos al judaísmo durante un Shabat, donde había conferencias de rabinos y académicos religiosos. Cierta vez, un hombre joven le gritó al disertante: "¡¿Cómo pretende que me ponga tefilin si no creo en D-os?!". El orador serenamente contestó: "Primero póngase tefilin y le prometo que descubrirá que realmente cree en D-os."

Todos tenemos fe en D-os dentro de nosotros. Solo necesita ser revelada. Puede sonar ilógico, pero si empezamos a observar una mitzvá, encontramos que nuestra fe la llevará a cabo y empezará a florecer. Una y otra vez se ha demostrado que esto es una verdad. Si no estamos interesados, ninguna respuesta será lo suficientemente buena. Si buscamos la verdad auténticamente y somos objetivos, habrán abundantes y significativas respuestas.

 

LA NECESIDAD DE LIDERAZGO

"Israel envió mensajeros a Sijón, rey de los amorreos." (Bamidbar 21:21)

Según el sabio medieval Rabí Shlomo Yitzjaki (universalmente conocido como “Rashi”) la Torá dice que Moshé envió mensajeros a Edom y que Israel envió mensajeros a Sijón, a pesar de que en ambos casos fue Moshé quien envió mensajeros en nombre de todo el pueblo judío. Como señala Rashi, esto nos enseña que Moshé y el pueblo judío son esencialmente equivalentes. El verdadero líder judío no representa apenas al pueblo, sino que comparte con él una misma unidad y esencia. Las ocupaciones del líder no se dividen en privadas y públicas, porque es en su misma esencia un servidor público.

La absoluta identificación del líder judío con su pueblo y su devoción desinteresada al mismo lo convierten en el canal a través del cual D-os provee todas las necesidades materiales y espirituales. Por lo tanto, no es solo que él es uno con ellos; ellos también son uno con él. Así es como el pueblo puede alcanzar la perspectiva de la realidad propia del líder y compartir la conciencia divina y la vida elevada de este, aunque los individuos aún no se hayan depurado lo suficiente como para ser merecedores de esto por sí mismos.

Likutei Sijot, vol.33, págs. 131-136

Números (Bamidbar) 19:1 – 22:1

La sexta sección del libro Números comienza con la ley o “decreto” (en hebreo, jukat) relativa al proceso de eliminación del estado de impureza ritual que contrae una persona en el contacto con un cadáver humano. A continuación, la narrativa de la Torá avanza hasta los años finales de los viajes del pueblo judío en el desierto, cuando llegan a la frontera de la Tierra de Israel.

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"ES ÉL... NO ES ÉL"

Hace aproximadamente cien años en un pueblo en Rusia vivía un estudiante llamado Iaakov que era brillante. Se dedicó a estudiar Torá, con considerable éxito.

Varios Jasidim de Lubavitch intentaron persuadirlo para que visitara a su Rebe. Iaakov, que no era Jasid, se negaba. "¿Para qué necesito un Rebe?" decía. "Puedo estudiar solo Torá."

Después de un tiempo, Iaakov se rindió, y estuvo de acuerdo en acompañarlos a Lubavitch, a visitar al Rebe Rashab. Pasaron Shabat en una atmósfera extraordinaria, desconocida pero atractiva para Iaakov.

El sábado por la noche, Iaakov entró y vio al Rebe sentado en su escritorio, concentrado en la lectura de un libro. El Rebe no lo miró. Iaakov, no sabía qué hacer, se acercó al escritorio. Los ojos del Rebe nunca dejaron su libro.

De repente el Rebe se puso de pie y empezó el caminar de un lado a otro. El Rebe murmuró, como si él estuviera hablando consigo mismo, pero en ruso: "¡Ohn"! (Es él). "¡Ohn de Nyeh!" (no es él). "Es él". "No es él". El Rebe calló por un momento, y entonces dijo: "¡Nyeh ohn! -¡él no es!". Entonces el Rebe se sentó y volvió a su libro, ignorando a Iaakov.

Iaakov salió desconcertado. Era un enigma.

El tiempo pasó. Un día Iaakov leyó en el periódico un problema matemático intrincado, presentado por la universidad en Petersburg. Ofrecían trescientos rublos de premio para quien lo resolviera. ¡El joven lo tomó como un desafío personal y finalmente consiguió solucionarlo! Mandó por correo su respuesta.

Después, recibió su premio y una invitación para encontrarse con el presidente de la Sección de Matemática en Petersburg.

Iaakov fue. Todos se asombraron y se sintieron cautivados por su inteligencia incisiva. Lo invitaron a permanecer en la universidad y completar un grado en matemática. Iaakov aceptó.

Al principio, mantenía su apariencia judía. Progresó en sus estudios seculares, y como su estado académico y social subió, cayó gradualmente su estilo de vida de Torá. Finalmente, dejó de observar las Mitzvot también.

Después de varios más años, Iaakov era profesor de matemática. Pero para ganar posición tendría que convertirse, y así lo hizo. La equitación le ayudaba a relajarse y callar su conciencia. Cualquier judío que se convirtiese al cristianismo y luego retornara a sus raíces era condenado con la pena de muerte.

Un día, mientras paseaba, su caballo empezó a galopar ferozmente. Iaakov perdió el control. Sentía que llegó su hora. En ese momento, prometió que si se salvaba, volvería a ser judío. Cuando tomó esta resolución, el caballo se tranquilizó.

Iaakov en la noche recogió algún dinero y un bulto con algunas posesiones y partió. Vagó de incógnito de pueblo en pueblo. Supo que con su retorno al Judaísmo había puesto en peligro su vida, pero no volvería atrás.

Un día, en una posada apartada, entraron varios policías y empezaron a verificar todos los documentos personales. Iaakov, que no tenía ninguna identificación, fue arrestado.

Un investigador de cruel apariencia lo miró fijamente, luego miró la fotografía que tenía en su mano, y a la cara de Iaakov otra vez. Iaakov pudo ver que era una fotografía de él cuando era profesor en la universidad. El investigador dudó.

De repente, el investigador dijo para sí. "¡Ohn!" "¡Ohn Nyeh!" Conocía esas palabras. Contuvo la respiración. El investigador repitió: "Es él". "No es él". "Es él". Finalmente dijo: "¡Ohn Nyeh!" - "No es él" y le pidió disculpas.

¡Se había salvado! Al poco tiempo llegó a Lubavitch, y nunca más partió.

SUMERGIENDO UTENSILIOS

Generalmente no consideramos a la cocina como un espacio sagrado. Pero comer, cuando se hace conscientemente, es un acto sagrado que convierte a todos tus utensilios de cocina en instrumentos divinos. Esto explica porque necesitan ser sumergidos en una mikve, una pileta ritual, antes de usarlos.

Qué:

Si entra en contacto directo con comida o bebida, necesita sumergirse. Esto incluye coladores, tazas de medida, y esas partes de la procesadora que tocan la comida. Si no entra en contacto con comida pronta para comer (ejemplos: picadora de carne o bowl de amasar), se sumerge pero sin bendición. Lo mismo es con utensilios de almacenamiento que no se llevan a la mesa.

Se sumergen utensilios hechos de metal y vidrio con bendición. No necesitan sumergirse utensilios de madera, piedra, papel, hueso, barro sin capa de vidrio, plástico, materiales sintéticos y desechables, o un utensilio que fue manufacturado y siempre perteneció a un judio. La porcelana debe ser sumergida sin bendición.

Cómo:

Dirígase a su mikve local. Antes de sumergir, asegúrese que su utensilio este libre de suciedad, óxido o etiquetas. Esas etiquetas muchas veces dejan pegamento, chequee eso también.

Diga: Bendito eres Tu, Señor D-os nuestro, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos, y nos ordenó lo concerniente a la inmersión de utensilio(s).

Sumerja totalmente el utensilio en el agua de la mikve. Afloje su agarre para permitir que el agua llegue a toda la superficie del utensilio de una vez.

Notas:

Si su utensilio fue usado para comida no kosher, la inmersión no es suficiente. 

Comida puesta en un utensilio que no ha sido sumergido es kosher, sáquela de allí lo antes posible.

 Sólo utensilios que estan bajo propiedad judia requieren inmersión.

 Los utensilios que ya han sido usados sin inmersión aun la requieren.

 ¿No hay una mikve de utensilios? Hay también ciertos cuerpos de agua natural donde uno puede sumergir vajilla. Contáctese con un rabino local para conocer los requisitos.

 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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