Mundo Judío

Con el Rabino y educador uruguayo-israelí Israel Diament: el Año Nuevo judío, el Día del Perdón y los Diez días reverentes

Israel Diament tiene el don de saber explicar a fondo las cosas de modo que parezcan sumamente sencillas. Por eso, fue un placer poder conversar con él sobre el sentido de estos días singulares en el calendario judío, tanto los que vivimos de cara al comienzo del 5783 que ya llegó el domingo pasado, como en los próximos días en los que nos encaminamos hacia Iom Kipur.Cabe aclarar que le solicitamos esta entrevista apuntando más que nada a públicos que probablemente no dominen estos temas e inclusive para lectores no judíos.

Celebrando los días sagrados junto al Muro de los Lamentos (Foto: Ariel Jerozolimski)

 

P: Israel querido, como bien sabemos, el saludo típico de Rosh Hashaná, no es “feliz año nuevo” sino “Shaná Tová”, o sea un buen año. ¿Por qué?

R: También nos deseamos un año feliz, pero la idea es que el saludo incluya todo. O sea, shaná es año, y tová es buena, porque en hebreo la palabra año es femenina. Y eso incluye todo, no solo la alegría, sino que también implica que sea un año significativo, de crecimiento. Por eso también el saludo popular es “shaná tová umetuká”, o sea año bueno y dulce, porque sabemos que aunque pueda  ser un año bueno, a veces uno aprende las lecciones importantes de la vida a golpes, y preferimos que aunque sea bueno aprender las elecciones inclusive por el camino duro, deseamos poder hacerlo por un camino dulce, o sea que crezcamos no  necesariamente a los tumbos. Por supuesto que nos deseamos alegría y felicidad, pero básicamente nos deseamos que sea un año significativo, que nos haga  mejor gente. 

 

Los tiempos para saludar

P: Si bien siempre es oportuno augurar algo bueno al prójimo, tanto al cercano como al más lejano, se considera según la tradición judía que hay un lapso en el cual es más apropiado decir “Shaná Tová Umetuká”, ¿hasta cuándo?

R: Nosotros estamos ahora en lo que se llaman los días solemnes, el período de las festividades, que abarca muchos días del séptimo mes. Es importante entender que el año nuevo no es en el primer mes, es en el séptimo, por eso alude también al hecho de que hay que haber pasado todo un proceso previo para poder llegar a un año nuevo. De todas maneras, a todo lo largo de este séptimo mes nos vamos deseando feliz año, aunque con matices. Antes del año nuevo, nos deseábamos “Shaná Tová Umetuká”, o que seamos inscritos también en el libro de la vida. 

 

P: Expliquemos lo del libro…

R: Hay una tradición judía que alude a que en las altitudes celestiales hay un libro abierto... hay varios libros, el de la vida y hay otro…y nosotros pedimos que Dios nos inscriba en el buen libro. Entonces, entonces antes del día de año nuevo pedimos que Dios nos inscriba. Luego, previo al Día del Perdón, Iom Kipur, que se señala siempre diez días después de Rosh Hashaná, le pedimos a Dios que nos selle en el libro de la vida, es la instancia final. Hay que tener presente que el año nuevo judío es una especie de juicio, es el día en que Dios evalúa la creación, por eso la juzga. Hasta Rosh Hashaá pedimos que Dios nos ponga en el buen libro y después , hasta Iom Kipur, pedimos que Dios nos selle en el libro de la vida. 

P: Pero ahí no termina el proceso.

R: Así es. Después todavía existe la idea que se puede hacer un último mérito durante la  fiesta de las cabañas, Sucot, que se celebra cinco días después de Iom Kipur. Entonces, previo al día de Sucot, nos felicitamos unos a otros deseándonos “un papelito bueno”, quiere decir que una última buena acción que hayamos hecho sea llevada en un papelito por un ángel al tribunal celestial y de esa manera definitivamente nuestro dictamen sea bueno. O sea que hay tres etapas: la inscripción, el sellado y la última esquela ante el tribunal. Todo esto va a ser a lo largo de este séptimo mes, el mes lunar de Tishrei.

 

Justicia divina

 

P: Más allá de la fe de cada uno y de cuán observante de las leyes de tradición judía sea, hay cosas que con la lógica de los comunes mortales no se pueden entender cuando se trata de decisiones de Dios. Pienso ante todo, por supuesto, en tragedias  en la historia del pueblo judío que siempre se debaten. Por ejemplo: cómo Dios permitió el Holocausto, por qué pecados podía castigar permitiendo que murieran seis millones de judíos asesinados por los nazis, entre ellos dos millones de niños. Pero también en cosas más pequeñas: si en el día del juicio Dios decide que no nos inscribe en el libro de la vida, ¿qué quiere decir, que fuimos malos en el año que transcurrió?

R: El día de Rosha Shana es, según la tradición judía, el día que Dios creó a Adán y a Eva, a la humanidad, y por lo tanto es la fecha en la que Dios juzga a todas las naciones en forma colectiva y a todos los individuos en forma individual. Es como una persona que abrió un negocio en una fecha determinada y cada año en la misma fecha evalúa qué tal le fue. Uno de los nombres es “Día del juicio”. Ahora, el chiste es que nosotros solemos llamarlo “año nuevo judío”, pero según la tradición judía, es el año nuevo universal en el que todos los seres humanos somos evaluados. Por supuesto que las personas de Fe creemos que, en última instancia, como dice el Salmo, las sentencias del eterno son justas y, juntas, son buenas: difícilmente podemos entender las sentencias por separado, pero todas juntas creemos que son buenas. Pero hay un hecho importante en el punto de que sea el día del juicio, y ya que mencionaste el Holocausto: a los judíos, a los gitanos, a los homosexuales, a toda la gente asesinada durante el Holocausto, no los mató Dios sino los nazis. 

P: Por supuesto…

R: Y es muy importante, porque el ser humano es la columna central de todo el judaísmo: todos los seres humanos tenemos libre albedrío, por tanto podemos hacer el bien y hacer el mal, el bien hasta infinito y el mal casi hasta infinito también, tenemos una enorme capacidad para hacer el mal también. Justamente por eso mismo es que somos responsables de nuestros actos, se nos considera responsables de nuestros actos, y tenemos que rendir cuentas por nuestros actos, cada año. Entonces, el año nuevo desde la perspectiva religiosa judía es un día que, por un lado, es alegre, porque es un año más que estamos en familia y en comunidad, pero también es un día un poco tenso porque es el día del juicio. Nos vestimos bien y vamos contentos a la sinagoga a orar con la confianza de que quien nos juzga es alguien justo y bueno. Por eso es un día festivo complejo, que tiene también el peso de saber que uno está siendo evaluado. 

Los Diez Días de Arrepentimiento

P: ¿De aquí viene el nombre que tienen estos días entre Rosh Hashaná y Iom Kipur, conocidos como Iamim Noraim? Literalmente podría traducirse como “los días terrilesY por eso el nombre de los diez entre año nuevo, Rosha Shana, y Yon Kipur, el día del perdón, son los “Iamim Noraim”, que si se traduce literalmente son los “días terribles”.

R: Claro, pero “noraím” sería aquí “reverentes”,  días de reverencia a Dios, son días en los que tratamos de generar algún cambio en nosotros. Por supuesto que nadie tiene la intención acá de convencer a nadie de nada, pero yo creo que es algo muy valioso que haya un día en el año, cada tradición religiosa con el día que escoja, o un momento en el año, en el que cada uno de nosotros haga lo que se llama en hebreo “jeshbón néfesh”, o sea “la cuenta del alma”: pasó un año, avancé, retrocedí, qué hice, qué no hice, dónde quisiera estar. 

P: Hermoso.

R: El Rav Kuk, un eminente rabino del siglo XX, decía algo muy bonito: si no se ponen fechas, si no se ponen mojones, el tiempo fluye descontroladamente y uno ve pasar las décadas sin darse cuenta. Es como que con este ejercicio una vez por año ponemos orden en la casa y evaluamos hacia dónde queremos ir. 

Borrón y cuenta nueva, pero con sentido

P: Israel, nos acercamos a Iom Kipur, el Día del Perdón. Dios da una nueva oportunidad a cada individuo. Cada uno debe saber comprender si se  equivocó en algo , si debe arrepentirse, pedir perdón. Si es auténtico el arrepentimiento, Dios da una nueva oportunidad, borrón y cuenta nueva, pero tiene que ser muy profundo, no decir “perdón” para volver a pecar  ¿verdad?

R: Justamente la cultura judía siempre fue la antítesis de la griega, y de hecho el antisemitismo fuerte empezó en la época helénica porque los griegos veían en los judíos su opuesto. En la tradición judía existe la idea del retorno, la teshuvá. Dice el rey Salomón: “no hay justo en la Tierra que no peque”, no hay una persona que no cometa errores, pero existe el concepto de enmendar los errores, lo que en hebreo se llama la teshuvá, el retorno. La idea es que nosotros nacemos inocentes y buenos y tenemos que volver a ese estado de bondad inicial, a lo que Dios quería originalmente de nosotros.  Estos diez días que se abren ahora se llaman los días de retorno en arrepentimiento,  y también son diez días en los que se prolonga lo que llamamos la cuenta del alma. Son diez días muy especiales. Si alguien va a visitar  algún barrio judío religioso verá  que las sinagogas están más concurridas, las personas dan más caridad, son días muy especiales. 

Un día de ayuno alegre, no de duelo

P:  En Iom Kipur muchos judíos que no son religiosos ni practicantes en su vida diaria , igual ayunan. En Israel se siente un ambiente muy singular, emocionante diría yo como judía no observante. Es considerado el día más sagrado del calendario judío.  Realmente es un día singular.

R: Es el más sagrado y el más alegre, que la gente a veces no lo sabe. El día del perdón, del ayuno, no es un día triste, es el día más alegre del año, porque es el día en el que no comemos, no nos afeitamos, no nos bañamos, no mantenemos relaciones sexuales, nos dedicamos puramente a nuestra relación con Dios y nuestra espiritualidad. Y es el día del Perdón, es el día en que Dios limpia y perdona a cada uno de nosotros. Y no hay día más feliz que el día en que uno sabe que fue perdonado. Todo aquel que tuvo algún problema con alguien que quiere, un malentendido con alguien que realmente ama, sabe que el día en que uno es perdonado es un día alegre, de felicidad. Por eso el día de la purificación y la espiritualidad es el día más alegre del año. No es un ayuno de duelo, es un ayuno para espiritualizarnos, para desconectarnos por un día del quehacer común, quebrar con la rutina y dedicarnos a meditar, orar y la introspección necesaria. Pero, de nuevo, desde la alegría y un buen estado de ánimo, y con la expectativa positiva de que vamos a ser perdonados y a tener mayor contacto con Dios. 

 

Entre Dios y el hombre, entre el hombre y su prójimo

P: El Día del Perdón  tiene dos dimensiones: el perdón relativo a las acciones del individuo, del judío respecto a Dios, y por otro entre el judío y sus semejantes. Dios nos puede perdonar por faltas que cometimos con el prójimo, ¿cómo se maneja eso, hay una más importante que otra?

R: El Día del Perdón es el día que, si uno ayuna y demás, puede limpiarlo a uno de las faltas cometidas contra Dios, vale decir, de los pecados religiosos: haberse fumado un cigarro en un shabat, o haber comido algo que no debía. Pero no menos importante es obtener el perdón de las personas a las que afectamos o agredimos a lo largo del año. Por eso en todo este período que antecede el año nuevo es un período en el cual idealmente deberíamos identificar quiénes son las personas a las que pudimos haber maltratado a lo largo del año y pedir su perdón, porque uno no es perdonado si tampoco obtiene el perdón de los demás.

P: O sea, con las plegarias no alcanza.

R:  Dios no puede perdonar algo que se le hizo a otro, si yo agredí a una persona solo esa persona me puede perdonar. Pero, por otro lado, hay que también saber perdonar, porque también la idea es que si uno le pide a Dios que lo perdone, uno tiene que esforzarse en perdonar al prójimo. Son dos aristas que se complementan. Lo que siempre se intenta evitar en la tradición judía es que uno se transforme en un religioso mala persona, o sea, que cumpla una cantidad de rituales pero que al trato personal sea desagradable. Un consejo, además: uno nunca agrede 40 o 50 personas en un año, siempre son muy pocas las personas a quien uno puede haber tratado mal y son siempre muy cercanas a uno, así que no es un trabajo que lleva tanto tiempo, pero sí es importante hacerlo para empezar un año a todo dar. 

P: Hermosas explicaciones, sencillas y profundas al mismo tiempo. Mil gracias Israel.

R: Gracias a vos, de corazón.

Ana Jerozolimski
(02 Octubre 2022 , 17:29)

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