Mundo Judío

MiSinai

Que Haya Luz - El Propósito de la Creación - El Retornado - Shajarit (La Plegaria de la Mañana)

 

No. 175

Bereshit
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Horario de velas en Montevideo, Viernes  21/10 18.46 hs.

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QUE HAYA LUZ

Por Yossy Goldman

“Dijo Elokim: 'Haya luz' y hubo luz.” (Bereshit 1:3)

Luz siempre ha sido la metáfora más preferida para todas las formas de revelación. Hablamos de “Luz Divina”, o la “nueva luz” de la Redención. Usamos expresiones como “¿Aún caminas en la oscuridad o has visto la luz?”

Así como la luz física ilumina nuestro camino para que no tropecemos con obstáculos, así también la luz de la Divinidad, nuestra percepción espiritual, nos ayuda a evitar los escollos en el viaje de la vida. La luz representa verdad, valores eternos, lo espiritual que trasciende lo mundano y temporal.

Se cuenta la historia de un hombre rico que tenía tres hijos. Como no estaba seguro de a qué hijo debería confiarle el manejo de su negocio, ideó una prueba. Llevó a sus tres hijos a un cuarto que estaba absolutamente vacío y les dijo a cada uno: “Llenen este cuarto lo mejor que puedan”.

El primer hijo se puso a trabajar inmediatamente. Contrató máquinas excavadoras, equipamiento para mover tierra, trabajadores con palas y carretillas y se pusieron a trabajar con fuerza. Al final del día el cuarto estaba lleno, del piso al techo, de pared a pared, con tierra.

Vaciaron el cuarto y se le dio la oportunidad al segundo hijo. El era más del tipo administrativo así que no le faltaban papeles: cajas, carpetas, archivos y registros que habían estado acumulando polvo durante años y años de repente encontraron un nuevo propósito. En poco tiempo el cuarto estaba absolutamente lleno del piso al techo, de pared a pared, con papeles.

Una vez más vaciaron el cuarto y le llegó el turno al tercer hijo. Parecía muy tranquilo y no había juntado o recolectado nada con lo que llenar el cuarto. Esperó hasta el anochecer e invitó a su padre y a la familia a ingresar con él al cuarto. Lentamente abrió la puerta. El cuarto estaba absolutamente negro, en la más completa oscuridad. Sacó algo de su bolsillo. Era una vela. Encendió la vela y de repente el cuarto se llenó con luz.

Él obtuvo el trabajo.

Algunas personas llenan sus casas con tierra, con montones de objetos físicos y posesiones que llenan sus armarios pero dejan sus hogares vacíos. Nuestros autos y vestidos, nuestros tesoros y juguetes, todo pierde su atractivo con el tiempo. Si solo buscamos satisfacción en lo material, quedamos con un vacío en nuestras vidas.

Otros están con los papeles, dinero, acciones, bonos y portafolios de inversión, pero hay poco en la forma de relaciones reales. La familia no existe o está relegada a un tercer plano como mucho. En los papeles, puede ser un multimillonario, pero ¿es feliz? ¿Su vida es rica o pobre? ¿Está lleno de familia y amigos o es una vida solitaria, privada de verdadera alegría y satisfacción?

El que es verdaderamente sabio sabe como llenar el vacío. El hombre inteligente sabe que el vacío de la vida necesita luz. La Torá es luz. Las velas de Shabat iluminan y hacen a los hogares judíos irradiar con luz. Las verdades Divinas y los valores eternos de nuestra herencia llenan nuestros hogares y familias con la luz orientadora que nos ayuda a llegar a nuestro destino en forma segura y sin percances.

En el comienzo de un nuevo año judío, que todos seamos bendecidos para tomar la vela de D-os y con ella llenar nuestras vidas e iluminar nuestros hogares con lo que es bueno, santo y honorable. Amen.

EL PROPÓSITO DE LA CREACIÓN

"En el comienzo de la creación de D-os del cielo y la tierra..." (Bereshit 1:1)

El Midrash nos enseña que Di-s creó el mundo como un “dominio inferior”, es decir, un ámbito inicialmente desprovisto de conciencia Divina, e incluso opuesta a ella, con la intención de que la humanidad llene el mundo con conciencia Divina. La herramienta que Di-s le dio a la humanidad para que sea capaz de lograr esta proeza es la Torá. Por lo tanto el drama de la creación requiere tres elementos: el mundo, la raza humana y la Torá, sirviendo respectivamente como el escenario, los actores y el guión.

Di-s le dio a la humanidad libre albedrío para ignorarlo a El y sus intenciones para el mundo, y eso fue exactamente lo que hicieron las primeras generaciones. De acuerdo con Su decisión de otorgar libertad de elección, Di-s se vio forzado, por así decir, a quitar Su revelación del mundo, ocultándose progresivamente cada vez más detrás de la fachada de la naturaleza.

En respuesta a la elección de la mayoría de la humanidad de ignorarlo, Di-s implementó Su “plan de contingencia”: tomó a una familia que continuaba nutriendo el ideal original de conciencia Divina y los convirtió en una nación, el pueblo judío, a los cuales les confió la misión de cumplir Su propósito original para la creación. El pueblo judío serviría tanto como inspiración y ejemplo para el resto de la humanidad como para exhortarlos a cumplir su rol en Su esquema para transformar el mundo en Su hogar. El libro de Génesis es la crónica de cómo la creación del pueblo judío se volvió necesaria y de cómo ocurrió.

Likutei Sijot, vol. 5, pág.1-15; vol.10, pág. 3-6, Iom Tov shel Rosh Hashaná 5666, pág. 1-9.

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Génesis (Bereshit) 1:1 – 6:8

El nombre de la primera sección del libro de Génesis está tomado de sus primeras palabras, “En el comienzo” (Bereshit en Hebreo), y comienza con la creación del mundo por parte de D-os. La Humanidad fue creada con la capacidad de elegir entre el bien y el mal, pero los primeros humanos, Adán y Eva, hicieron mal uso de este don, lanzando a la humanidad a un camino de degeneración moral creciente. Eventualmente, fue necesario establecer un nuevo orden y darle al mundo un nuevo comienzo. 

 

EL RETORNADO

Por Menachem Posner

Los estudiantes del Rabí Dov Ber, el gran Maguid de Mezritch, apreciaban la oportunidad de servir a su maestro. Entonces desarrollaron un sistema de rotación en el que se turnaban para asistirlo.

Esto sucedió durante el turno de Meilej, quien un día ganaría renombre como el Rabí Elimelej de Lizhensk:

“Meilej”, dijo el Maguid desde su habitación. “¿Escuchas lo que dicen ahora mismo en el cielo? La mitzvá de amar a los demás judíos significa que uno debe amar tanto a un completo pecador tanto como a un tzadik (persona honrada) inmaculado”.

“Un tzadik puede despertar habilidades latentes que están escondidas en lo profundo del alma del otro, lo que permite incluso a un pecador retornar a D-os”, continuó el Maguid. “La Jevra Kadisha (“Sagrada hermandad”, un término usado para la élite de discípulos del Maguid) tiene la habilidad de despertar a un completo pecador para que retorne a D-os”.

La mañana siguiente, el Rabí Elimelej compartió la maravillosa enseñanza con sus compañeros, quienes entendieron que tenían un trabajo por hacer. De inmediato comenzaron a buscar comprender las palabras del Maguid y cada uno propuso su interpretación. Durante la conversación, compartieron historias y enseñanzas de los sabios sobre la teshuvá (el arrepentimiento).

De repente se abrió la puerta y entró un extraño. Permaneció de pie durante unos minutos y escuchó la conversación hasta que gritó: “¿Qué hacen sentados en una sinagoga hablando sobre el estudio de la Torá y sobre el arrepentimiento? ¿Qué es la Torá? ¿Qué es la teshuvá?”.

Los regañó aún más y se rió de sus sinceras discusiones.

Los hombres se levantaron para rezar con gran fervor y entre sollozos. Recitaban los Salmos juntos y dejaron que las palabras inspiradoras del rey David expresarán su deseo de ayudar a otros a acercarse a D-os.

Sin moverse, el hombre siguió con la burla y los llamó batlanim (holgazanes). Sin inmutarse, ellos siguieron sin mostrar otra cosa que amabilidad, y le dijeron que cada alma judía es preciosa a los ojos de D-os.

Lentas pero precisas, sus palabras tuvieron el efecto deseado, y el hombre dio un giro en su vida, convirtiéndose en un judío piadoso y respetuoso de D-os.

Esta historia, que fue contada por el sexto rebe de Lubavitch, el Rabí Iosef Itzjak Schneersohn, bendita su memoria, fue preservada por el Rabí Zusha de Anipoli, quien la oyó de su hermano, el Rabí Elimelej, y se la relató al primer Rebe de Lubavitch, el Rabí Schneur Zalman de Liadi.

SHAJARIT (LA PLEGARIA DE LA MAÑANA)

El sol ha salido; comienza un nuevo día. Es momento de subir una escalera, ascender a las esferas celestiales y fortificar nuestra sensibilidad con D-os y la espiritualidad. Después de este impulso diario descendemos, equipados para afrontar el dia y los desafíos que este presente.

Esta escalera es la plegaria de la mañana, shajarit, recitada en algún momento entre el amanecer y el mediodia (cuando antes mejor). La plegaria dura, en promedio, una media hora. Shajarit es precedido por varias páginas de bendiciones preliminares y plegarias. Después de este preámbulo, comienza el ascenso.

Primer Escalón

Contenido: Hodu, una serie de versículos que alaban al Todopoderoso, y los Salmos 30 y 67.

Tema: El simple reconocimiento de D-os como Amo del Universo y el compromiso a obedecer su voluntad.

Segundo Escalón

Contenido: "Versículos de Alabanza", una serie de Salmos (lo principal siendo los Salmos 145 a 150), precedidos por una bendición (Baruj Sheamar) y seguido por otra (Ishtabaj).

Tema: Despertar un apego emocional a D-os a traves de la concientización de Sus maravillosos actos.

Tercer Escalón

Contenido: El Shemá, precedido por dos bendiciones y seguido por una.

Tema: Contemplar el funcionamiento de los mundos superiores y la comprehensión de la grandeza de D-os y su unidad.

Cuarto Escalón

Contenido: La Amidá

Tema: La Amidá es cuando uno se para ante D-os y se dirije a El directamente, pidiendo por sus necesidades. Esta cercanía indica una completa unidad con D-os, una revelación de la conexión intrínseca que nos conecta con el Creador, una conexión que trasciende la emoción o el intelecto. Esta plegaria se recita parado en forma firme, y en voz baja.

Descendiendo

La Amida es seguida por plegarias de penitencia, una breve lectura de la Torá los lunes y jueves (y algún otro dia festivo), el "Cántico del Día", seguido por los himnos "Ein k'Elokeinu"  y "Aleinu".

Notas:

• Los hombres adultos se ponen tefilín y talit durante el transcurso de la plegaria.

• Cuando hay diez hombres, se recita el kadish varias veces durante la plegaria, y quien dirije la plegaria repite la Amidá en voz alta mientras el resto responde "Amen".

• Para los días especiales (Shabat, festividades, dias de ayuno) hay variaciones especiales. Ciertas plegarias se agregan u omiten.

 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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