Mundo Judío

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El Doble Mensaje de la Menorá - El Sacerdote Interior - El Día que el Rebe dijo "¡Gracias!" - Purim

 

 

 

No. 194

Tetzavé-Zajor
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Horario de velas en Montevideo, Viernes 3/3 19.01 hrs

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EL DOBLE MENSAJE DE LA MENORÁ

Por Naftali Silberberg

La porción de la Torá de esta semana comienza con la mitzvá de encender la Menorá en el Tabernáculo (y eventualmente) en el santuario del Templo Sagrado cada anochecer. Luz es una metáfora de Torá, la que da luz en un mundo de oscuridad, iluminando con su sabiduría divina. En un mundo donde la verdad de D-os está oculta, la Torá es un faro de luz que ilumina el camino hacia una vida espiritual, significativa y realizada.

La Menorá es también un símbolo de la unidad judía. Cada alma judía es única, poseyendo una naturaleza y temperamento distintivos. Esto es porque cada alma individual emana de una única combinación de los siete atributos de D-os: Bondad, Disciplina, Armonía, Perseverancia, Humildad, Conexión y Realeza. Los siete brazos de la Menorá de oro simbolizan la idea de que a pesar de que nos expresemos en forma distinta, y poseamos diferentes inclinaciones, todos compartimos la misma esencia, una esencia de oro puro. De hecho, la Menorá no era una combinación de partes fijadas o soldadas juntas; sino era un solo bloque de oro que fue martillado en la forma de una menorá. No sólo somos todos de la misma sustancia, sino que de hecho somos parte de una única entidad no compuesta, una gran Menorá.

¿Por qué es la Menorá, una metáfora de la Torá, también el símbolo de la unidad judía? Había muchos utensilios en el Tabernáculo; ¿por qué, de todos ellos, fue la menorá la elegida para describir la unidad de nuestra nación? Y si uno argumenta que la unidad judía depende de la adherencia a la Torá, esto también puede ser cuestionado: ¿no somos todos intrínsecamente hermanos y hermanas, miembros de una nación? ¿Por qué nuestra unidad depende de la Torá?

Una pregunta similar se puede hacer con respecto a nuestra relación con D-os. El Zohar declara que “tres nudos conectan uno al otro: El Santo, Bendito Sea; la Torá; y (el pueblo de) Israel”. Es decir que a través de conectarse con la Torá, el judío se conecta con el Santo, Bendito Sea. Esto es extraño, porque en realidad, la conexión entre el judío y el Creador precede la existencia de la Torá. Esto se evidencia en el hecho que la Torá está repleta de frases como: “Habla a los Hijos de Israel...”, “Ordena a los Hijos de Israel...”, etc. Obviamente, la Torá fue escrita como una guiá para el Pueblo Judío, quien conceptualmente existía antes que la Torá. ¿Por qué entonces es necesario para el judío conectarse con D-os a través de la Torá? ¡Disfrutábamos de una relación con Él antes de que la Torá fuera siquiera ideada!

Los maestros jasídicos explican que a pesar de que el alma judía siempre disfrutó de una relación íntima con D-os, cuando desciende al cuerpo humano esta relación se oculta. En vez de anhelar por desarrollar la relación de su alma con D-os, la persona es naturalmente consumida por búsquedas materiales. Así como es imposible sintonizar una emisora de AM con una radio FM, la voz espiritual del alma no puede ser escuchada por quien solo está sintonizado a ondas de radio materiales. La Torá que, como mencionamos arriba, es comparada con la luz, expone el alma y su naturaleza divina. Una persona que estudia Torá se hace consciente de la banalidad de las búsquedas materiales, participa activamente en un mundo santo y espiritual, y revela y se conecta con el alma. El estudio de Torá no crea una conexión con D-os, sólo remueve las capas que la han oscurecido.

Lo mismo puede ser dicho con respecto a la unidad judía. El verdadero amor por otro judío solo puede ser sentido por quien está en sinfonía con su propia alma. Como escribe Rabí Schneur Zalman de Liadi: “Todas [las almas] son iguales, todas tienen un mismo padre. Es en virtud de ésta [raíz en el D-os Único] que todos los de Israel fueron llamados "hermanos", en el más pleno sentido de la palabra. Sólo los cuerpos son distintos entre sí. Por lo tanto, no puede haber amor y fraternidad verdaderos entre aquellos que consideran primarios a sus cuerpos y secundarias sus almas, sino solamente [un amor] dependiente de un factor externo.” (Tania, cap.32).

La lección de la Menorá es que la verdadera unidad judía, una unidad que fluye del alma, es un resultado de la iluminación provista por el estudio de la Torá.

EL SACERDOTE INTERIOR

[D-os le dijo a Moisés] “Debes acercar a tu hermano Aarón a ti, junto con sus hijos, para oficiar a Mí [como sacerdotes].” (Shemot 28:1)

Parecería que todos deberíamos querer ser sacerdotes, estar consagrados a D-os y estar totalmente impregnados de conciencia Divina. Es realmente un ideal valioso, pero si se fuera a poner en práctica, socavaría el propósito de la Creación. D-os no nos creó para ser ángeles, sino seres humanos que viven en una realidad mundano. Sólo de esta forma podemos elevar el mundo, refinarlo, y llenarlo de conciencia Divina.

Por otro lado, para elevar el mundo, necesitamos tener presente una imagen de la forma de vida totalmente Divina hacia la que nos estamos esforzando por llevarlo. Por lo tanto, una minoría selecta del pueblo tenía que vivir este ideal en la práctica; ellos eran los sacerdotes. Similarmente, todos debemos consagrar una parte de nuestra personalidad para el único propósito de servir a D-os. Al crear (“instalar”) este “sacerdote interno”, podemos relacionarnos con el mundo en general como debemos, guiando y llevándolo hacia su realización Divina. Es esta la forma en la que cumplimos con la promesa que nos hizo D-os cuando nos dio la Torá: “Serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”

Éxodo, 19:6. Basado en Séfer HaSijot 5752, págs. 410 ff

Éxodo (Shemot)  27:20 – 30:10

La octava sección del libro de Éxodo comienza con D-os diciéndole a Moisés que le ordene (Tetzavé en Hebreo) al pueblo judío que provea el aceite de oliva a ser usado para encender las lámparas del candelabro del Tabernáculo. Luego le describió las prendas especiales que los sacerdotes (Aarón, hermano de Moisés, y sus descendientes presentes y futuros) tendrían que vestir siempre que oficiaran en el Tabernáculo. Luego de describir las prendas de los sacerdotes, D-os le ordenó a Moisés que cumpla un ritual de una semana para instalar a su hermano y sobrinos en su oficio de sacerdotes. Esto es seguido por la descripción del Altar de incienso, ubicado en la cámara externa del Santuario, cerca del Candelabro y la Mesa de doce panes.

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EL DÍA QUE EL REBE DIJO "¡GRACIAS!"

Por Henya Laine

El día de Purim de 1988, nuestra familia estaba disfrutando de la cena festiva cuando se anunció que el Rebe de Lubavitch, que en paz descanse, estaba repartiendo dólares para que sean entregados a obras de caridad. Como nosotros vivíamos en Crown Heights, no solíamos desesperarnos por los dólares. Cuando el Rebe entregaba dólares, estaba de pie durante horas, y nosotros no queríamos que el Rebe siguiera de pie por causa nuestra. Por eso, únicamente asistíamos en ocasiones especiales, como una boda o un cumpleaños.

Siempre nos poníamos nuestra mejor ropa cuando visitábamos al Rebe, pero mi marido consideró que los niños, que tenían puestos sus disfraces de Purim, no estaban vestidos adecuadamente. Yo, por otro lado, creí que el Rebe disfrutaría de ver a los niños con sus disfraces. Después de todo, ¡era tradición vestirse así en este día! Finalmente, decidimos llevar a nuestros tres hijos más pequeños.

Para cuando llegamos al lugar donde el Rebe estaba repartiendo los dólares para dar a las obras de caridad, las puertas estaban cerradas. Decidimos esperar. Luego de unos minutos, las puertas se abrieron nuevamente. El asistente del Rebe dijo que él había esperado a que viniera más gente y había insistido para que se abrieran las puertas y se dejara entrar a aquellos que habían llegado tarde.

Mi hija Dobie, de diez años, estaba vestida como una mexicana y tenía un sombrero enorme. Cuando pasó por al lado del Rebe y recibió su dólar y su bendición, le agradeció. El Rebe la miró con sus ojos benditos y le dijo: “¡Gracias!”.

Cuando salimos, mi hija me preguntó qué le había dicho el Rebe. “El Rebe te agradeció en español”, le contesté.

Mashie, de siete años, estaba vestida como un soldado, con un enorme emblema que decía Tzivos Hashem en su campera. “Tzivos Hashem”, que literalmente significa “El ejército de D-os” es un grupo para jóvenes que el Rebe fundó en 1980. Ella recibió su dólar y el Rebe levantó su mano y tocó su sombrero para saludarla.

Rivkie, de cinco años, estaba vestida como una payasa. Luego de recibir su dólar, el Rebe le mostró una sonrisa enorme.

¿Valió la pena llevar a los niños a buscar los dólares del Rebe ese Purim? ¡Seguro!

Pero además, aprendí algo muy importante acerca del Rebe. Aprendí a ver y apreciar el esfuerzo que los demás ponen en cualquier cosa que hacen, hasta en el más mínimo detalle, y aprendí a mencionarles ese esfuerzo que hacen. El Rebe vio y apreció cada uno de los disfraces de Purim de mis niños y se aseguró de que nosotros lo supiéramos.

Purim

Purim, celebrado el 14 de Adar, es el día más divertido y lleno de acción del año judío. 2400 años atrás, Hamán, el primer ministro persa, ordenó el genocidio de los judíos. Su plan fue frustrado por Esther y Mordejai, ¡y nosotros celebramos!

Así es cómo:

1. Escuchar el Milagro

Vaya a su sinagoga y escuche toda la Meguilá. La Meguilá, también conocida como el Libro de Esther, es el rollo que cuenta la historia de Purim. Escuche la lectura pública dos veces: una vez durante la noche de Purim y otra durante el día. Ponga atención, es vital escuchar cada palabra. Cuando se menciona el nombre de Hamán durante la lectura, los niños hacen sonar matracas y los adultos golpean el piso para erradicar su nombre malvado.

2. Compartir Comida

Purim es acerca de amistad y comunidad. Envíe un paquete conteniendo al menos dos tipos diferentes de comidas listas para comer o bebidas a al menos un conocido judío durante las horas del día de Purim. 

3. Dar al Necesitado

Purim es acerca de ser compasivo. Dele comida o dinero a al menos dos personas necesitadas durante las horas del día de Purim. En caso que no pueda encontrar gente necesitada, su sinagoga probablemente recolecte dinero para este propósito. Por lo menos ponga dos monedas en una alcancía de tzedaká. La tzedaká es una mitzvá todo el año, pero en Purim le damos a todo aquel que pida.

4. Festejar y Regocijarse

Purim es acerca de compartir nuestra alegría. Durante las horas del día de Purim, reúnase con amigos y familia para una comida con vino. Cante, ria, diviértase con los demás. Tradicionalmente los banquetes de Purim duran hasta la noche.

5. Agradecer a D-os

Agregue V’Al Hanisim, un corta sección de agradecimiento por el milagro de Purim, a las plegarias diarias y a la Bendición Después de las Comidas.

En Purim tradicionalmente los niños se disfrazan, en alusión al milagro de Purim que estuvo disfrazado detrás de eventos naturales. Haga que sus hijos se disfracen con personajes buenos y alegres como Mordejai y Esther.

iSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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