Entrevistas

Vidas Uruguayas en Israel: Arquitecta Joyce Oron

En la presentación de su libro 

 

 

Conversar con la arquitecta Joyce Oron sobre su profesión y la dimensión humana que incluye, nos resultó de gran interés. Y a ello se agrega el hecho que nos conocimos por la amistad que nos une a su padre, el Dr. Jaime Sznajder, conocido por muchos como “el Canario”, dado que era de Paysandú. Hoy, a sus jóvenes 95 años – en realidad desde hace varias décadas – vive en Estados Unidos.

Joyce llegó a Israel en 1972. Esta es su historia.

 

Joyce y su hermana Lita con sus padres Sylvia y Jaime

Con sus hijos Yaniv y Maya

Con sus hijos Yaniv y Maya

 

P: Joyce, estás viviendo hace ya más de 50 años en Israel, pero sé que siempre con Uruguay en el corazón.  Pero comencemos por tu familia, especialmente tu papá, porque aunque está hace muchos años viviendo en Estados Unidos, es un médico muy recordado en Uruguay. Y me refiero evidentemente al Dr. Jaime Sznajder. 

R: A mi padre no solamente que todo el mundo lo quiere sino que además de lo que yo lo quiero, también lo admiro mucho. Fue mi modelo en muchas cosas y hasta me ayudó en cosas de marketing de mis propios emprendimientos.

P: Aunque es médico, eso no es lo suyo.

R: Exacto Pero en realidad, en muchas ocasiones sentí que ideas que yo promuevo fueron realmente ideas que me dio él . Pude aprender muchísimo de él pero no solamente en cuanto a ideas prácticas sino de actitud, de cómo entender a la gente, cómo escuchar a la gente. Es muy especial lo que recibí de Uruguay, de mis padres. Pero además, sobre Uruguay en general, quisiera decir que para mí, lo uruguayo no tiene paralelo en ningún lado del mundo. Mi forma de ver a Uruguay es que es un lugar donde casi no  existe el ego, donde siento que la gente da del alma. Y claro que en lo personal, mi familia uruguaya es muy cálida. 

 

P: ¿Qué recuerdos tenés de tu vida en Uruguay? Te fuiste en 1972, una época muy difícil en Uruguay.

R: Así es. Viví en Uruguay hasta los 18 años. En esa época papá estaba en el ministerio de Salud Pública . Recuerdo las  manifestaciones, los neumáticos ardiendo alrededor del ministerio. Una experiencia que yo de más chica no la entedía como sí la puedo entender ahora al mirar para atrás. Recuerdo cuando un grupo de soldados nos pidió que salgamos de casa, que nos paremos  afuera, y estaban revisando la biblioteca dentro de casa. A mi no me asustó, pero después me pongo a pensar que eso es algo que…

P: Te tendría que haber asustado. 

R: ¡Si! Trataban  de ver qué tipo de pensamientos y sentimientos políticos hay dentro de la familia, especialmente porque mi padre estaba en un cargo oficial.

P: Sub secretario de Salud Pública. El primer judío con un cargo ministerial en Uruguay. En realidad le habían ofrecido ser el ministro, pero él prefirió ser el numero 2.

R: Así es.

P: Joyce, tantos años después de haberte ido…. ¿Qué queda de Uruguay en el corazón?

R: No importa cuántos años hace que estoy en Israel. Yo o soy uruguaya…

P: En realidad, es importante aclarar que no naciste en Uruguay.

R: Totalmente, pero elegí la actitud uruguaya y no la quise perder acá tampoco. Los modos uruguayos, la forma de hablar uruguaya, la forma de escuchar, de entender al otro, de darle lugar al otro, eso es muy de Uruguay. Estamos en contacto con mis amigos de la escuela Integral, mantenemos contacto. Después del preparatorio, tuve época en el movimiento juvenil  Macabi y otra en Bnei Akiva. Tengo  amigos de varios colores y muchos de elos están en Israel.  Me quedó mucho de Uruguay, y grandes recuerdos de las vivencias familiares allí,  los asados con la familia, los primos, los amigos… es maravilloso. 

La profesión

P: Joyce, como arquitecta, creo que tenés sobre tus hombros la responsabilidad de aportar a que el país sea hermoso, que se vea estéticamente bien. Siempre pensé que arquitectura requiere  muchas cosas técnicas, pero a mí me parece que más que nada requiere alma, actitud de comprender al ser humano que va a vivir en cada lado. ¿Estoy en lo cierto? ¿Cómo lo ves?

R: Está muy bien dicho, realmente lo explicaste exacto. Es cierto que hay un estudio racional, pero también tiene ese lado, que lo tenés o no, es un regalo que recibís con tu nacimiento, es un don, una forma de ver espacios, formas y proporciones, y es cierto que hay quienes lo tienen más y quienes lo tienen menos. 

 

P: Y también de entender qué precisa el ciudadano en el lugar en el que va a vivir. Y  eso de hecho evoluciona. Seguramente las necesidades hoy en una ciudad o un pueblo son distintas, desde el punto de vista de las infraestructuras, de las que debían contemplarse hace 20, 30 o 40 años. 

R: Totalmente. Israel es tal vez el mejor lugar para verlo por la cantidad de migración que hay, porque el proceso fue muy rápido. Yo llegué al país cuando solamente tenía 20 y pico de años. En los 70, la arquitectura tenía que hacer todo muy rápido. Llegamos al punto en el que en Tel Aviv se está destruyendo un edificio tras otro para hacer edificios de hoy, incluyendo la consideración de la construcción del tren. Incluso si se sabe un poco de la historia de Tel Aviv, recuerda que el primer barrio tenía una arquitectura de estilo árabe, con énfasis en las líneas verticales, columnas, arcos. Después , antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial, en 1933, se cierra la escuela de Bauhaus, que en esa época estaba ya en Berlín, y llegan a lo que hoy es Israel tres arquitectos judíos destacados de esa línea, Arie Sharon, Dov Karmi y Zeev Rechter, traen consigo la arquitectura Bauhaus, con énfasis en la línea horizontal. Ese fue un cambio brutal de arquitectura . Hasta hoy se puede ver en Tel Aviv la combinación de los dos tipos de construcción en la ciudad. 

P: Eso seguramente influyó en cada arquitecto, en su forma de encarar sus proyectos.

R: Sin duda. Cuando yo abrí mi oficina, en 1985, tuve la oportunidad no solamente de crear arquitectura en proyectos individuales, sino también en cuanto a qué decir sobre la dirección de la arquitectura israelí, que es impresionantemente interesante. 

¿Hay arquitectura israelí?

P: Justamente te iba a preguntar si se puede hablar de una arquitectura israelí, un país tal multifacético y multicultural. 

R: Se va desarrollando a una velocidad increíble. En la época en que yo abrí mi oficina yo ya estaba hablando de globalización de la arquitectura, de integración de arquitectura local con las paredes pesadas de piedra con la arquitectura internacional de los metales y los vidrios. Ya era en vez de énfasis en lo horizontal, cuerpos geométricos que entraban uno al otro; se inventaron programas nuevos en los que uno puede hacer cualquier forma, se puede esculturar en tres dimensiones y usar una impresora en 3D y hacer todas las dimensiones que uno quiere. Todo eso fue en una época de menos de un siglo, así que la arquitectura en Israel avanza y todo eso es gracias a la gran inmigración que tenemos, que da un movimiento económico muy grande, crea  una necesidad muy grande y se hacen muchas más cosas. 

 

P: Más allá del flujo de gente y del surgimiento de nuevas tecnologías, todo lo cual evidentemente influye en el ritmo de la arquitectura, ¿dirías que esos hechos -la parte del multiculturalismo, de las influencias variadas- se ve también en las formas arquitectónicas, en los estilos? No solo por el hecho de que hay nuevas tecnologías, ¿hay un input cultural de distintos grupos, o realmente ya está fusionado y hablamos de arquitectura israelí?

R: Creo que no se ve lo suficiente. Sería  muy lindo que cada uno de los distintos grupos pueda expresarse a sí mismo. El  asunto está en que muchos de los que dirigen, dentro de las municipalidades, de las instituciones, y los arquitectos, ya son uniformes, ya tienen una educación uniformada y entonces el resultado es  algo más o menos uniforme. Tal vez puede haber más diferencias en las artes plásticas, pero en la arquitectura hay más uniformidad. Te cuento que incluso cuando fui miembro del jurado en un concurso de arquitectura en el Technion de Haifa, dimos premios a estudiantes de todo tipo, incluso había más israelíes árabes que judíos. Claro que planeaban  igual que nosotros, o sea que no se podía distinguir el estilo entre lo que ellos hicieron y lo que nosotros hicimos, porque está bastante amalgamada una cultura con la otra en esta generación.

 

Trayectoria personal

P: Joyce, contame un poquito de tu trayectoria, ¿por qué arquitectura?

R: Eso fue algo que es muy típico de nuestra generación, la arquitectura me encontró a mí, no yo a la arquitectura. Como recordarás, en Uruguay se empieza a estudiar las profesiones a los 15 años…

P: Te referís a la diversificación en los últimos años de secundaria…científico, humanístico, biológico.

R: Exacto. Yo no sabía qué estudiar, fui a un examen vocacional y me salió arquitectura, así no más. Me acuerdo que dije “me encanta todo lo que se estudia en arquitectura, me gustan los edificios”, pero maduré desde entonces (risas). Empecé el preparatorio de arquitectura y realmente era para mí. Llegué a Israel, hice la mejiná, el año de estudios preparatorios antes de la universidad  y me aceptaron en Technion.

Terminé los estudios, trabajé seis años en una oficina muy destacada en Israel llamada Lufenfeld y Gemerman, en la que tuve una gran influencia de muchos de los proyectos destacados porque eran edificios públicos, entre ellos la biblioteca Beit Ariela en Tel Aviv, , muchos centros comunitarios en todos lados y varios barrios. Yo estaba al frente de esos proyectos, y era una de las arquitectas principales del estudio. A los seis años abrí mi propio estudio, decidiendo que la edificación pública era lo que yo elegía hacer.

 

P: Eso es claramente optar por una línea.

R: Así es. En realidad, era como un poco ingenuo, porque por cada edificio público o escuela se hacen mil apartamentos, pero estando en el lugar y tiempo correcto las cosas van tan rápido que hice decenas de escuelas, jardineras, centros comunitarios, sinagogas y centros, algunos de los cuales inclusive ecibieron premios de la Unión Europea. 

P: Qué bueno cuando hay reconocimientos por lo que uno hace, disfrutando lo que hace.

R: Sin duda ninguna.

P: Además,  construir esas cosas, escuelas, centros comunitarios, es realmente construir la vida de la gente, es hermoso eso.

R: Tenés razón. Un lugar que me dio especial placer en ese sentido fue un club en Kiriat Ono para los scouts. Empezamos a trabajar para un grupo chico de niños, pero la ciudad creció mucho. Era tal el placer de ver a  todos esos chicos , unos 2.400, con el uniforme, el pañuelito doblado de distintos colores, llenando en círculos, trabajando y haciendo la actividad del día, que realmente llena el alma. 

P: Hermoso Joyce. Y seguís trabajando. Yo te deseo que siempre disfrutes de la planificación de los proyectos, y que la gente que viva en ellos o los use en el marco de la comunidad, lo haga con felicidad.

R: Que así sea. Muchísimas gracias Ana por esta entrevista.

Ana Jerozolimski
(03 Marzo 2023 , 05:08)

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