Entrevistas

Puesta a punto sobre Uruguay a tres años de asumir el Presidente Luis Lacalle Pou

Con el Dr. Adolfo Garcé, experto en Ciencias Políticas

El Dr. Adolfo Garcé, docente e investigador, es catedrático en el Departamento de Ciencias Políticas, Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR.

Gentileza de Hacer Empresa, IEEM, foto: Diego Battiste

 

P: Adolfo, te agradezco mucho tu buena disposición a esta entrevista, para analizar justo al cumplirse tres años de la asunción del Presidente Luis Lacalle Pou, cómo está el país y cómo le está yendo a él. ¿Cuál sería tu pantallazo general, antes de entrar en detalles?

R: Gracias a ti por tu interés en mi punto de vista. El país tiene problemas, algunos de ellos muy graves, pero está sano. Uruguay es una de las pocas democracias dignas de ese nombre del mundo, tiene el PBI per cápita más alto y el menor nivel de desigualdad de la región. En Uruguay se puede invertir y hacer negocios. El país manejó bien la pandemia y viene luchando por superar sus efectos económicos y sociales. Los niveles de aprobación de la gestión del presidente no son malos La coalición de gobierno funciona. La oposición hace su trabajo. En general, al país le va bien.

Los problemas, por cierto, no son pocos. Uruguay tiene desafíos múltiples, desde corregir el tipo de cambio sin favorecer la inflación, a reformar la seguridad social sin sacrificar el bienestar, pasando por la apertura comercial.

 

P: Leí en El País una nota muy interesante del ex Presidente Sanguinetti respondiendo con firmeza y con datos concretos a la oposición por su afirmación que el país “está en barranca abajo”. El afirma que todo lo contrario, va cuesta arriba. ¿Estás de acuerdo?

R: El país estuvo barranca abajo en los sesenta, declive que derivó en el régimen autoritario iniciado en 1973. Desde el fin de la dictadura en adelante, el país viene cuesta arriba. Tuvo dos crisis tremendas, la de 2002 y la de 2020, ambas generadas por shocks externos adversos. Manejamos bastante mejor la segunda crisis que la primera. El país progresó durante el ciclo 1985-2004 gobernado por los partidos tradicionales, y siguió progresando durante los quince años de gobierno del FA. En este momento está en plena recuperación de la crisis provocada por la pandemia.

¿Y el Presidente?

P: ¿Cómo ves al Presidente Lacalle Pou hoy? ¿Y cómo lo compararías, tres años después de asumir, con el Lacalle Pou del comienzo de la presidencia?

R: Lacalle Pou tuvo un 2022 malo, en parte por la estructura del ciclo político (el año 3 de cada mandato siempre el más difícil porque se terminó la luna de miel y la eventual cosecha electoral todavía está muy lejos), en parte por razones coyunturales (los escándalos Marset y Astesiano fueron un dolor de cabeza constante). Creo, además, que durante 2022 cuidó mucho menos que durante los dos años previos la calidad de su comunicación con la opinión pública. De todos modos, es un jefe de gobierno activo, enérgico y corajudo.

 

P: ¿Cuáles han sido hasta ahora en tu opinión sus mayores aciertos?

R: Dos grandes aciertos. El primero, desde luego, el manejo de la pandemia, especialmente durante el 2020. La convocatoria al GACH fue, en ese sentido, un mojón decisivo. El trabajo del GACH no solamente permitió que el gobierno, durante buena parte de la pandemia, acertara en sus principales decisiones sanitarias. Además, hizo que, como nunca antes en la historia nacional, quedara de manifiesto con toda claridad ante la opinión pública la importancia de la ciencia para el desarrollo nacional. Siguiendo con el tema pandemia, fue correcta la decisión de, como se dijo en su momento, “mantener encendido el motor de la economía”. Todo hubiera sido más difícil si se hubiera optado por una política distinta.

El segundo gran acierto del presidente fue no abandonar completamente, escudándose en la pandemia, las promesas formuladas durante la campaña electoral. Por supuesto, siempre hay un margen de diferencia entre las palabras y los hechos. Pero el gobierno que lidera Lacalle Pou honró la tradición uruguaya de hacer un esfuerzo visible, constatable, por cumplir con lo prometido. En Uruguay los presidentes saben que la plataforma electoral es un contrato con el votante. Y se esfuerzan por cumplir con la palabra empeñada. Esto lo saben todos los partidos políticos uruguayos.

Así gobernó Lacalle Pou durante dos años, con un ojo puesto en la pandemia y el otro en el Compromiso por el País.

El Presidente de la República Luis Lacalle Pou en una de las ruedas de prensa sobre el tema de la pandemia, junto al Ministro
de Salud Daniel Salinas y al subsecretario José Luis Satdjian
Foto: Presidencia

 

P: ¿Y sus grandes errores? 

R: El principal error, para mi gusto grave, fue no construir un diálogo cabal con la oposición. Acá se apartó de su discurso electoral. Lacalle Pou, al menos desde 2014, venía prometiendo “no dividir”, ser un “proyecto integrador”. Sin embargo, lo hizo, dividió. Hoy el país está más dividido políticamente que hace tres años. Desde luego, no es solamente su responsabilidad. El FA aportó mucho al malhumor colectivo. Lacalle Pou no unió a todo el Uruguay cuando envió al Parlamento, en plena pandemia, un proyecto de Ley de Urgente Consideración de casi 500 artículos. Esto es un error no solamente porque implica un uso abusivo de un mecanismo constitucional de carácter excepcional, sino porque generó consecuencias políticas negativas. Pasó lo que tenía que pasar. El Frente Amplio se sintió atropellado y decidió activar el mecanismo del referéndum. El gobierno superó la prueba de la democracia directa, pero a un costo muy alto. No sólo perdió tiempo. Perdió la oportunidad de instalar un clima político sano. El debate público se volvió más tóxico. El presidente no unió al Uruguay cuando dejó pasar la oportunidad de “blindar abril” (del 2021) desconociendo las advertencias del GACH. Era el momento de un pacto político con el FA para bajar la movilidad durante tres meses, hasta que las vacunas hicieran su trabajo. El presidente no unió al país cuando no negoció con el FA la solución al problema del puerto, dicho sea de paso, heredado de la administración frenteamplista. El Uruguay está demasiado dividido. Gobierno y oposición comparten esta responsabilidad.

 

P: ¿Dónde colocarías al caso Artesiano? Es que en este tipo de situaciones, también el no saber es un problema ¿no?

R: Por supuesto, fue enorme error la designación de Astesiano. Que era un personaje con pocos escrúpulos se sabía desde hacía mucho tiempo. No haber calculado los riesgos de tenerlo tan cerca, y no haberlo controlado debidamente son circunstancias agravantes. Cuesta mucho reunir en una única persona al presidente que confió en Rafael Radi con el que confió en Alejandro Astesiano.

 

Evaluando a la coalición

P: ¿Cuál es tu resumen, por ahora, del funcionamiento de la coalición multipartidaria?

R: La coalición ha funcionado bien. Como siempre, construir las mayorías en el parlamento da trabajo. Nunca fue fácil. No lo era cuando el FA (una coalición convertida en partido) gobernaba ni lo es ahora con la coalición multicolor. El socio que le generó más problemas en el gabinete al presidente Lacalle Pou fue el Partido Colorado. Pero el más difícil en el parlamento, y en el debate público, ha sido Cabildo Abierto. Se especula mucho respecto a cuándo los liderados por el senador Guido Manini Ríos abandonarán la coalición. Es difícil anticiparlo. Pero hay buenas razones para pensar que no necesitan irse de la coalición para subrayar sus diferencias con el presidente y su partido. De hecho, lo vienen haciendo desde el marzo de 2020. Dicho sea de paso, las diferencias entre Cabildo Abierto y el resto de la coalición no son una impostura, un mero cálculo electoral. Cabildo tiene posiciones distintas al resto, especialmente en política económica. En esta dimensión está más cerca de algunos sectores del FA que del MEF.

 

La responsabilidad de la oposición

P: ¿Y qué análisis merece a tu criterio el comportamiento de la oposición? No logro recordar ni una vez que hayan reconocido que hay algo bien hecho. ¿Me equivoco?

R: No hay democracia sin alternancia. Y no hay alternancia sin oposiciones firmes. El FA es una oposición firme. Hace lo que corresponde en un sistema político como el nuestro, que funciona con la lógica gobierno-oposición. Al FA, en tanto partido de oposición, le corresponde fiscalizar la labor de gobierno. El FA lo hace, y cumple con su rol.

Lo que vale la pena discutir, en todo caso, es sobre la extensión e intensidad de las críticas. Cuesta demasiado encontrar decisiones o políticas públicas del gobierno que hayan contado con el visto bueno del FA. Cuesta demasiado entender la estridencia de algunas críticas. La crítica, cuando pasa de cierto límite (en extensión e intensidad) termina siendo contraproducente. Empobrece el debate público y le resta credibilidad al propio FA.

 

Mirando hacia adelante

P: Sé que es prematuro vaticinar nada ahora pero… ¿cómo ves a la oposición de cara a las próximas elecciones?

R: La historia política del Uruguay enseña que el que gobierna pierde votos. Es prácticamente inexorable. Ahora mismo, está pasando en América Latina. En 10 de las 11 elecciones realizadas entre 2018 y 2022, ganó la oposición. Las encuestas muestran que el FA viene creciendo respecto a su votación de octubre de 2019. Es decir que no hay cómo equivocarse: el FA va a votar arriba del 40% en la primera vuelta de 2024. La gran pregunta es si logrará obtener mayoría parlamentaria o no. Yo lo veo difícil. Hoy por hoy, desde mi punto de vista, el escenario más probable es que el FA ronde el 45%. Y eso nos lleva a otro balotaje de película, como el de noviembre de 2019. Los detalles serán más decisivos que nunca. El perfil de los candidatos, la solidez de las propuestas y la capacidad de argumentar harán la diferencia.

 

P: ¿Y cuáles son las figuras en el actual oficialismo a las que a tu criterio hay que poner especial atención?

R: En el Partido Nacional aparecen muchos nombres. Los dos más evidentes, por el momento, son el de Álvaro Delgado y Laura Raffo. Pero falta saber qué harán otros líderes de primer nivel como Beatriz Argimón, Javier García y Enrique Antía, para poner tres ejemplos. En el Partido Colorado hay más misterio todavía. Se manejan muchos nombres pero el panorama es incierto. Una de las incógnitas más importantes, que todavía no se despejará, es la de Pedro Bordaberry. Hay que ver también qué deciden los dos sectores con representación parlamentaria, Batllistas y Ciudadanos. Por cierto, el año que viene también competirán Guido Manini Ríos y Pablo Mieres. Será muy interesante analizar el comportamiento de los electores de la coalición. ¿Cuántos optarán por cambiar de bloque, es decir, por votar al FA? Sabemos que la volatilidad entre bloques es baja. ¿Cuántos decidirán volver a votar por la coalición, pero por otro de sus partidos? ¿Logrará recuperar espacio el PC? ¿Crecerá Cabildo? ¿Logrará el Partido Independiente capitalizar electoralmente la buena gestión de Mieres en el MTSS? Sabemos que la volatilidad electoral dentro de cada bloque puede ser alta. Pero tenemos demasiadas preguntas y, todavía, poca información.

 

A modo de resumen

P: Volviendo a los términos generales…Aunque en parte ya lo respondiste al principio ¿cómo ves hoy a Uruguay cuando está por cumplirse el tercer aniversario de la presidencia de Lacalle Pou? ¿Cuáles son los principales desafíos por resolver?

R: Uruguay está sano. Pero tiene grandes desafíos. En primer lugar, debe construir una economía basada en el conocimiento. En este sentido, el ejemplo de Israel es aleccionador. En segundo lugar, debe reparar la fractura social. Sigue habiendo demasiada miseria. Las personas en situación de calle son el testimonio cotidiano de todo lo que resta por hacer. Para avanzar a una economía basada en el conocimiento y reparar la fractura social es imprescindible acelerar y profundizar la transformación educativa. No podemos perder el tiempo. Este tercer desafío, en verdad, es el más importante de todos.

 

P: Más claro imposible. Gracias por este panorama tan interesante, que estoy segura interesará mucho leer tanto en Uruguay como entre los uruguayos que están en el exterior, para saber dónde estamos parados hoy.

R: Gracias a ti.

Ana Jerozolimski
(05 Marzo 2023 , 18:26)

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