Rasia Friedler.
Artista multidisciplinaria y psicóloga.
En su exploración estética integra la fotografía, el dibujo, la pintura, la escritura, el collage y el arte digital.
El paso del tiempo, las paradojas de la subjetividad y la complejidad de la condición humana en la sociedad contemporánea son temas recurrentes en su obra.
Es fundadora y directora de SaludArte, una organización que promueve la salud a través del arte y el humor desde 1999.
Fundó y coordinó la Cátedra libre de Arte y Psicología de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (UdelaR) junto a Lic. Raquel Nogara.
Ha publicado en los géneros de poesía, cuento breve, textos científicos y humor.
Sus creaciones han sido exhibidas internacionalmente y forman parte de colecciones privadas, incluyendo la colección Engelman-Ost.
¿Cuando piensas en Rosh Hashaná, cuál es la primera palabra o imagen que te viene a la mente?
Una jalá humeante y redonda sobre un antiguo mantel banco bordado a mano.
¿Qué te evoca el sonido del Shofar?
El Tekiah me impulsa a “despertar”, a desarrollar al máximo todo lo que le da sentido a mi vida, a crecer espiritualmente y a cuidar de quienes me rodean.
Me evoca un deseo de amar, gozar y crear intensamente.
¿Puedes compartir un recuerdo de tu infancia relacionado con Rosh Hashaná?
No recuerdo una anécdota precisa, mi memoria es más bien sensorial.
Celebrábamos Rosh Hashaná en la casa de mis abuelos, en Paysandú. La casa tenía techos muy altos y muebles de madera oscura. Junto a la gran mesa del comedor había un aparador con fotografías de familiares con semblantes muy serios. Toda la casa olía a jalá recién horneada, era un aroma delicioso
Mi abuela preparaba huevo picado con cebollita, paté de hígado, tzimes de zanahoria y kishke relleno. Los niños jugábamos y nos asombrábamos de pequeñeces mientras los adultos se ocupaban de otras cosas. Teníamos pocos juguetes, la interacción, la imaginación y el movimiento eran suficientes.
Las lecturas prolongadas de los rezos me resultaban tediosas, pero eran compensadas por un fuerte sentimiento de familia y por las músicas en idisch que brotaban de la vieja vitrola.
¿Cómo ha cambiado la celebración de los jaguim (festividades judías) en estos tiempos que vivimos?
Con la era digital adquirimos una visión más amplia del mundo de la que teníamos en el siglo pasado. Contamos con más recursos para celebrar la festividad y conocer nuestra historia. Por otro lado, tengo la impresión de que el contenido espiritual se ha ido debilitando en las nuevas generaciones, si bien aún persiste, con fuerza, el valor de la unión familiar.
¿Qué reflexiones o evaluaciones haces en tu vida en relación con el Año Nuevo Judío?
Rosh Hashaná es un tiempo de reflexión. Para mí es un tiempo para afirmar valores y prácticas ético-humanistas. Un momento para mirar hacia atrás, para plantearme cómo seguir y qué cambiar. A pesar de que el futuro no se presenta muy halagüeño para la humanidad, es un momento para renovar la esperanza y la apuesta a la continuidad de nuestro pueblo con su inmensa riqueza cultural.
¿Realizas un balance, o reservas eso para el año gregoriano?
En parte sí, en ambas fechas. Considero al balance como un proceso continuo que me permite desarrollar acciones de acuerdo a mi sentido y propósito de vida. Me gusta explorar el conjunto de posibilidades y dificultades en cada situación dada, en y más allá de las fechas rituales.
¿Acostumbras pedir perdón a tus seres cercanos antes de Iom Kipur?
No. Lo hago cuando siento la necesidad de hacerlo, independientemente de las festividades.
¿Asistes a la sinagoga durante Rosh Hashaná o Iom Kipur? Si es así, ¿a cuál?
Soy socia de la NCI pero no acostumbro asistir a la sinagoga en las festividades.
¿Qué significado tienen Rosh Hashaná e Iom Kipur en tu vida y en tu práctica religiosa?
Yo me identifico con la corriente judía humanista secular, no religiosa. Básicamente destaco en esos días especiales la introspección y la evaluación de lo realizado. Y como celebraciones que son las considero instancias de recordación de nuestros seres queridos que ya no están, de alegría y unión familiar.
¿Cuáles crees que son las responsabilidades de esta generación en lo que respecta a la continuidad del judaísmo?
Las responsabilidades de las nuevas generaciones no son pocas ni pequeñas.
Para empezar, necesitan resignificar y reinterpretar el judaísmo a la luz de un mundo en crisis. Otras responsabilidades que les aguardan son cultivar una cultura de paz, mantener las tradiciones, conservar la memoria activa, desarrollar la capacidad de pensar, resistir y luchar contra el terror, la discriminación, la xenofobia y el racismo, defender el derecho de Israel a existir como estado en la comunidad internacional.
Y por último, seguir aportando al desarrollo de Israel y del mundo en materia de innovación y emprendimiento.
