Ianai Silberstein

Ianai Silberstein

 Nacido 1957, casado, dos hijos, un nieto. Jubilado. Egresado con título de grado en Teoría Literaria y Literatura Inglesa de la Universidad de Tel-Aviv en 1980. PDD en la Universidad de Montevideo en 1999. Participante de los Seminarios para líderes comunitarios del Shalom Hartman Institute en Jerusalémdesde 2009 a la fecha. Integrante del Consejo de la EIHU entre 1997 y 2006. Miembro de la Comisión Directiva de la NCI desde 2003. Presidente 2006 a 2009. Actualmente Presidente de la NCI por el período 2021-2024. Creador del programa radial “radiomaná” entre 2004 y 2009. Creador del blog TuMeser on-line desde 2009. Escritor. Charlista. Juez All-Rounder del Kennel Club Uruguayo desde 2017.

Columna de opinión

Carta del lector a Búsqueda

Señor Director,

Hago referencia al artículo de investigación periodística firmado por Leonel García en Búsqueda No. 2252 del 23 del corriente sobre las reacciones de “judíos de izquierda” ante el avance antisemita surgido, precisamente, desde “La Izquierda”. Quisiera que las sensaciones de los “judíos de izquierda”sirvan de disparador para reflexiones vinculadas a la situación desencadenada el 7 de octubre pasado en Oriente Medio, en especial para los judíos que no nos auto-denominamos “de izquierda”; o por lo menos no asociamos nuestras posturas político-partidarias con nuestra condición de judíos. Lo cual nos da más libertad de expresión, pero no nos hace menos sensibles a la ola antisemita desatada por la guerra en Gaza.

Confieso que estoy bastante sorprendido de la ingenuidad que se describeen su artículo así como la reflejadaen otros medios y redes sociales respecto al tema por parte de estos “judíos de izquierda” sorprendidos en su buena fe. Hace ya muchos, muchos años que “La Izquierda” condena al Estado de Israel bajo diferentes razones, o excusas; para no ir demasiado atrás en el tiempo me remonto a los nuevos paradigmas surgidos como consecuencia de la Guerra de los Seis Días en 1967.

Si algo demostraron las protestas civiles en Israel durante el año 2023, interrumpidas el 7 de octubre por la invasión de Hamas, es que más de la mitad de Israel no apoya “La Derecha” (cada vez más extrema)que habilita la permanencia en el poder de Netanyahu. Parte del drama es que ese cincuenta por ciento no consigue expresarse electoralmente con éxitodentro de un régimen parlamentario complejo. “La Izquierda” global, sin embargo, nunca se tomó el trabajo de diferenciar entre el pueblo judío, el Estado de Israel, y su gobierno de turno; para sus fines, todo es lo mismo. El Anti-Sionismo es el nuevo Antisemitismo. La reacciónjudeofóbica a la masacre del 7 de octubre y la consecuente reacción militar de Israel lo demuestran.

Hace diez años, en 2014, durante la campaña “Margen Protector”, acotada y puntual en comparación con la actual, se desató una reacción antisemita global similar. Aquí en Uruguay también. Fueron momentos de mucha angustia e incertidumbre paratodos los judíos uruguayos. Un año más tarde, en marzo de 2016, esta ola antisemita cobró una vida por su condición de judío. Hubo una reacción de miedo y estupor como la que se está manifestando ahora, pero fue general y sin afiliaciones.

En esta oportunidad, como en la Shoá, precisamos que otros nos recuerden que por sobre todas las causas que elijamos abrazar u otras identidades que nos identifican (valga la redundancia), somos judíos. El antisemita no distingue. No le importa. El odio hacia la otredad es más fuerte que cualquier ideología, aun aquellas que dicen celebrar la diversidad. El judío es el eterno otro aunque quiera creer que es parte. De hecho, funcionabastante bien cuando se es parte de colectivos y organizaciones no antisemitas.

En su famoso monólogo en “El Mercader de Venecia” Shylock dice: ¿Si nos envenenáis no morimos? ¿Si nos hacéis daño, no nos vengaremos? Shylock hace referencia al judío frente a la sociedad que lo discrimina y humilla. La pregunta cabe para los judíos que no nos auto-denominamos “de izquierda”. ¿Por qué cunde el estupor, la sorpresa, la ofensa, respecto a quienes creyeron en ideologías contradictorias y no respecto a quienes, ideologías aparte, somos simples judíos de a pie, en toda nuestra vasta diversidad?

Me solidarizo con los “judíos de izquierda” y su coyuntura. Pero (sí, el famoso “pero” que lo relativiza todo) me pregunto quién se ocupa de expresar nuestro dolor cuando pasamos por nuestras vidas atendiendo nuestros asuntos, cumpliendo nuestros deberes cívicos y ciudadanos, sin vergüenza ni relativización de nuestra identidad judía. Tal vez no abracemos demasiadas causas, tal vez éstas sean anónimas, pero no abrazamos causas equívocas.

Hoy, a ocho semanas del 7 de octubre,todos los judíos penamos por igual.

Un valor muy abrazado por las corrientes progresistas judías es “mejorar el mundo”, el “tikún olam”. A tal punto, que para muchos judíos progresistas y/o laicosese valor es casi excluyente en su identidad como judíos. La triste realidad es que no hay “mejora” del mundo o “arreglo” suficiente: el mundo sigue quebrado en sus valores y los judíos somos víctimas. La diferencia es que hoy ya no somos víctimas pasivas. Ese es el mérito del Sionismo, “una causa progre que tuvo la mala suerte de tener éxito” (Wilf). Su resultado es el Estado de Israel. Soberano, democrático, imperfecto, y profundamente judío.

Será un largo período de conflicto. Que todos tengamos la sabiduríade manejarlo con prudencia. Que podamos procesar nuestro dolor constructivamente. Todos y todas.

Ianai Silberstein
(1 de Diciembre de 2023 a las 09:39)

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