Entrevistas

En recuerdo de Dani Schiffenbauer, nacido en Uruguay, caído como Tte. Cnel.en la Fuerza Aérea de Israel

Su hermana Ruthi Shlein: “Vivimos sin Dani...y con él”.

Eran tres hermanos inseparables, Dani, Ruthi y Ariela. La tragedia del accidente de helicóptero durante un entrenamiento en el 2010 en el que Dani perdió la vida, marcó un quiebre en la familia, siempre unida y cercana. Físicamente quedaron las dos hermanas, pero de hecho, en medio del dolor y del recuerdo, siguen siendo tres.

Los tres hermanos Schiffenbauer, de chicos
Los tres hermanos Schiffenbauer, de chicos

 

Dani (Z”L), era el hijo mayor de Susana y Eugenio Schiffenbauer, que en 1973 decidieron cumplir el sueño sionista y emigraron de Uruguay para radicarse en Israel. Dani ya tenía 6años, Ruthi un año y medio menos y la menor, Ariela, era aún una bebé.

 

La familia Schiffenbauer al partir de Uruguay a radicarse en Israel
La familia Schiffenbauer al partir de Uruguay a radicarse en Israel, acompañados por familiares que los despedían

 

El año pasado, de cara a Iom Hazikaron, entrevistamos a Ruthi de en memoria de su hermano mayor. Aquella entrevista

fue publicada en la edición impresa de Semanario Hebreo. Ahora que tenemos la oportunidad de multiplicar su difusión por esta vía, no queremos dejarla pasar.

Ruthi compartió  con nosotros los recuerdos, la combinación entre el orgullo por lo que era su hermano mayor- no sólo como piloto de la Fuerza Aérea de Israel sino ante todo como  ser humano- y el dolor por su ausencia física. Sentimos que habla en nombre de la familia.

Vayan a ella, su hermana y sus respectivas familias, a sus padres, y por supuesto a Yael, la esposa de Dani, y los tres hijos de ambos Amit, Roí y Ionatan,  un apretado abrazo en este nuevo Día del Recuerdo. Y siempre. No podemos dejar de recordar que el año pasado, Roí fue uno de los 120 soldados sobresalientes de todo Tzahal, recibido por el Presidente de Israel en Iom Haatzmaut. El Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea General Amikam Norkin, que fue amigo personal de Dani (z”l), lo felicitó y le aseguró que su padre estaría orgulloso de él.

 Dani-que  cuando cayó estaba a punto de ser ascendido a Coronel, que había sido comandante de una escuadrilla , condecorado por un heroico rescate bajo fuego de soldados de una unidad élite durante la guerra del 2006- seguramente lo observó  desde arriba, con justificado orgullo.

 

Dani Schiffenbauer en la cabina de piloto
Dani Schiffenbauer en la cabina de piloto

 

P: Ruthi, te agradezco que me atiendas. Y doy por sentado de antemano que recordar a Dani inspira tanto tristeza como orgullo. Supongo que este año lo viven de modo muy especial ya que Roí, su hijo del medio, ha sido elegido como uno de los soldados sobresalientes de todo Tzahal, que serán recibidos por el Presidente de Israel en Iom Haatzmaut. Es como cerrar un círculo ¿verdad?

R: Así es. Hace ya casi 8 años que vivimos con Dani y sin él, pero está muy presente en nuestras vidas. Somos una familia a la que le gusta hablar de él, libremente, nos reímos recordando juntos, pasamos mucho tiempo juntos y Dani siempre es parte de nuestra vida también hoy. Los años pasan y la generación joven crece y Dani siempre está, a distintos niveles, en distintos puntos. Su presencia se adapta a nosotros, a medida que vamos cambiando y desarrollándonos.

Este año su hijo Roí, que casi está terminando su servicio militar, ha sido elegido en efecto como uno de los soldados sobresalientes. Constantemente nos hallamos en situaciones que nos traen a otro Dani. Ahora, con lo de Roí, está Dani que también era sobresaliente, excelente. También del hijo mayor estamos orgullosos, es capitán, oficial en un cargo muy importante en la Fuerza Aérea. Ionatan, el menor, es un destacado estudiante, jugador de basquetbol, un muchacho en el que también vemos muchos puntos de semejanza con Dani.

P: Lo ven a Dani constantemente en el recuerdo mismo y en sus propios hijos...

R: No es que pasamos los días en la vida diaria buscando en qué los hijos se parecen a él. Se vive la vida y se intenta hacer lo mejor porque así somos, pero Dani siempre está de fondo.  Pero claro que el pensamiento sobre él y lo que fue para nosotros, siempre está especialmente presente en los días más especiales como Iom HaZikaron, el día recordatorio de los caídos, el aniversario del accidente, las fiestas, los cumpleaños, las alegrías familiares. Pero en principio, decidimos que hay que seguir viviendo, cada uno a su forma. Intentamos no pensar a cada paso qué pensaría Dani. Pero sí está muy presente en la vida de sus hijos. Hay muchos momentos en los que nos miramos entre nosotros porque vemos destellos de su vida, de su personalidad tan especial, su modestia, su carácter, su heroísmo y al mismo tiempo su gran sensibilidad.

P: Me pregunto si junto al hecho que la vida es más fuerte que todo también es necesario todos los días tomar la decisión de seguir adelante...Es que junto a la normalidad de la vida diaria y al sentir la presencia de Dani en todo, seguramente también hay momentos de quiebre.

R: Por supuesto. La verdad es que no hay leyes . Supongo que mis padres piensan más cómo seguir cada nuevo día después de una tragedia así. En los más jóvenes esos puntos se ven distinto.  Lo extrañamos muchísimo a Dani  y nos hace falta no sólo  todos los días sino en todo.  Pero no es un mero cliché eso de que la vida es más fuerte que todo. Realmente es así. No creo que sea malo decir que seguimos viviendo e inclusive que lo hacemos con normalidad.

 Siento que hay un mecanismo biológico que nos lo permite. En cierta medida creo que es más natural inclusive que decidir lo opuesto, que decidir que uno no sigue viviendo. Uno puede quedarse en el momento de la tragedia y volver a vivirla una y otra vez. Lo respeto, pero no es nuestro camino. Y creemos sí que si Dani pudiera mirarnos desde arriba se sentiría muy feliz y pleno de ver que sus hijos crecen fuertes, seguros, sanos de alma.

 

Dani Schiffenbauer con sus tres hijos
Dani con sus tres hijos

 

Si uno los ve en público, entre amigos, con otra gente, no creo que pueda captar  que pasaron por un trauma tan difícil y crecieron sin padre...Está claro que Yael, su esposa, ha hecho un trabajo maravilloso en este sentido. Y también ayudó el hecho que somos una familia sumamente unida, que nos apoyamos mucho mutuamente. Nos es muy importante estar el uno para el otro. Y de esta forma, todo este diario lidiar con el hecho que Dani ya no está, es más posible, hasta diría más fácil.

Parte de los  Schiffenbauer en una reunión familiar
De izquierda a derecha: Ariela y Noa, Ruthi (nuestra entrevistada), Susana (la mamá), Dani (z"l) y su esposa Yael

 

 

P: Ese juntos tan fuerte en ustedes, es clave para poder enfrentar la ausencia, la muerte.

R: Sin duda, aunque la muerte no es algo que se pueda comprender fácilmente. Siempre pienso que ante algo tan trivial supuestamente, como la muerte, que llega a absolutamente todos los habitantes del planeta, tendríamos que tener mejores mecanismos en el cuerpo y en el alma que nos permitan lidiar mejor con ella. Pero no los tenemos. Pero creo que si Dani nos puede ver, estará tranquilo y satisfecho de la forma en que nosotros tratamos de manejarnos.

P: Creo que esos mecanismos no pueden existir cuando la muerte es prematura. Y la de Dani lo fue.

R: Sí, es verdad...pero la vida es siempre compleja y todo es relativo. Quizás suene un poco raro, pero en nuestra familia sentimos que dentro del dolor por la muerte de Dani, tuvimos suerte. Claro que tenía sólo 43 años cuando cayó y podría haber vivido muchísimo más, pero la mayoría de los caídos en combate por ejemplo, o en accidentes, son jovencitos de 18, 19,20 años. Y pensamos en Dani que llegó a los 43 y que además alcanzó en su vida a hacer tan bien tantas cosas que quería, que le eran importantes. Sintió y vivió amor, tuvo una hermosa vida en pareja, fue padre, pudo criar a sus hijos, sirvió en las Fuerzas de Defensa de Israel que eran su gran amor, fue una persona comprometida con lo que hacía, estudió Física y Matemáticas en la universidad, lo cual le produjo gran placer…Todo lo que hizo en la vida, aunque sólo durante 43 años, lo hizo porque así lo eligió. Fueron sólo 43 años pero con tanta plenitud que nos sentimos felices al pensar en ello. Claro que hubiéramos querido otros 50 años y hasta los 120, pero miramos lo que alcanzó, lo que era, y agradecemos por ello.

P: Me imagino que no se puede hablar en ninguna circunstancia de consuelo, pero ese hermoso pensamiento en algo seguramente alivia. Y me lleva a preguntarte si tú estabas preocupada por el peligro que podía significar el hecho que era piloto de helicóptero.

Dani Schiffenbauer, amaba servir en la Fuerza Aérea de Israel
Dani Schiffenbauer, amaba servir en la Fuerza Aérea de Israel

 

R: Claro que nos preocupábamos mucho, todos, aunque en el diario vivir yo quizás no era tan consciente de los peligros. Dani tenía un sentido del humor muy fino, humor negro, y nunca ocultó que el helicóptero es algo peligroso. En el día a día podíamos sentirlo menos pero cuando participó en la guerra del 2006 estábamos sumamente preocupados ya que todo estaba más abierto, más expuesto y sabíamos que encabezaba operativos de gran responsabilidad. Era jefe de una escuadrilla. Sabíamos de los vuelos por supuesto. El había participado en todo tipo de operativos, en entrenamientos y como no siempre sabíamos, no teníamos motivo para preocuparnos.  Pero la guerra fue otra cosa.

Me imagino que cada uno podía vivir la preocupación de otra forma. Yael, su esposa, que todo el tiempo lo veía entrar y salir, seguramente lo vivía distinto que yo. Imagino su nivel de preocupación cuando tenía que volar de noche. Después del 2006, cuando perdió un helicóptero en el Líbano con cinco de sus oficiales, todos nosotros entendimos cuán expuesto y complicado es un helicóptero como el que él manejaba. Y nuestro nivel de preocupación aumentó.

Te diré que en el 2008 se enfermó, le encontraron una obstrucción en una arteria del corazón, por lo cual tuvo que hacerse un cateterismo y no podía volar. Fuimos con mi esposo a visitarlo ese mismo día, y cuando entré al cuarto, se ve que yo estaba blanca como un papel de la preocupación y él me dijo, con su típico humor negro: “Ruthi! ¿Por qué tenés esa cara? Sabés que si me voy a morir va a ser en el helicóptero”.

P: ¿En qué medida la dedicación de Dani por lo que hacía, tenía como motor el amor al país, el sentimiento sionista, la conciencia sobre la defensa de Israel? Imagino que siempre hay un elemento de realización personal, de hacer algo que a uno le interesa y le gusta. Pero no creo que sea suficiente. Me aventuro a decir que en Dani y en otros como él, el amor por Israel era lo central.

R: Te diré que nosotros hicimos aliá en 1973, por sionismo. Mi papá siempre tuvo claro que él en algún momento se iría a vivir en Israel. Cuando se casó con mi mamá en 1965, creo que ya estaba claro que ella lo acompañaría, que no había otra opción. Crecimos en un hogar muy sionista que cree desde lo más íntimo que este es el lugar del pueblo judío. Siempre lo sentimos así y estamos muy orgullosos de nuestros padres por la decisión que tomaron en su momento. Cuanto más maduramos más impresionante nos resulta comprender la dimensión del paso que dieron en su momento nuestros padres, dejando un país agradable como Uruguay, una vida tranquila, con una gran dinámica familiar muy cercana. El hecho es que también hoy el vínculo con la familia allí es sumamente cercano a pesar de que hace tantos años que vivimos separados.

Así que Dani creció en un hogar muy sionista y él agregó de lo suyo. Estaba profundamente convencido de lo que significa vivir en Israel. En determinado momento viajó a Polonia en el marco de las delegaciones de “Testigos de Uniforme”, oficiales de Tzahal que visitan los campos, y eso fue sumamente significativo para él. No que eso le haya enseñado nada que no conociera pero sí le fortaleció más aún su convicción de que Israel es el Estado del pueblo judío. Estaba orgulloso de Israel, de Tzahal, amaba la Fuerza Aérea...tenía todo muy claro al respecto.

P: Entiendo que hablaba abiertamente del tema...

R: Así es. Te cuento que en determinado momento, me ofrecieron de mi trabajo de entonces, en un banco, enviarme por cuatro años a Nueva York. Mi esposo quería ir, todos en la familia pensaron que era una buena idea, que permitiría ampliar horizontes, que es bueno para los niños, que conozcan mundo...todo eso.  Pero yo no me sentía segura. Fui a hablar con Dani. Le expliqué, él me prestó atención y me dijo: “Ruthi, hagámoslo sencillo: ¿Tienen problemas económicos?”. Le dije que no. “¿Problemas de salud?”. Por suerte tampoco. “Bueno, si es así, no hay para qué dejar el país. Si está todo bien, no hay que irse de Israel. Esas serían las únicas razones por las que yo consideraría vivir en otro lado. Si no, tenemos que estar aquí. No hay que separarse de la familia para ampliar horizontes. Es muy sencillo”. No podés imaginarte qué alivio me hizo sentir. Y no viajé.

Fue muy fuerte y significativo. Israel es el hogar y en el hogar está la familia. Así lo veía, siempre con mucho orgullo, muy sionista. No se confundía. Lo tenía todo muy claro.

P: ¡Qué linda esa historia! Ruthi, al mismo tiempo, sé que se seguía sintiendo uruguayo, aunque había llegado de chico. Y la relación familiar es muy importante.

R: Así es. La mayor parte de la familia quedó en Uruguay cuando nosotros vinimos a Israel. Y quizás pueda parecer extraño, porque de hecho es como que una vida entera hemos vivido separados, pero nos sentimos todos sumamente cercanos. Hay un gran amor entre todos nosotros y los primos de Uruguay.

P: Recordemos a quién tienen en Uruguay.

R: Los abuelos lamentablemente ya han fallecido. Pero están nuestros tíos, Gerardo Swedzki y Raquel, él es hermano de mamá, y Carola Jaszlowitzer, hermana de papá. Y por supuesto sus hijos, nuestros primos.

 

Dani, en un evento familiar en Uruguay, con sus tíos Gerardo y Raquel Swedzki y sus primos
Dani, en un evento familiar en Uruguay, con sus tíos Gerardo y Raquel Swedzki y sus primos

 

P: Recuerdo que Yael me había contado cuando la entrevisté años atrás, cómo a Dani le gustaba el  fútbol uruguayo.

R: ¡Ah, claro! Uruguay es también el fútbol. Era un enfermo del fútbol. Lo llevaba en la sange como si hubiera vivido allí. Jugaba muy bien, era un gran deportista. A veces pienso cuántas cosas variadas hacía bien. Y te diré inclusive que la última vez que nos vimos fue en el mundial del 2010, en lo de nuestros padres. Estaban todos los hijos y nietos, reunidos para mirar el partido entre Ghana y Uruguay.

P: Fue un partido no apto para cardíacos…

R: Justamente. ¡Tenías que verlo! Las paredes temblaban de los gritos suyos y de los chicos. Al terminar el primer tiempo él pensó que mejor se va porque se ponía demasiado nervioso. Pero evidentemente no podía. Estaba congelado frente a la tele y al final se quedó. Y cuando Uruguay ganó, fue realmente una gran felicidad. Fue una reunión muy uruguaya. Parecíamos en realidad no una familia que vive en Israel sino en la otra punta del mundo.

Te diré también que Yael, su gran amor, que dio la casualidad que se conocieron y que ambos habían venido de Uruguay, fue como una conexión perfecta. Tenían un vínculo hermoso a muchos niveles, y creo que el tema cultural, el trasfondo común, también era uno de ellos.

P: Yael Steinfeld, su esposa, un año menor que él, llegó a vivir a Israel con sus padres cuando ella tenía 15 años, si mal no recuerdo tan solo dos años antes de conocer a Dani en una fiesta.

R: Así es.

P: Ruthi, estamos hablando en la víspera de Iom Hazikaron, el Día recordatorio de los caídos, creo yo que la fecha más solemne del calendario israelí. ¿Ayuda en lo personal el sentir que el duelo es nacional, que el pueblo todo acompaña?

R: Claro que ayuda. Pero también en esto hay complejidades porque cada familia conmemora su duelo de otra forma, cada una elige cómo perpetuar la memoria del ser querido que murió. Nosotros no hemos organizado carreras o eventos diversos en memoria de Dani, no hemos erigido monumentos ni ofrecido becas en su nombre. Sí hablamos mucho de él en toda oportunidad. La que más lo hace públicamente es Ariela, nuestra hermana menor. Y ella lo hace maravillosamente, comparatiendo con distintos grupos lo que él era, las muchas cosas lindas que llegó a hacer en su vida, cosas importantes para Israel. En su conferencia se centra eun operativo especial muy heroico en el que él participó y lo relata de forma muy exacta fiel a lo que ocurrió, ante distintos grupos de jóvenes, ante unidades del ejército. Es una forma impresionante de perpetuar la memoria de Dani.

Y sí, estos días tan especiales, sentimos que el país todo presta atención y abraza a las familias de duelo. Hay mucho respeto hacia las familias.Y realmente la gente quiere escuchar, saber de Dani y lo que hizo. En Iom HaZikaron esto nos ayuda mucho. Pero claro que el día recordatorio es uno en el año. En este día, yo personalmente quiero escuchar las historias de los demás, de todos los otros caídos. El resto, los otros 364 días del año, son sólo para Dani.

P: En el mar de vivencias que has tenido con un hermano tan cercano y tan especial ¿hay alguna vivencia que destacarías?

Los tres hermanos Schiffenbauer
Los tres hermanos Schiffenbauer

 

R: Un sinfín de cosas…es imposible resumir. Yo le consultaba mucho, tuvimos incontables conversaciones. Éramos realmente hermanos muy unidos, los tres, con una relación muy fuerte, siempre, desde la niñez. Hablábamos de todo y siempre supimos expresarnos el amor que nos teníamos. Siempre decíamos que eso era porque nacimos en Uruguay, por el calor humano y la sensibilidad. Al mismo tiempo, Dani era una persona muy ocupada, además de muy tímido, bastante callado, no era charlatán. No era una persona que necesitaba siempre tener  gente alrededor. Creo que lo que más me gustaba era que en diferentes momentos y lugares, muy a menudo, nos llamaba, tanto a Ariela como a mí, aunque fuera por sólo 10 segundos y decía “estoy en medio de un debate” o podía ser antes de un operativo…”sólo quería decirte que te quiero”. También de grande lo hacía. No conozco mucha gente así.

P: Qué bendición tener ese recuerdo…Ruthi, para terminar…es ineludible volver a Roí, a los momentos de emoción y tanto simbolismo que seguramente toda la familias vivirán en Iom Haatzmaut, cuando él, uno de los hijos de Dani, entre a  Beit Hanasí, la residencia del Presidente de Israel, como uno de los 120 soldados sobresalientes de todo Tzahal. ¿Cómo lo están viviendo?

 

La tapa del diario israelí Yediot Ajronot con el anuncio de la distinción a Roi Schiffenbauer, aquí con el Jefe de la Fuerza Aérea, que era amigo de su padre
La tapa del diario israelí Yediot Ajronot del año pasado, con el anuncio de la distinción a Roi Schiffenbauer como soldado sobresaliente, en Iom Haatzmaut, aquí con el Jefe de la Fuerza Aérea, que era amigo de su padre, el General Amikam Norkin.

 

R: Roí es un muchacho bueno, con tanta alegría de vivir. Como todos, también él ha tenido que lidiar con cosas no sencillas, empezando por el hecho que perdió a su papá. Y cuando tuvo caídas, como por ejemplo al no poder seguir el curso de pilotos, siempre supo cómo levantarse, cómo desarrollarse, como sacar el máximo de cada situación, cómo ver la mitad llena del vaso. Sí…creo que me voy a emocionar mucho allí al verlo.Es una lástima que Dani no esté para verlo.

P: Dani seguramente lo estará viendo desde arriba.

R: Sabes…eso depende en general de la concepción de mundo. Nosotros no somos grandes creyentes. Pero este jueves, cuando Roí esté en Beit Hanasí en Iom Haatzmaut, sí, quisiera saber que sí.

Ana Jerozolimski
(07 Mayo 2019 , 08:51)

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