Mundo Judío

Una doble historia de amor.

Yael, nacida como católica en Singapur, y su camino de conversión al judaísmo.

Ahora se llama Yael Esther

Debo comenzar con una aclaración. A Yael he tenido el gusto de conocerla, porque está casada con un querido amigo, Eduardo Berenfus, ex compañero de la Escuela Integral. La entrevisté hace ya unos años sobre su proceso de acercamiento al judaísmo y el vínculo entre su gran amor con Eduardo y la verdad que halló en la religión.

Yael y Eduardo Berenfus
Yael y Eduardo Berenfus

 

Hace pocos días, Eduardo me mandó un mensaje lleno de emoción, con el título “compartiendo simjas!”. Así decía:

“Te escribo estas lineas con mucha emoción. Recordarás que ya hace unos cuantos años llegaste a hacer un artículo acerca de Yael, de su amor a la religión judía y de su conversión. En aquel momento Yael había completado su conversión por vía conservativa pero sentía que no representaba plenamente el camino del judaísmo por el que quería transitar. Te cuento que ayer regresamos de Los Angeles luego de haber tenido la entrevista final con el Beit Din  (A.J: tribunal rabínico), que confirmó la conversión de Yael ¡ plenamente ´kosher´!.

Pasó todas las preguntas finales sorprendiendo a los rabinos. En varias preguntas los rabinos se miraban uno al otro y decían: "¿Alguna vez has oído a alguien responder a esta pregunta de esta forma?". Han sido muchos años en los que Yael ha estado estudiando colecciones enormes de libros y hasta ha llegado a dar clases de Torah en el shul a grupos de mujeres. Adora la religión”.

Yael y Eduardo resolvieron volver a casarse por jupá, por ley ortodoxa, el 11 de junio.

Como amigos que son, les deseamos ante todo felicidad y plenitud.

Pero más allá de ello, con su permiso, reproducimos un resumen de la entrevista que  le realizamos hace unos años, para conocer su historia.

Luego de la jupá volveremos a hablar con ella sobre el camino transitado.

 

Yael es abogada (se graduó con honores) con preparación en tres áreas legales diferentes, trabajó en PricewaterhouseCoopers, la mayor empresa contable del mundo, encabezó el departamento  jurídico en un start –up tecnológico público y es una  profesional en joyería, acreditada por el Instituto Gemológico de América. Esto,además de sus dotes de pianista y profesora de yoga.

 

P: Querida Yael, aunque esta no es la primera vez que entrevisto a una amiga personal, apuesto a que esta es una de las ocasiones más especiales. Y estoy segura que interesará a mucha gente, no sólo a nuestra generación de compañeros de tu esposo Eduardo, conocer tu historia fascinante de amor al judaísmo.¿Está bien si comienzo preguntando pregunto qué llegó primero, el amor por Eduardo por el judaísmo?

R: Es una buena pregunta. Yo diría que luego de haber encontrado a Hashem en el contexto del Judaísmo, Hashem me dio mi “beshert”, el compañero exacto que me faltaba. Así que doy gracias a Dios! Concretamente te cuento que cuando conocí a Eduardo, yo ya estaba en proceso de conversión.

P: ¿Cómo fue ese camino para ti?

R: Mi familia me crió enseñándome a creer en un solo Dios. O sea que ese fue un buen trampolín. Pero personalmente tenía que reconciliar el cómo y el por qué que había aprendido en la escuela católica. Algunas de las doctrinas me parecía que se diferenciaban muy  dramáticamente de la Torá que Dios nos entregó en el Monte Sinaí.

P: Nada sencillo, imagino, lidiar con esa sensación cuando empezabas el proceso..Yael ¿puedes compartir conmigo algo sobre el hogar en el que creciste, sobre tu trasfondo, tu familia, tu mundo conceptual? Ya has comentado que estudiaste en una escuela católica, y eso es muy importante.

R: Por supuesto. Te diré ante todo que yo nací y me crié en Singapur, un dato que creo es clave mencionar, ya que la sociedad allí es multirracial.

Entrando un poco más en detalle, te cuento que en Singapur, todas las mañanas se recita en la escuela –sea religiosa o secular-un compromiso especial, como pueblo, en el que se recalca que en nuestra calidad de ciudadanos de Singapur,no discriminaremos a nadie “independientemente de raza, lengua o religión”. También “nos comprometemos a construir una sociedad democrática basada en la justicia y la igualdad, a fin de lograr felicidad, prosperidad y progreso”, como pueblo, en pro de nuestra nación.

P: Linda descripción. Tú te convertiste hace años en el marco del movimiento Conservador pero buscas una conversión ortodoxa..¿Puedo preguntar por qué?

R: La belleza sobre los diferentes movimientos en el Judaísmo es que, en mi humilde opinión, el que cada uno tiene su propia senda a seguir, da mucha fuerza. Las diferentes ramas del Judaísmo permiten acceso al Judaísmo a todo aquel que desea aceptar a Dios y estudiar la Torá. Esto fue así para mí. También fui afortunada de haber hallado a un rabino y mentor en el movimiento conservador que “me captó” y comprendió mi por qué y de dónde venía.

El pasar el curso de conversión y luego presentarse ante un beit din, un tribunal rabínico, es un reconocimiento formal del cambio en el status que uno tiene. Pero no se trata de un examen  tras el cual uno recibe un certificado y es entonces un médico o abogado. También médicos y abogados deben hacer años de práctica para convertirse en los profesionales que son.

P: Y también tú…

R: Claro…Yo siento que mi relación con Dios es dinámica…El movimiento Conservador me proporcionó la plataforma para incrementar mis estudios sobre Judaísmo y  sobre la condición judía. El buscar una conversión ortodoxa es simplemente una progresión natural para mí en términos de mi relación con Dios.

P: ¿Qué hallaste en el Judaísmo que no tenías antes de descubrirlo?

R:  Creo que una explicación a fondo sería para un libro, no para una entrevista…no creo que haya espacio para todo lo que tengo para decir al respecto. Pero trataré de resumir. La belleza de Dios. En su libro de instrucciones, la Torá, Dios nos proporciona una guía sobre cómo podemos vivir una vida sagrada. Lo sacro tal cual yo lo entiendo, me conecta con Dios en todo lo que hago. Te daré un ejemplo sencillo, si me permites.

Si uno sumerge sus utensilios en la mikveh antes de utilizarlos, y respeta kashrut, pues uno convirtió algo tan mundano como el arte de cocinar y comer, una necesidad que tiene todo ser humano para poder vivir, en un acto elevado. Cada alimento kasher que uno lleva de su plato a su boca, se convierte en un vehículo para alcanzar un nivel de  espiritualidad que simplemente no estaba allí antes. Dios siempre nos da la oportunidad de santificar nuestras vidas. A mi modo de ver, hay una gran belleza en el amor de Dios .

P: ¿Cómo vives entonces tu judaísmo?

R: Esa es una buena pregunta. En este momento, siento que mi tiempo compite con mi deseo de estudiar más Tora y de cumplir con las mitzvot, los preceptos, que Dios nos dio, tratando de equilibrar entre estas necesidades espirituales y mis deberes diarios en el mundo secular. Siento que mi desafío es  cómo doy un sentido de santidad a las pequeñas cosas de todos los días.  Me gusta mucho la interpretación de mi rabino acerca que cuando manejamos el auto para ir a clase de Talmud o Torá en las noches, si bien manejar es una actividad mundana, el automóvil se convierte en un vehículo de santidad al transportarnos a clase para conectarnos con Dios. ¡Es una perspectiva hermosa!

P: A veces hay una sensación de que conversos son más “extremistas” que quienes nacieron judíos, siempre y cuando se hayan convertido  por convicción y no, por ejemplo, para casarse con un judío…¿Estás de acuerdo?

R: Alguien me dijo una vez , cuando yo estaba en el proceso de  conversión, que para convertirme exitosamente , tengo que ser más judía que quien nació judío.  Y yo me pregunto qué significa eso. ¿Más judío? Humildemente, creo que esa es una visión secular del proceso. Es una visión basada en exámenes y competencias. Si uno adopta esta visión secular, creo que uno predetermine su fracaso. Dificulta  todo el tratar de ser “más observante”  en la vida pública y privada que uno lleva.

Creo sinceramente que lo que cuenta no es cómo uno llegó a ser judío, por nacimiento o por conversión.

Dios es en definitiva el único juez. Quizás haya un concepto equivocado de lo que significa el proceso de conversión. Es difícil desarrollar cualquier tipo de relación, ni que hablar con Dios, si uno no puede permitirse ser uno mismo, si no puede permitirse “fracasar” o cuestionarse su propia fe. Es un proceso espiritual.

Por lo tanto, cada uno tiene su propio camino. Me gustaría creer que vengo de la misma perspectiva de mi abuela, que tiene 96 años, y que dice que si uno no cree en Dios ¿entonces cuál es el sentido de todo? Mi abuela sobrevivió a la segunda guerra mundial y no quedó amargada con la experiencia. Es el alma más noble y gentil que conozco. Por lo tanto, en mi humilde modo de ver las  cosas, sea cual sea la razón por la que uno se convierte al judaísmo, el hecho es que la persona ha sido bendecida con la oportunidad de tener acceso a un Dios al que realmente le importan Sus creaciones. Creo sinceramente que Dios tiene una razón para todo. Cada cambio que puede surgir de cualquier acción o reacción, ha sido concebido por Dios. ¿Acaso no han sido conversos algunas de las más destacadas personalidades  y sabios de nuestra  Torá? Abraham, Ruth, Onkelos…creo que todos tenemos que comenzar en algún lugar, independientemente de lo que otros perciben o piensan.

 

P: Tú te acercaste al judaísmo antes de conocer a Eduardo. Y él mismo me ha contado que su observancia ha aumentado mucho desde que se casó contigo…Además del orgullo que irradia cuando habla de ti y de tu camino en el judaísmo, comenta que le parece muy fuerte que él se haya acercado tanto a la práctica de los preceptos gracias a la relación entre ustedes. El, cuyo bisabuelo Aharon Halevi Goldman fue un destacado rabino ortodoxo, dice que Dios le envió a su vida a una chica nacida no judía y llegada de Asia para acercarlo aun más a su propia religión…

R: Es cierto..Pero además, reitero que cada uno tiene su propio camino. Creo sinceramente que es un concepto secular eso de intentar evaluar dónde está uno en términos de la observancia, más que nada de los ritos. Quizás no tenemos alternativa a usar lo que veo como métodos espirituales rudimentarios para hacer la evaluación, hasta que encontremos mejores. Veamos un ejemplo extremo: si uno respeta el shabat pero se comporta mal con su vecino ¿cómo debemos determinar cuán judío es?

P: Tienes muchísima razón. Este es un tema clave sin duda.

R: Cuando conocí a Eduardo, él cuidaba kasher en el sentido que no mezclaba carne y leche , por ejemplo, compraba sólo ciertos productos kasher certificados. Para mí eso era fabuloso. Yo estaba feliz de salir con alguien que tenía el mismo sistema de valores que yo me disponía a cuidar.

Cada uno tiene un desafío distinto en su propia relación con Dios. Tras haber hallado la fuente de la verdad de Dios en el contexto judaico, yo tenía y aún tengo una tarea cuesta arriba, de ponerme al día con todas las plegarias y observancias rituales con las que no crecí y que no aprendí en clases diarias en una escuela judía. Aún estoy aprendiendo, todos los días, y me siento agradecida por ello. Es alentador tener herramientas  en mi limitada condición humana, para tratar de acceder a Dios de la mejor forma que conozco: estudiando.

Y sí..creo que Eduardo está orgulloso de mí porque trato de mejorar mi relación con Dios con pequeños pasos. Por ejemplo, no quiero simplemente aprenderme las oraciones de memoria. Quiero entender lo que estoy diciendo. Es difícil porque es en hebreo. Aunque hay traducciones al inglés, no quiero perderme los matices y los niveles espirituales de comprensión que puede haber dentro de un idioma tan distinto del mío y al mismo tiempo tan hermoso .

Creo que es un concepto equivocado que uno debe ir al shul todos los fines de semana. Esto se ha convertido  en la norma en el mundo secular porque muchos de nosotros no crecimos judíos o en un hogar judío observante. Así que el shul es el punto de contacto semanal y fuente de judaísmo , de vivir lo judío, por decirlo de alguna forma. Yo voy al shul porque siento que es importante orar en comunidad, juntos y uno por el otro, y también trato de incorporar pequeñas cosas que incrementarán la santidad de lo que hacemos todos los días. Yo amo la belleza de levantarme de mañana y agradecer a Dios por devolverme mi alma, por poder asearme, diciendo “modé aní”, haciendo “netilat iadaim” , las bendiciones de la mañana y demás. Es algo que determina el tono para el resto del día…que puede sea fuera de lo común y que en definitiva, va marcado por la presencia de Dios y su gracia. Es como en cualquier relación. Uno puede ir acercándose, solamente si se familiariza con el tema.

 

P: Es hermoso escucharte Yael. Muchísimas gracias por tu tiempo.

R:Muchísimas gracias a ti Ana, y mis mejores deseos para ti y los tuyos.

Ana Jerozolimski
(03 Junio 2019 , 10:37)

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