Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Justicia, Justicia perseguirás: en camino a La Haya a denunciar a Hamas


 

Temprano a la madrugada llegamos al aeropuerto internacional Ben Gurion para sumarnos a la delegación de 100 familiares de israelíes secuestrados por Hamas. El destino: La Haya. Allí se presenta ante la Corte Penal Internacional, en nombre de las víctimas, los vivos y los que ya no están,  la denuncia contra la organización terrorista Hamas por los crímenes del 7 de octubre, las atrocidades cometidas en la masacre de aquel sábado .

Cien familiares de secuestrados y ex secuestrados participan en la delegación y es notorio que muchos se han convertido ya en una gran famillia. El común denominador de todos es el sufrimiento , la angustia por los seres queridos y amigos que siguen en Gaza. Los reconocemos porque casi todos llevan remeras con la foto de su familiar , del hijo, padre, hermano, primo que está en manos de Hamas.

Así reconocemos al hermano de Ofer Kalderon, quien viaja con su esposa Sharon como parte de la delegación. Su vida no es vida desde el 7 de octubre. No han tenido tiempo de dedicar energía a recuperar fuerza luego de su propia angustia cuando pasaron horas en el refugio en su kibutz, Sufá, ubicado a sólo 1.5 kms de la frontera con Gaza, kibutz en el que murieron muchos menos que en otros lados, por el impresionante desempeño del equipo de emergencia  de  tan solo 5 miembros- uno de los cuales murió- que lograron matar a decenas de terroristas y salvar al kibutz.

“En noviembre recuperamos a Sahar y Erez, nuestros sobrinos, que volvieron de Gaza, pero su vida es insostenible sin saber si su padre volverá o no con vida, sabiendo ya lo que ellos vivieron y que ya pasó mucho más tiempo desde que ellos volvieron…y Ofer sigue allí”, cuenta Nisan, Y Sharon agrega el horror de lo vivido por los niños. “Sahar, que tiene sólo 16 años, contó que cuando se la llevaron le dieron vueltas por el kibutz, Nir Oz, para que vea la destrucción y las casas quemadas y le dijeron que ya no tenia país, que Hamaas había lleado a Tel Aviv”.

También a Ruti Mumder, su nuera Keren y su nieto Ohad  de 9 años, que volvieron en noviembre, les hicieron terrorismo sicológico. Merav Mor Aviv, sobrina de Abraham –que aún está secuestrado- y de Ruti, nos cuenta en el avión en camino a  La Haya que les habían dicho a sus parientes que nadie los espera, que  todos se olvidaron de ellos y que nunca volverán.

Las tragedia son inconmensurables. Cuando Ruti Munder volvió,dijo-según nos cuenta su sobrina Merav- ¡qué bueno volver a casa! Pero no sabía que su casa había quedado convertida en cenizas. Y que su otro hijo, hermano de Keren,había sido asesinado. Ahora todos esperan el regreso de Abraham, pero temen por él,sabiendo de su endeble estado de salud, de los remedios que precisa y no recibe y de los 131 días ya transcurridos en el infierno.

Cada familia tiene su tragedia. Y se tornan relativos los términos “duelo” y “esperanza”.

Ruben Jablonka, de 72 años, que vive con su esposa en Tel Aviv, tiene a su hijo Janan (42) en manos de Hamas. Es divorciado, tiene dos hijos, y había ido a la fiesta Nova con tres amigos . Todos fueron hallados muertos y durante 90 días, aunque no habían encontrado sus restos, la familia pensó que ese había sido también su destino, hasta que el ejército les notificó que Janan estaba secuestrado. Ahora sigue preocupado pero sabe que no todo está perdido. Y sueña con ver a su hijo entrar por la puerta de regreso en casa.

Eyal, el papá de la jovencita Romi Eshel que era soldada en un puesto de observación fronterizo, sabe que él y su familia ya no vivirán nunca un momento así. A los 34 días de haber estado considerada desaparecida, noificaron a la familia que en realidad había muerto. “Pero yo sigo luchando  y voy ahora a La Haya porque el terrorismo de Hamas no puede quedar impune y el mundo tiene que escuchar lo que pasó el 7 de octubre en Israel”. Tiene claro qué prefiere: él no quiere que el jefe de Hamas sea eliminado en un túnel sino que sea detenido con vida y llevado a juicio en Israel para que tenga que dar testimonio sobre las atrocidades que cometió Hamas.

En este avión en camino a La Haya, vuelo en el que escribo estas líneas tras haber realizado algunas de las variaos entrevistas que deseamos, hay una imponente concentración de dolor y de fuerza,

De secuestrados que volvieron pero luchan por los que aún están en Gaza aunque no sean sus familiares, como Guefen Sigal cuya mamá Clara Marman, tía Gabriela Leimberg y prima Mia secuestradas volvieron en noviembre y cuyo tío Fernando Marman, junto a la pareja de su madre Luis Har, fueron rescatados heroicamente por Israel esta semana del corazón de Rafah.”Las Fuerzas de Defensa de Israel tienen su forma de hacer justicia y así rescataron a mi tío y a Luis”, nos dice en el avión. “Y nosotros buscamos la nuestra, por lo cual estamos en camino a la Corte Penal Internacional a demandar a Hamas”.

Dolor y fuerza de los que volvieron pero no están plenos y completos por sus seres queridos que aún están allí, como Elá Ben Ami cuyo esposo Ohad todavía no ha vuelto a casa. Y Yosef Avi Yair , alias “Djoha” Engel cuyo nieto Ofir volvió en noviembre y esta semana siguió acompañando en el duelo a  su novia Yuval cuyo padre Yosi Sharabi fue asesinado por Hamas en cautiverio. Ofir fue el último que lo vio con vida,ya que él, Yosi y otro joven, Amit Shani, etaban secuestrados juntos.

Estos familiares y muchos más, están luchando hace meses por concientizar al mundo sobre el horror. Miuchos han viajado a diferentes partes del globo para hacerlo. Pero este viaje  a LA Hayaes otra cosa. Esto es un mensaje histórico basado en el precepto bíblico: Justicia, Justicia persegirás.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(14 de Febrero de 2024)

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