Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Luces, sombras y misterios de una violación


Hubo fallas indudables en el proceso. Pero a Mahmud Katusa no lo llevaron preso por ser palestino.

 

Mahmud Katusa, el palestino que estuvo preso 55 días como sospechoso de haber violado a una niña israelí de 7 años, fue puesto este martes en libertad, al resolver el Procurador de las Fuerzas de Defensa de Israel, en consultas con la cúpula de investigaciones de la policía y el Procurador del Estado, que las pruebas en su contra no son suficientes para declararlo culpable en un juicio.

“Soy un hombre limpio. Nada de lo que dijeron de mí es cierto. Mi vida ha quedado arruinada. En lugar de perder tiempo con una persona que no cometió el crimen, tenían que buscar al responsable, que está suelto. Hay que matar al que le hizo eso a la niña”, dijo Katusa en una entrevista a la radio israelí  poco después de salir de prisión y llegar a su aldea Dir Qadis.

Según Katusa, alguien dijo a la niña que diga que él fue el atacante, que diga que lo reconoce a él como quien la violó. Cabe recordar que fue en base a la identificación por parte de la niña, que Katusa fue detenido.

En quién piensa Katusa y por qué, no está claro. Es interesante lo que dio a entender, aún sin aclararlo explícitamente: “Quiero decir que esta es una historia imaginada creada por personas sin conciencia, religión o moral, personas que no viven en la realidad. Personas musulmanas no pueden hacer algo así”.

¿Se refería a que sospecha de algún correligionario que haya querido involucrarlo injustamente en un crimen tan terrible? ¿O a  que la única opción es que algún judío haya inventado eso en su contra? Su frase puede ser interpretada en distintas direcciones.

Cabe recordar que fue justamente un judío que lo conoce hace años personalmente, con quien trabajó, quien salió abierta y públicamente en su defensa, identificándose con su nombre y apellido y diciendo-lo cual podía en el momento no ser muy popular- que Katusa no puede ser el criminal y que ello le resulta inconcebible.

Consideramos necesario escribir estas líneas porque con mucha facilidad circulan versiones dando a entender o diciendo explícitamente que a Katusa lo tuvieron preso porque es palestino. Que hubo serias fallas en la investigación y que se presentó una acusación con demasiada ligereza, sin evaluar debidamente todos los elementos del caso, parece estar claro hace bastante. Ha pasado también con ciudadanos israelíes, judíos, que hubo arrestos y acusaciones que resultaron infundadas. Evidentemente, al igual que sucede en otros países del mundo, la Policía israelí está lejos de ser infalible.

La luz junto a esa sombra, es que el sistema supo rever el caso, se atrevió a reevaluar y decir, de hecho  “nos equivocamos”.  O sea, no lo dijeron explícitamente en esas palabras, pero no puede haber otra explicación al cancelarse la acusación ya presentada.

La detención fue en base a la identificación de la niña, por lo cual no estuvo fuera de lugar. Acusarlo formalmente sin otras pruebas ,según determinó el propio Fiscal militar, no era lo correcto.

Cabe ahora lamentar la detención prolongada de Katusa, felicitar al Procurador del ejército por haber tomado la decisión de excarcelarlo y cancelar la acusación y más que nada, esperar que sea hallado pronto el responsable de la violación.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(25 de Junio de 2019)

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