Ernesto Talvi, candidato del Partido Colorado a la Presidencia

El Partido Colorado, que desde hace años baja en la votación que logra en las elecciones nacionales, se encuentra desde hace ya varios meses en ebullición. Por un lado, el sorprendente regreso del ex Presidente de la República Dr. Julio María Sanguinetti. Por otro, la formación de “Ciudadanos” encabezada por el destacado economista Ernesto Talvi, una figura sumamente valorada también por sus hoy adversarios políticos, un precandidato que inspira profundo respeto y sabe también criticar sin bajezas.

Nos da una gran satisfacción haber alcanzado a entrevistarle para este número, el último antes de las elecciones internas y de la veda electoral. Claro que queda mucho en el tintero. Sobre sus planes, su visión de mundo y el hogar sefaradí en el que creció.

Esta primera entrevista de “Semanario Hebreo” con Ernesto Talvi, nos ha enriquecido.

P: Estimado Ernesto, le agradezco ante todo que haya aceptado dedicar un rato a esta entrevista, aunque indudablemente tiempo no es lo que le sobra. ¿Cómo se siente en la recta final?

R: Muy contento por el trabajo que estamos realizando, de haber creado una formidable organización política con representantes políticos en todo el país, gente de buena voluntad que vino a la política a servir, a ponerle un hombro al país sin pedir nada a cambio. De haber reunido a 300 profesionales y técnicos, sin pedirles carnet de militancia, para construir un programa de gobierno con propuestas claras, financiables y posibles para transformar el país y construir un pequeño país modelo.

P: Usted siempre ha estado cerca del Partido Colorado, el Presidente Jorge Batlle lo consultaba, ya comentó tiempo atrás que crecer en una familia batllista tiene mucho peso, pero haber creado “Ciudadanos” y postularse como precandidato a la Presidencia de la República, es otra cosa. ¿No le da un poco de temor la responsabilidad en caso que realmente logre ganar la interna?

R: Temor, ninguno. Que el hijo de un inmigrante de primera generación reciba el apoyo del cuarto de una dinastía de presidentes, como del Dr. Jorge Batlle,  haya creído en mí y me haya endosado su confianza, es un honor inmenso. Siempre le estaré enormemente agradecido por haberme dado esta oportunidad de servir a la patria.

P: Usted es un economista muy reconocido a muy alto nivel, pero uno de los puntos que más destaca en sus planes pasa por la educación, menos por la economía propiamente dicha. Tiene muchas esperanzas en lo que puede lograrse con una red de liceos tipo Impulso, que usted conoce bien, de adentro. ¿Diría que por ahí pasa hoy el desafío principal del país? ¿La educación?

R: No hay dudas de que nuestro máximo desafío es la educación. La educación pública es una organización compleja. La más compleja del país. Tiene 700 mil estudiantes, 60 mil docentes y 3000 centros educativos. Es enorme y compleja y le hemos delegado el gobierno de la educación a sindicalistas, muy capaces sin duda para negociar salarios y condiciones de trabajo, pero no necesariamente para gobernar la educación. Como resultado, solo 40 de 100 chiquilines terminan el liceo. Según pruebas de Ciencia, Matemática y Lectoescritura, la mitad de los que siguen en la educación no reúnen las destrezas mínimas para insertarse con posibilidades en la sociedad del conocimiento. La mitad de los chiquilines que nacen en Uruguay, nacen en los cinturones de pobreza que rodean a todas las ciudades, pueblos y localidades del país y solo 19 de 100 terminan el liceo. Sin educación los condenamos a la changa, a la informalidad, a la dependencia de los planes sociales del Mides, al delito o a la droga. Este sistema está fracasando en donde más se lo necesita.

P: Y usted suele decir que el problema no es la falta de recursos sino cómo se los maneja.

R: Claro. El problema no es el presupuesto sino como se usa. Multiplicamos por más de dos el presupuesto de la educación en los últimos 14 años y los resultados están a la vista: le pusieron nafta a un coche con la batería fundida. No anda ni va andar. Los sindicalistas tuvieron la oportunidad de gobernar la educación por 15 años. Fracasaron. Por eso, Ciudadanos plantea una reforma integral del sistema educativo: una Reforma Vareliana del siglo XXI.

P: Suena ambicioso…

R: Vamos por una transformación educativa integral para que la educación pública vuelva a ser el gran igualador de oportunidades, constructor de convivencia, de comunidad y de ciudadanía.  Primero y antes que nada vamos a crear una red de 136 liceos públicos modelos ubicados en los cinturones de pobreza urbanos de todas las ciudades, para devolverles a los 80.000 chiquilines que hoy condenamos a una vida sin futuro por el barrio en el que nacen. Sabemos en qué barrio de cada ciudad tienen que estar, sabemos cuánto cuestan, sabemos que se pagan solos en 12 años. Es la inversión más extraordinaria y rentable que podemos hacer.

EN EL MUNDO DE LA POLÍTICA

P: Aunque como ya hemos dicho antes, usted siempre estuvo cercano de hecho a la política a través de su relación con el Partido Colorado, estar tan adentro como protagonista central, es otra cosa. ¿Qué ha aprendido en estos meses desde que se lanzó a esta nueva vida?

R: He aprendido que la vocación por el cambio es mayor en la gente que en el propio sistema político, que las propuestas serias explicadas en idioma español generan a la vez ilusión y confianza, que se aprende una enormidad hablando con los protagonistas, que la sociedad civil es capaz de generar soluciones increíbles. Que lo más importante en política es la autenticidad.

P: Cuando usted aún no se había decidido si lanzarse a la política, o al menos aún no podía por compromisos ya contraídos por el CERES, se manifestaban sobre esa posibilidad diversas figuras del partido, inclusive los hoy precandidatos Sanguinetti y Amorín Batlle. Y tanto ellos como todos los demás elogiaban lo que usted podría aportar. El propio Sanguinetti habló de candidato de renovación. ¿Qué aporta usted de nuevo y distinto al partido? ¿Por qué cree que se lo está viendo al parecer tan bien?

R: Hoy la gente puede optar por las corrientes históricas del Partido Colorado lideradas por el Dr. Sanguinetti y el Senador Amorín Batlle o por Ciudadanos, la renovación, el cambio, el futuro, una nueva generación de líderes dispuesta a encarar los desafíos que plantea el porvenir. Ese contrapunto entre la tradición y la renovación ha revitalizado al Partido Colorado que hace apenas un año y medio atrás se lo consideraba en vías de extinción.

P: ¿Cree que la interna colorada está más complicada que la nacional?

R: Sin duda, en la interna nos tocó la más difícil. Estamos compitiendo con un grande de la política uruguaya, como el Dr. Sanguinetti. Si llegamos a pasar esta etapa, y esta nueva generación de líderes asume el liderazgo del Partido Colorado, estoy seguro que haremos una formidable votación en octubre.

P: Usted siempre fue muy cuidadoso, o mejor dicho respetuoso, también en la forma de criticar. Imagino que es una actitud ante la vida. Aunque fue claro en cuanto a lo problemático de la gestión de Mujica, le reconoció al FA haber tenido un equipo económico serio, haber respetado debidamente la institucionalidad…No es de los que vienen y sostienen que está todo mal y por eso hay que cambiar el gobierno. Entonces…¿por qué cree que el ciudadano uruguayo haría bien en votar al Partido Colorado?

R: Primero porque el Frente Amplio es un proyecto agotado, terminado, se quedó sin ilusión y sin capacidad de encarar los enormes desafíos que plantea el porvenir: falta de empleo, inseguridad, fracaso educativo y una fractura social que está desintegrando la vida en comunidad. Tenemos más TV planas, más celulares, más computadoras, más autos y más motos, pero somos una sociedad, más crispada, más agresiva y más violenta.

El Partido Colorado, a diferencia del Frente Amplio y del Partido Nacional, es el único que ha estado alejado del poder. Esa lejanía del poder en estos catorce años lo ha mejorado. Y por eso, el partido más viejo junto con el Partido Nacional se puede transformar en una gran herramienta de cambio, en la medida en que esta opción de renovación y de transformación, que esta nueva generación encarnada en Ciudadanos sea la que llegue a liderar los destinos del partido.

P: Volviendo de hecho a la pregunta anterior. Independientemente del hecho que usted considera que los colorados y muy especialmente usted, harían las cosas mejor ¿diría que sería malo, preocupante para Uruguay, que vuelva a ganar el Frente?

R: El Frente Amplio es incapaz de generar las transformaciones que el país necesita porque no puede reconocer los problemas que tenemos hoy. Necesitamos un proyecto de país profundamente transformador y una coalición política que sustituya a la que hoy nos gobierna. Para eso nació Ciudadanos.

P: Cabe suponer que el Partido Nacional estaría junto con el Partido Colorado en una coyuntura de segunda vuelta, para ganar al FA, como usted ya ha mencionado. ¿Siente que tienen muchas cosas en común con los blancos o sería sólo el sacar al Frente?

R: No tenemos duda de que el Partido Nacional y el Partido Independiente serán excelentes socios para una coalición alternativa a la que hoy nos gobierna y tenemos diversos puntos en común para mejorar el país. Nuestro objetivo es constructivo, no por el objetivo en sí de sacar a un partido del poder, sino de darle a los uruguayos lo que necesitan: alternancia en el poder y un proyecto político que reconozca los problemas de Uruguay y que tenga propuestas para resolverlos.

¿ Y DESPUÉS?

P: ¿Cómo se ve el 1° de julio?

R: Me veo sereno por el trabajo duro que realizamos para las elecciones internas, para ofrecerle a la ciudadanía un proyecto político serio con propuestas claras, probadas, financiables y posibles para devolverle al Uruguay el futuro y construir un pequeño país modelo.

P: ¿Se ve como segundo de otro precandidato? Digamos…¿Fórmula Sanguinetti-Talvi?

R: Nosotros no tenemos apuro para definir la fórmula, no es una operación de marketing , es una decisión de suma importancia. Conocidos los resultados de las internas, nos sentaremos con tranquilidad a conversar y consensuar entre los tres precandidatos el programa de gobierno, la acción conjunta de los elencos políticos y equipos técnicos y la fórmula que le dé las mejores chances al Partido Colorado de competir con posibilidades en octubre.

NOVEDADES

P: En esta contienda han entrado nuevos actores interesantes, además de usted…Sartori con un estilo creo que desconocido en Uruguay de hacer política, el General Manini Ríos casi inmediatamente de terminar su cargo al frente de las Fuerzas Armadas. ¿Cómo ve este mosaico?

R: Sartori no es confiable porque no cumple con las reglas de juego limpio. Y de Manini Ríos, no sabemos qué esperar de él.  Dijo que vino a “oxigenar” el sistema político y a impulsar una democracia de verdad. Y la verdad es que no necesitamos a ningún salvador que oxigene nuestra democracia, que ya era antes de que él llegara como candidato, una democracia vigorosa que goza de excelente salud.

HIJO DE INMIGRANTES JUDÍOS SEFARADÍES

P: Me gustaría plantearle  un tema que no tiene nada que ver directamente con la campaña misma, ni la interna ni la nacional, pero que me parece relevante para esta entrevista. . ¿Qué conoce usted de la dinámica de la colectividad judía?

R: Mis padres son inmigrantes judíos sefaradíes, mi padre es un sobreviviente del Holocausto, quien tras perder a toda su familia en la guerra, llegó a Uruguay donde pudo reconstruir su vida, formar una familia y ser feliz. Si bien nos criamos en un hogar laico y liberal, mi padre siempre estuvo muy vinculado a la colectividad judía. Personalmente, tuve la suerte de ser invitado en diversas y variadas ocasiones a actividades de diferentes grupos de la comunidad. Conozco cómo funcionan varios de los grupos más importantes de la colectividad, como el Comité Central Israelita o B’nai B’rith.

P:¿Recuerda cómo fue el proceso en sus padres, cómo se dio la integración?

R: Como siempre digo, el hecho de ser hijo de inmigrantes para mí fue clave en la formación de mi carácter. Mamá llegó de Cuba de muy pequeña y es más uruguaya que el mate. Pero crecí con un padre que llegó al país de los escombros de la guerra y que todos los días decía, “vivimos en el paraíso terrenal”, porque para él nuestro país lo era. Me transmitió el amor que tenía a esta tierra de oportunidades que le dio la chance de rearmar su vida, formar una familia y ser feliz. Jorge Batlle me decía siempre algo hermoso: “Ud. tiene el amor por el país que sólo puede tener el hijo de un inmigrante agradecido”. Y tenía razón. Estoy enamorado del Uruguay. No podría imaginar mi existencia fuera de este escenario. Es mi casa, mi lugar en el mundo.

P: Qué hermosa descripción. Recuerdo también un relato suyo en una entrevista que leí, cuando contó  cómo su papá se enamoró de Uruguay cuando le dijeron que un señor que pasaba caminando por la calle mirando vidrieras del brazo de su señora y sin custodia, era el Presidente Luis Batlle Berres. Esa sencillez uruguaya, ese republicanismo sin alardes…Ahora que está metido en la política con todo-por decirlo un poco en criollo- ¿siente que no ha cambiado? ¿O hay cosas que habrá oído de Don Manuel, su papá, que lamenta que ya no existan?

R: Uruguay supo ser un país de primera, la Suiza de América, la tacita de Plata, un pequeño país modelo que José Batlle y Ordóñez soñó cuando vivía en Europa y que luego construyó. A ese Uruguay llegó mi padre: un país educado, amable, con valores cívicos de raíces profundas.

En nuestras mentes y nuestros corazones ése es el Uruguay que todavía somos. No nos reconocemos en el que vemos todos los días, un país en el que los jóvenes sueñan con irse porque no pueden concebir el futuro en su tierra, un país en el que la gente tiene miedo a salir a la calle y donde la suerte de la mitad de los chiquilines queda sellada por el barrio en el que nacen a una vida sin futuro.

Con Ciudadanos, venimos con el espíritu transformador y optimista del primer Batllismo para trabajar para dejar a nuestros hijos Un Pequeño País Modelo. Venimos a recuperar lo que somos. 

P:  Le agradezco infinitamente sus palabras Ernesto. ¿Algo más que le parezca oportuno agregar, que yo no he sabido preguntarle?

R: Ha sabido preguntarme, Ana. Muchas gracias.

P: A usted. Un honor.