La verdad detrás del conflicto por el dinero palestino

Uno de los temas más candentes de los últimos tiempos en el mar de discrepancias entre Israel y la Autoridad Palestina, giró en torno de los pagos recortados por parte de Israel, las sumas deducidas al dinero que le debe transferir mensualmente a los palestinos. “Es nuestro, nos lo deben dar”, recalcan autoridades palestinas.

Seguramente el lector promedio se pregunta de qué se trata. Si es dinero palestino ¿ qué significa que Israel se lo transfiere? ¿De dónde? ¿Y por qué ha recortado las transferencias?

El tema se remonta a  la suscripción del Protocolo de París, el acuerdo económico entre Israel y la Autoridad Palestina, en mayo de 1994, parte de los primeros acuerdos de Oslo. Allí se determinó que Israel, a través de bancos israelíes, cobra el dinero de impuestos que debe recibir la Autoridad Palestina tanto por sus exportaciones a través de Israel como por palestinos que trabajan en territorio israelí.

En general, la suma anual de impuestos que Israel transfiere a la Autoridad palestina supera los 2.000 millones de dólares y equivale a la mitad del presupuesto palestino.

Eso se hizo con normalidad durante años, hasta que Israel decidió que no podía continuar entregando ese dinero en su totalidad- por más que pertenezca sin duda a los palestinos-mientras la Autoridad Palestina efectúa continuamente lo que Israel llama “los pagos por matar”. Se trata de pagos que la Autoridad Palestina hace a terroristas presos por haber atacado israelíes y a las familias de los que llama “mártires”, que a ojos de Israel son terroristas que murieron mientras cometían atentados. Todo, de acuerdo a una tarifa predeterminada, según si en el atentado en cuestión hubo muertos o heridos, cuántas víctimas, y por cuánto tiempo el terrorista en cuestión-que la AP ve como luchador por la libertad- fue sentenciado a prisión.

Israel, convencido de que esos pagos constituyen un aliento al terrorismo, promulgó el año pasado una ley que permite deducir del dinero que corresponde transferir a la Autoridad Palestina, la suma que la propia AP confirma pagó a los presos  y familias de los terroristas muertos , a los que llama-evidentemente-con otra terminología.

Comenzó a implementar la nueva ley en febrero del 2019, deduciendo del dinero palestino un total de 502 millones de shekel , la cantidad que la AP había confirmado había pagado en el 2018 a los terroristas. La AP reaccionó airada, devolviendo a Israel el pago recortado y aclarando el propio Presidente Mahmud Abbas que aceptaría jamás la imposición israelí.

Ello creó una crisis financiera importante que ha ido agravándose, pero Abbas recalcó que los pagos de la discordia continuarían aunque no les quede dinero para nada más. Cabe recordar que el dinero que transfiere Israel a la AP, equivale a aproximadamente el 50% del presupuesto palestino.

Según la ley promulgada por la Kneset en julio del año pasado permitiendo la deducción de ese dinero, Israel puede entregar toda la suma congelada o parte de ella, si la AP durante un año entero no efectúa los pagos a los terroristas.

Debido a la “crisis”, la AP redujo a la mitad los sueldos de sus funcionarios públicos y anunció que no envía más pacientes a los hospitales israelíes, mintiendo respecto al pago que Israel supuestamente exige por ello. La verdad es que impuso esas restricciones, para no tener que suspender los pagos a los terroristas.

Israel trató de convencer a los palestinos recibir el dinero que ya se había depositado, pero la AP prefirió la crisis económica a interrumpir los pagos .Ello, acompañado siempre de pronunciamientos categóricos sobre la importancia de los pagos a “nuestros héroes”.

El Canciller palestino Riyad el-Malki declaró en su momento en la Televisión oficial palestina que “no aceptaremos ninguna suma parcial del dinero de los impuestos que nos debe ser transferido, y lo hemos aclarado al lado israelí”.

También se refirió al respecto el Primer Ministro Muhamad Shtayye en declaraciones a la TV Oficial palestina, el 30 de abril último, lo cual fue recordado ahora en un informe de Palestinian Media Watch: “Queremos inequívocamente todo nuestro dinero, completo. No aceptaremos estar sujetos a extorsión. Si aceptamos las deducciones ello tendrá consecuencias políticas negativas y también implicaciones legales para nosotros como autoridad, así como también para el sector bancario y los beneficiarios”.

Especialmente ilustrativa fue su referencia a los “beneficiarios” en cuestión:

“Nosotros somos incapaces de denunciar a nuestros prisioneros de ninguna forma. Nuestros prisioneros están en la cárcel por la libertad de la patria. Nuestros prisioneros están en cárceles porque han sido los combatientes, no por terrorismo, como alega Israel. En general, nosotros, tal cual ha dicho ya el Presidente Mahmud Abbas en más de una ocasión: ´Aunque no nos quede nada, lo que haya será destinado a los prisioneros y las familias de los mártires, quienes han sacrificado su sangre por Palestina”.

Y AHORA...

Días atrás, la radio pública israelí informó que Israel había transferido 2 mil millones de shekel a la AP. Ello se dio justamente en días de atentados, lo cual desató otras polémicas en Israel, pero se trata de dinero palestino según los acuerdos entre las partes, y nunca estuvo en discusión, salvo el aspecto relacionado a la deducción por los pagos a terroristas.

Ahora está confirmada la transferencia en cuestión, pero la Autoridad Palestina  no dice la verdad a su pueblo al respecto y plantea el tema maniobrando con la información, para no decir a la gente que cambió de postura.

El problema de fondo es tanto el pago a terroristas, como las complicaciones económicas que la AP prefería, antes que renunciar a dichos pagos.