Rosh Hashana

Conversando con Max Godet, Gran Rabino de la Kehilá

“Estos días acercan a cualquier judío, observante o no, a sus raíces”.

El Rav Max Godet (33) llegó a Uruguay hace 2 años con su esposa Efrat (36). Tienen 4 hijos: Arieh (8), Levy (6), Sara (4) y Tamar (2).

Max y Efrat con tres de sus hijos
Max y Efrat con tres de sus hijos

 

P: Querido Rav Max, es un placer siempre estar en contacto contigo, y más que nada de cara a los Iamim Noraim, porque es un tiempo de buenos deseos y yo te deseo lo mejor a ti y tu familia en lo personal y por supuesto a tu comunidad. ¿Cómo vives los preparativos para el jag que ya está llegando?

R: Gracias, también deseo que sea un gran año para ti y para el Semanario Hebreo. Realmente son días espiritualmente intensos los que anteceden a Rosh Hashaná y Iom Kipur. En lo personal, son días de prestación de cuentas a mi mismo y a la Sabiduría Infinita. La gran pregunta que me hago estos días es ¿Qué he hecho con este último año? Son 365 días, es mucho tiempo, suficiente para crear, cambiar y generar cambios importantes. Me preparo para los jaguim autoevaluándome. Los preparativos para los rezos e innumerables actividades comunitarias que realizamos estos días exigen mucho esfuerzo y energía. Sin embargo, por más intensos que sean, son días muy especiales y los disfruto mucho.

P: ¿Cómo se maniobra entre la dimensión personal, familiar, y la responsabilidad comunitaria?

R: Es siempre un gran desafío. Es como hacer malabares con tres pelotas, ninguna puede caer. Trato de separar bien los momentos de cada día en que debo actuar y pensar como rabino, padre y esposo o simplemente yo.

P: Voy a hacer una pregunta poco feminista…¿Efrat es la única encargada de la cocina o también tú aportas?

R: Acabas de agregar un punto más a mi lista de reflexión. Efrat disfruta mucho de la cocina, hace todo a la vez, es muy dinámica, pero le gusta que la ayude en otras cosas, como preparar la mesa, hacer las compras en el super, etc.

P: Ya que formulé esa pregunta…¿ya prepararon el menú?

R: Aún no. Lo único que ya tenemos definido son los simanim, los alimentos especiales para el seder místico de Rosh Hashaná, para pedir bendiciones para el nuevo año.

P: ¿Cuántos serán alrededor de la mesa del jag?

R: En Rosh Hashaná, a diferencia de otros jaguim, nos gusta tener una mesa más íntima para generar una mejor conexión entre todos. En la primera noche pasamos siempre en família, y los niños son la prioridad máxima. Para la segunda, no más que 15 invitados.

Rosh Hashana para todos

P: Max, cómo bien sabemos, y seguro lo sientes tú todos los días en la Kehilá, los Iamim Noraim son muy especiales no sólo para los judíos religiosos. Todos sentimos que son fechas especiales, más allá del grado de observancia de cada uno. ¿También tú lo ves así? ¿Y qué sentido tienen para ti?

R: Realmente me impresiona cada año como estos días acercan a cualquier judío, observante o no, a sus raíces. De alguna manera, genera sentimentos agradables. En cada brindis institucional, clases o actividades en que toco el shofar los días previos a Rosh Hashaná, veo como todos se emocionan y se conectan con este sonido que nos hace sentir abrazados. Más allá del sentido religioso y espiritual, son recuerdos, vivencias y aromas, que refuerzan el sentido de pertenencia y generan lindas sensaciones. Para mí estos días tienen su fuerte significado a nivel espiritual y energético. Personalmente, no me relaciono con el calendario gregoriano. Para mí sólo hay un inicio de año y es Rosh Hashaná, que es el inicio de un nuevo ciclo. No sabemos qué sucederá, qué cambiará o cuántos ciclos más tendremos, es muy fuerte.

P: ¿Y cómo explicarías qué sentido captas que tienen estas fechas para los judíos no religiosos?

R: Por lo que veo, estas fechas despiertan recuerdos agradables de familia, huelen a tradición e ¨yidishekait¨. No hace falta ser religioso para sentir la fuerte energía que se genera en los últimos momentos de Neilá o con el sonido del shofar.

Una visión personal

Aquí falta Efrat, pero están todos los hijos
Aquí falta Efrat, pero están todos los hijos

 

P: Esto me lleva a un tema que tiene mucho de lo personal, tu propio camino en el judaísmo. ¿Cómo ha sido esa marcha?

R: Crecí en un hogar totalmente desconectado de las tradiciones judías, prácticamente sin sentido de pertenencia, ni por el lado cultural, ni por el sionismo. Un día cuestioné a mi madre por qué decíamos ser judíos si esto en la práctica no representaba nada en nuestras vidas. Mi madre, hija de padres judíos, en cierta etapa de su vida se hizo muy espiritual, pero lejos del judaísmo. Ella me incentivó a estudiar para la bar mitzvá, para conocer algo de esta tradición, que en la práctica, no era la nuestra. La Sabiduría Infinita me acercó al gran maestro, Jajam Esoudry Z¨L, un gran erudito kabalista, marroquí como mi abuelo materno, que me preparó para mi bar mitzvá. Jajam Esoudry me presentó la kabalah, y la dimensión mística del alma. A través de la Kabalá me enamoré del judaísmo y de sus leyes. El sentido de pertenencia finalmente surgió, junto al amor por Israel. A los catorce años fui a estudiar en Israel, aprendí hebreo y cumplí mi deseo de ingresar a una Yeshivá y comprender la sabiduría judía desde sus fuentes. Desde entonces decidí que sería rabino. En ningún momento el factor ¨tradición¨ fue relevante, tampoco el discurso de que debemos dar continuidad al judaísmo. No lo hice por mis bisabuelos, o por mis nietos. No por una deuda con el pasado o por el futuro, lo hice únicamente por mí. Para mi ésta es la clave para un judaísmo sostenible.

P: Muy interesante. ¿Te parece que se puede decir qué es lo más atractivo del judaísmo para quien se acerca “desde afuera”?

R: El Shabat. No me refiero únicamente a la cena familiar de viernes de noche, sino a la experiencia completa de shabat. Lleva tiempo llegar al equilibrio entre las leyes, el disfrute, los momentos en familia y lo espiritual, no es tan simple. Pero cuando se logra, realmente se siente como estar en otra dimensión. Conozco mucha gente que decidió abrazar el judaísmo después de vivenciar un shabat real por primera vez.

P: ¿En algún momento te pareció que la observancia, el cumplimiento de los 613 preceptos, mitzvot, pueden ser una “carga” para quien siente fe pero en su diario vivir no se siente cómodo con reglas rígidas? ¿O este planteamiento es para quien no entiende la esencia del judaísmo?

R: Cuando tienes hijos pequeños, y realmente los amas, en ningún momento te pasa por la cabeza que son una carga. Son parte de ti, como una extensión de tu alma. Sin embargo, no puedes hacer lo que te dé la gana. Hay innumerables  tareas y limitaciones. No tratas de adaptar tus hijos a tu estilo de vida, sino que adaptas tu estilo de vida a las necesidades de tus hijos. Hay personas que no se sienten preparadas para tener hijos. Así veo la relación con la observancia. Si realmente te llena de sentido y amor, es imposible que sea una carga. Puede ser difícil pero tiene su recompensa. Es diferente cuando lo haces por miedo, “por las dudas” o por imposición a cuando lo haces por ti, porque encuentras un profundo significado en este estilo de vida.

 

Mirando a la colectividad

P: ¿Cómo caracterizarías tú a la colectividad judía uruguaya desde el punto de vista de su vínculo con el judaísmo?

R: No es posible hablar de la colectividad judía uruguaya como un todo. Los mayores tienen su vínculo a su manera, que es totalmente distinto de los millennials, que no se acerca al vínculo que tienen los adolescentes. Esto pasa en todo el mundo. Veo que los jóvenes uruguayos son muy involucrados con las tnuot, lo que no quiere decir que sea un vínculo con la religión, pero sin duda es muy positivo. Mantiene viva la identidad judía. A la juventud de hoy, en general, no le interesa comprometerse con algo que no le dé sentido a su vida, que no sea ¨cool¨, que no conteste sus cuestionamentos de manera coherente y práctica, y que no supla directamente sus carencias psicológicas y necesidades cotidianas.

La gente de mi edad (los millennials), en general se preocupan con la transmisión del judaísmo a los niños pero en muy pocos casos buscan esta conexión para ellos mismos. Es muy difícil convencer a un niño de que lleve a su vida tradiciones que le enseñan en la escuela y en su casa no las vive. Tampoco veo resultados significativos de los programas dirigidos a los jóvenes. En algo estamos fallando como comunidad. No podemos seguir transmitiendo y enseñando judaísmo de la misma manera. El enfoque de hoy debe ser más universal y espiritual, práctico y actual. No hay que cambiar el contenido, ya que dentro del judaísmo hay un manantial de sabiduría y enseñanzas para todas las áreas de la vida. Hay que cambiar el enfoque, el lenguaje.

 

Diálogo interno

P: ¿Te es más fácil “aceptar” a un judío que dice que no es religioso que a un judío “masortí” o reformista?

R: No me es difícil entender al judío que no es creyente o al creyente no religioso. También entiendo al reformista que cree que hay que cambiar la ley y las costumbres porque ¨ya no son relevantes¨. Pero no logro entender al ¨masortí¨ que valora del Talmud y la ley judía ciertas cosas sí, y otras no. ¿Quién define qué sí y qué no? Es su judaísmo y obviamente lo respeto y los quiero mucho, solamente no lo entiendo. Lo único que me molesta y no lo acepto es el fanatismo. Los que pierden el sentido común, se excluyen, hieren a los demás en nombre de la religión. Éste seguro no es el espíritu de la Torá.

P: ¿Cómo ves la relación dentro de la comunidad judía uruguaya entre las distintas corrientes? Tu antecesor el Rabino Ben Tzion Spitz y tú han ido varias veces a Bait Jadash, a shiurim y ceremonias comunitarias.

R: Podría ser mejor. Es vergonzoso como a veces peleamos y nos portamos como niños inmaduros. No me refiero únicamente a ortodoxos y conservadores, también entre los ortodoxos. ¿Es tan difícil aceptar que el otro piense de otra manera?  Sí he ido varias veces a Bait Jadash y seguiré yendo cada vez que me inviten, ahí o a cualquier institución, independientemente de su corriente. 

P: Tú eres un rabino ortodoxo. ¿Eres consciente de la importancia que tiene hoy la corriente Masortí en Uruguay, con la NCI?

R: Cualquier institución que se esfuerce en transmitir judaísmo en Uruguay tiene su importancia. Podemos discutir uno con el otro sobre cuál es el ¨camino ideal¨ dentro del judaísmo, pero deberíamos estar de acuerdo de que el ¨camino de fuera¨seguro no lo es.

P: ¿Qué relación tienes con otros rabinos en la colectividad?

Bastante positiva. De verdad aprecio y admiro mucho el trabajo y el esfuerzo de cada uno.

Un buen resumen

P: ¿Qué deseas al pueblo judío, a la comunidad judía uruguaya en estas fiestas?

R: Que sea un año de alegrías, de unión y tolerancia, que sepamos trabajar juntos por un bien mayor, y que veamos frutos de nuestra labor.

P: ¿Algo más que desees agregar?

R: Estoy muy orgulloso y feliz con los grandes cambios que se están dando en nuestra Kehilá. Tenemos una nueva directiva con mucha energía y de visión muy positiva. Hay un gran proyecto comunitario siendo implementado, que beneficiará a toda colectividad judía uruguaya. Sin dudas, se está cumpliendo de la mejor manera el objetivo de los abuelos que tanto se esforzaron, construyeron y mantuvieron a nuestra querida Kehilá. ¡Estoy seguro de que será un gran año!

P: Que así sea, de todo corazón.

R: Gracias Ana.¡Shaná Tová!

 

Ana Jerozolimski
(28 Septiembre 2019 , 12:32)

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