Janet Rudman

Janet Rudman

Me gusta leer y escribir. Encontré en la lectura y la escritura una forma de canalizar mi esencia. Leo con la misma pasión con la que tomo café. Me gusta escribir sobre historias mínimas. He trabajado en varios proyectos editoriales uruguayos que construían identidad judía: Kesher, TuMeser, Jai y ahora formo parte del staff de SemanariohebreoJai.

Columna de opinión

Yo no necesito un tipo para ser feliz

—Qué frase trillada Dios mío. ¿Otra vez la pelota en la casa de Doña María?

—Es la pura verdad. Con ver a D una vez por semana soy feliz. Mis encuentros con él son un viaje al paraíso. Vuelvo renovada y muy satisfecha en todos los planos. Los sábados me quedo una casa mirando una peli o salgo con mi grupete de “solteronas” a cenar sushi.

—A mí no me mientas. Yo no soy una de tus pacientes. Ni tampoco soy la mina de recursos humanos de esas empresas a las que seducis para que te contraten con  tu discurso de autosuficiencia feminista.

—¿Feminista yo? No seas mala. Yo motivo a la gente. A eso me dedico. Soy buena en mi laburo y disfruto la interacción con el otro.

—No me cabe duda. Lo veo en los videos en you tube y en los likes. Una cosa es lo laboral y otra es lo personal. ¿Te hace feliz D? A veces te llama y salís como en monopatín. Pero D tiene una vida: familia, hijos, perro. ¿Vos qué tenes? Tu perro Toby murió hace dos años. Siempre estás por ir a colaborar a un refugio, pero no vas.

—¿Qué bicho te picó, hoy? ¿El de la verdad? Viajo mucho por el laburo y no quiero la responsabilidad que implica un perro. Sufrí mucho la muerte de Toby. D me ilumina la vida, y si yo salgo corriendo es porque me llama cuando puede. Es una relación auténtica, sin mentiras. ¿De cuántas relaciones de hoy día podés decir eso?

—Estás sola de verdad. Es bueno que te hagas cargo. Sos una mina muy linda, buena tipa. Hace un mes me llamaste desesperada de Santiago con un ataque de pánico. Me dijiste que yo era tu única familia. Somos amigas desde hace 10 años. No llamaste a tu hermano a España. Con su humor negro, te hubiera dicho que ya que tenías un limonero plantado para vos en un cementerio parque.

—No seas exagerada.

—El otro día en el restaurante, cuando le pediste al mozo un flan con dulce de leche y chantily, le diste tantas indicaciones que  parecían las instrucciones del año XIII de Artigas. La cara del mozo era un poema, cuando la remataste con que  no escupiera el flan, que era el desquite archiconocido  con los clientes rompehuevos.

—Hoy soy cartón ligador. Cambiemos de tema, por favor.

—Si, C. Hablemos de otra cosa. La semana que viene tenemos la fiesta quince de E. ¿Qué te vas a poner?

 

 

 

Janet Rudman
(28 de Agosto de 2019 a las 22:18)

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