Entrevistas

Esther Roth-Shahmorov, sobreviviente de la matanza de Munich

En el 48° aniversario del atentado terrorista, es oportuno compartir este testimonio

Cuando llamamos el año pasado a Esther Roth-Shahmorov, estaba por salir al acto recordatorio de sus compañeros asesinados por terroristas palestinos de “Setiembre Negro” en la Villa Olímpica en Munich, el 5 de setiembre de 1972. Entre ellos, su propio entrenador. Ella misma podría haber muerto. Lo tuvo claro siempre.

Ahora, cuando están por comenzar los Juegos Olímpicos en Tokyo, es oportuno volver a publicar esta entrevista.

El 5 de setiembre, hace casi 49 años,  terroristas palestinos irrumpieron a la Villa Olímpica en Munich, en un atentado  que terminó con el cruento saldo de 11 de los 15 miembros de la delegación israelí (deportistas y entrenadores), asesinados. Cinco de los ocho terroristas murieron y los otros tres fueron puestos en libertad tras tan solo unos pocos meses de prisión en  Alemania.

 

 Los 11 israelíes asesinados en la Villa Olímpica
Los 11 israelíes asesinados en la Villa Olímpica

De los cuatro sobrevivientes de la matanza, la única que continuó con el deporte, fue la atleta Esther Roth Shahmorov, hoy de 69 años, cuya vida ha sido una combinación de momentos difíciles, pero también de numerosos reconocimientos por su empeño y dedicación.

El dolor y la conmoción por aquel cruento atentado, no la detuvo.

Esther es una de las dos únicas atletas israelíes  en la historia que llegaron a una final olímpica. Hasta los juegos de Río en el 2016, era la única.Fue electa cinco veces como “Deportista del año” por sus logros en competencias internacionales, ya antes de clasificarse para la final en Munich, una final en la que nunca llegó a participar , debido al atentado. En las olimpiadas de Montreal en 1976, pocos años después de la matanza de Munich, llegó sexta en el mundo en 100 metros con obstáculos.

El rincón de los trofeos en su casa
El rincón de los trofeos en su casa

 

Recibió una distinción especial de J.Antonio Samaranch, de parte del Comité Olímpico Internacional, por su aporte y dedicación al deporte. Lo mismo, del Comité Olímpico israelí y de un sinfín de organizaciones. En Israel, recibió el máximo galardón del país, “Premio Israel”.

Esther se acaba de jubilar como docente de educación física. Ya no se entrena, pero sigue yendo a competencias de atletismo a disfrutar de mirar a otros correr.  Sigue muy ocupada, como requerida conferencista. Y la nueva luz en su vida es su primer nieto, Lavi, de 9 meses, hijo de su hija.

ENTRE EL RECUERDO Y EL PRESENTE

P: Esther, te llamo en este nuevo aniversario de la matanza, justo estás por salir al acto recordatorio…y cada año vuelves a vivirlo.

R: Así es. Y siempre sigue muy vivo. Y te diré que aunque pasó tanto tiempo, la gente sigue escuchando los detalles y siempre encuentra algo nuevo que le emociona.  Esto me recuerda que hace varios años, cuando Liberman era el Canciller, me invitó a viajar con él a Munich porque acompañarlo en la inauguración de un Consulado de Israel en la ciudad. Evidentemente, al hablar de Munich, siempre sale la connotación de la matanza, y por eso quiso que yo vaya. Acepté por supuesto. La prensa alemana quería hacer una nota grande conmigo y le pedí al Cónsul de Israel que me acompañe, porque él habla alemán. Él escuchó todo lo que yo contaba y aunque evidentemente conocía bien la historia, quedó impactado, por lo cual me dijo que lo primero que haría en el Consulado, sería erigir un monumento recordatorio de los 11 atletas. Y así fue. Está ubicado en un parque grande al que va mucha gente, junto a la villa olímpica, frente al estadio, un lugar por donde mucha gente pasa…siempre es emocionante. Es un monumento muy digno.

P: Y el mensaje que hay que transmitir, muy fuerte…

R: Por supuesto. En  las Olimpíadas de Munich se cometió un crimen terrible. Asesinaron la idea olímpica en un momento en el que se intenta transmitir un mensaje de unidad mundial ..y he aquí que un grupo, que en este caso era palestino, y hacen añicos ese sueño irrumpiendo con asesinatos a la villa olímpica..¿Cómo se podía concebir algo así?

Y lo que uno espera después de algo tan terrible, es que no haya sólo condenas verbales sino que se actúe para arrancar de raíz el problema. Ahora, de adulta, comprendo que hay de por medio muchos intereses.

Uno de los terroristas de Setiembre Negro, en el balcón del pabellón israelí en el que tenían a los rehenes
Uno de los terroristas de
Setiembre Negro, en el balcón
del pabellón israelí en el que
tenían a los rehenes

 

P: Esperabas que todos se sumen a Israel en la lucha contra el terrorismo.

R: Claro. Pero pensaron que es sólo un problema de Israel. Alemania, recordemos, liberó a los tres terroristas que no murieron durante el atentado mismo , después de tenerlos presos solamente tres meses. Hubo un secuestro de avión de Lufthansa  , los captores dijeron que su exigencia es que se excarcele a los tres que estaban presos y Alemania lo hizo como parte de la negociación para impedir que vuelen el avión. Pero hoy sabemos que fue todo montado para poder liberarlos sin quedar supuestamente tan mal. Alemania, de hecho, barrió todo debajo de la alfombra.

P: A cambio de una promesa de que no haya otro atentado en territorio alemán….

R: Así.Pero el problema no era sólo nuestro..y no todos lo entendían. Decían que iba a pasar, que el conflicto era sólo entre Israel y los árabes…Muchos años después, un 11 de setiembre, en el 2001, fue el ataque contra  las torres gemelas en Nueva York.  Y vemos que hoy hay terrorismo por todos lados. Y ahí se dieron cuenta de que hay algo mundial…que el tema no es sólo acá…El mundo recibió  varias bofetadas antes de comenzar a entender.

LA CONMOCIÓN PERSONAL

P:.¿Cómo recuerdas la matanza a nivel personal? Es que, recordemos, tú también podrías haber muerto allí …de hallarte en el mismo pabellón que los hombres…y perdiste  a tu entrenador.

 R: Para mí eso fue un golpe muy duro, en todo sentido. Me destrozaron mi ingenuidad, mi visión del mundo. Súbitamente sentí que las cosas no eran como yo las veía. Desde el punto de vista del deporte, me cortaron mi carrera en mi mejor momento. Yo estaba en la cima de mi potencial, con velocidades sin precedentes en mi carrera, con muchos sueños que traía conmigo..En Munich, en cada corrida  yo mejoraba mis tiempos..Desde entonces hasta hoy, nadie rompió en Israel mis records olímpicos..

Pero además, mi entrenador Amitzur Shapira, fue asesinado. Yo lo había conocido seis años antes y él me dijo desde un primer momento: “Yo te voy a entrenar, te voy a preparar a largo plazo, para la olimpiada”. Fue de su boca que oí la palabra “olimpiada” …y justamente en la olimpiada se quiebran los sueños.

P: El golpe fue por varios lados.

R: Por supuesto. Yo estaba destrozada .No quería ni ver las pistas. No podía ni acercarme a estadios en los que Amitzur me había entrenado..Mi gran suerte fue que con mi novio, Peter Roth, teníamos una relación muy cercana. Debido a lo sucedido en Munich, me casé antes de lo pensado. Era natural para nosotros..para liberar la presión emocional que teníamos, salíamos a correr juntos, a hacer “jogging”.No era para competir  sino porque dedicarse al deporte ayuda mucho.

Junto a su esposo Peter Roth y su hijo. Peter falleció joven por una complicación tras un cateterismo
Junto a su esposo Peter Roth y su hijo. Peter falleció joven por una complicación tras un cateterismo

 

P: Recordemos que por el atentado, no llegaste a participar en la final.

R: Así es. No corrí. Se interrumpió la olimpiada por un día, hubo un día de recuerdo…una ceremonia..Ante 80 mil espectadores en el estadio, nuestro jefe de delegación dijo que el terrorismo no amedrentará a Israel, que seguiríamos participando en olimpiadas.…y yo lloraba. En ese estadio, tendría que haber corrido. Y no corrí.

 

P: ¿Fue una decisión tuya en lo personal o de la delegación?

R: Fue una decisión del gobierno de Israel. Cuando decidieron sacar a los israelíes de la villa olímpica, en dos helicópteros, los vinieron a buscar en ómnibus y estaban en camino, el médico de la delegación me dijo: “Mañana vas a correr. Todo va a estar bien. Había negociaciones de por medio todavía. “Tomate una pastilla para dormir, así mañana puedes correr”, me dijo el médico. Yo respondí preguntando cómo puedo hacer algo así,..que mi entrenador estaba allí arriba, en el helicóptero..Hubo doce horas de negociaciones muy duras. “Los terroristas amenazan que cada dos horas asesinarán a alguien, si no liberan más de 200 de ellos”, dije yo.”¿Cómo, en esta situación, yo voy a correr mañana?”.

El médico me insistió, me dio píldoras para dormir…y me dijo que vaya a descansar. Veíamos todo por televisión, las negociaciones…Pero esa noche todos fueron asesinados..y estaba claro que al día siguiente yo no corría.

 

ASÍ FUE EL ATENTADO

P: Murieron por una granada que los terroristas detonaron en los helicópteros.

R: Así es. Francotiradores alemanes  que esperaban en el aeropuerto comenzaron a disparar, los terroristas se enojaron , vieron que no cumplían lo que les habían prometido…y así hicieron estallar los helicópteros.

P:¿Recuerdas los últimos momentos compartidos con el resto de la delegación?

R: El día del atentado, en las olimpiadas, había sido un día de descanso. Sentíamos una gran alegría  por los logros que yo había obtenido, que eran una gran cosa para el deporte en Israel, y había un ambiente excelente. Nos invitaron a la obra “El violinista en el tejado” que se presentaba en Alemania en ese momento, con el muy conocido actor Shmuel Rodensky. El nos invitó. Fuimos todo, la delegación entera, con el uniforme de la delegación. Al terminar la obra pasamos detrás de las  bambalinas, nos sacamos fotos, el ambiente era sumamente alegre. Volvimos a la villa olímpica a medianoche. Mi entrenador se despidió de mi diciéndome que nos encontraríamos a  la mañana siguiente en el desayuno y me fui a dormir. A las 6 de la mañana me despertaron y me dejaron que terroristas habían entrado al lugar y que tenemos que irnos. La primera reacción fue decir que no puede ser, que debe haber un error…pero dos de nuestros  compañeros ya habían sido asesinados.

La última foto de todos juntos, después de la obra de teatro. En el medio, en andas, Esther y el actor Rodensky
La última foto de todos juntos, después de la obra de teatro. En el medio, en andas, Esther y el actor Rodensky

 

P: ¿Dónde estabas tú Esther?

R: En el pabellón de las mujeres. Es que en las olimpíadas, en general, hombres y mujeres tienen pabellones separados. En la parte de las mujeres éramos sólo dos, la nadadora Shlomit Nir y yo. Si los terroristas nos hubieran buscado a nosotros, no habrían podido encontrarnos. Estábamos a 200 metros de los hombres. No oímos nada de lo sucedido. La verdad es que tampoco la gente que estaba al lado oyó nada.

P: Estaban junto al pabellón de la delegación de Uruguay…

R: Tengo entendido que sí, pero no creo que hayan oído nada, porque todo sucedió dentro de las habitaciones.

P: Recordemos Esther cómo fue que se salvaron los otros dos…

R: Los terroristas entraron por tres lados.

P: El primero con el que se toparon fue Muni Weinberg,el entrenador de los luchadores

R: Así es.Le indicaron que los conduzca a las otras habitaciones de los israelíes..

P: El logró esquivar una de las piezas, convenciendo a los terroristas que allí había gente de otro país.

R: Sí, pero tuvo que llegar a la tercera pieza..

P: Donde estaban los luchadores, pensando que ellos podrían tomar control de los terroristas fácilmente, aunque el problema, claro, es que estaban armados.

R: Exactamente. De la segunda pieza, a la que no habían entrado, oyeron algo, en la otra alguien alcanzó a gritarles que huyan, y ellos saltaron por la ventana.

P: ¿Cuándo llega el momento en el que uno capta a nivel personal lo sucedido, que uno dice “yo también podría haber muerto”?

R: Yo pensé todo el tiempo que ojalá hubieran comenzado por nuestro edificio..porque era muy grande y habrían tenido dificultades para encontrarnos. Pero luego ya nos enteramos, y ahora está clarísimo, que recibieron ayuda, alguien les dio las armas..

P: Alguien les dio llaves de la villa olímpica.

R: Y que los alemanes no prestaron la debida atención al tema de la seguridad, porque querían dejar una imagen limpia, de algo que no tiene nada que ver con guerra, como que todo estaba bien…

P: Le llamaron “la olimpíada feliz”.

R: Así es….claro está que no se entra así nomás con armas y granadas a un lugar así…

 

SE SIGUE ADELANTE

P: De tu propia experiencia después de Munich y haciendo extensivo eso a la vivencia de Israel en general, podemos decir que toda esta problemática es difícil pero que no logra desesperar a Israel ¿verdad?

R: No es que no nos desespera, sino que no tenemos  alternativa. Actuamos como actuamos, porque no tenemos más remedio. Si levantamos los brazos o nos mostramos débiles, entonces no podremos vivir acá. Es un tema existencial.

P: Esther, tú quedarás para siempre en la memoria colectiva israelí asociada no sólo a tus grandes logros como atleta, sino a la tragedia de Munich. ¿La gente te sigue preguntando?

R: Por supuesto. La sensación en Israel, ya sabes, es que todos estamos conectados por algún lado. Aunque quisiera alejarme, no puedo. Es cierto que la gente me reconoce-quizás ahora un poco menos-y me para en la calle. Sabes que yo salgo mucho a caminar…y la gente se me acerca, todos tienen la necesidad de decirme algo sobre Munich.

P: Dónde estaban, cómo lo vivieron…típico israelí.

R: Así es. Y no me molesta en absoluto porque todos lo hacen de forma respetuosa, cercana pero respetuosa.

P: ¿Y cómo se maniobra entre el recuerdo y la vida hoy?

R: La vida es más fuerte que todo. Siempre uno ve gente que está de duelo y luego vuelve a la rutina, porque no hay ninguna otra opción.

P: En Israel eso es muy fuerte. ¿Cómo ves hoy el efecto en ti del atentado?

R: Me hizo ver el mundo con otra perspectiva. Cuando yo fui a Munich a las Olimpíadas, era muy ingenua. Pensé que los buenos siempre ganan, pero no es así. Entendí que el mundo se mueve por intereses. De Munich parecía que tuvimos que irnos como avergonzados…¡pero habíamos sido las víctimas! Y cuando volví a correr, siempre me tenían que aislar, separarme por “seguridad”. ¿Por qué yo tenía que ser distinta?

P: Y en medio de estos temas, tienes una nueva luz en tu vida…

R: Así es, mi primer nieto, Lavi, que cumplió ya 9 meses. Disfruto enormemente de estar con él, tirarme al piso con él…

P: Suerte que mantienes la forma y tu buen estado físico.

R: (risas) Así es…

P: Gracias por todo Esther.

R: A ti por llamarme.

 

 

Ana Jerozolimski
(18 Julio 2021 , 11:10)

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