Mundo Judío

MiSinai

Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 25. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.

 

No. 25
Jaiei Sará
Descargar PDF aquí
Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 22/11 19:17
Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

 

AMOR A SEGUNDA VISTA

Por Yossy Goldman

¿Por qué hay tantos fracasos matrimoniales? Y ¿por qué muchos matrimonios se separan poco después de haberse casado?

En la Torá leemos sobre el primer shíduj de la historia. Abraham envía a su fiel servidor Eliezer a encontrar una esposa para su hijo Isaac. Éste vuelve con Rebeca y después viven felices por siempre. El verso nos dice: "E Isaac tomó a Rebeca, ella se convirtió en su esposa y él la amó" (Bereshit 26:67). Daría la impresión que en el escenario bíblico el amor verdadero aparece después del matrimonio, y no antes. Ahora bien, antes que se pueda celebrar un matrimonio las dos personas involucradas tienen que tener algo en común, valores compartidos, aspiraciones mutuas y sí, debe de haber un cierto grado de química entre ellos. Pero el verdadero amor tiene que ser alentado con el paso del tiempo.

No cabe duda que la causa principal de muchos fracasos matrimoniales de la actualidad radica en las expectativas irreales de las parejas que se casan. Nuestra generación ha estado bajo la permanente influencia de las novelas románticas, las canciones de amor de las listas de éxitos, los consejos que aparecen en coloridas revistas y el mundo de fantasía de Hollywood, todos elementos que tienen poca similitud con el mundo real. (Me atrevería a sugerir que Shrek es la primera historia de amor realista de la industria del cine).

"¡Nos enamoramos!" "Fue amor a primera vista". Confieso que yo también soy un poco romántico, pero seguramente hay una contradicción en los términos de la expresión "amor a primera vista". Por definición el 'amor' tarda años en desarrollarse. Si eres honesto contigo mismo, el único sentimiento que puede surgir a primera vista es el del deseo. El "amor a primera vista" es un gigantesco bobe maise.

De modo que nos "enamoramos" pensando que es el amor auténtico, con la esperanza que será verdadero y que perdurará. Pero a la menor desilusión, en seguida dejamos de estar enamorados. Lo que únicamente prueba que no era un amor verdadero. El verdadero amor lleva años, el verdadero amor es la convicción madura que nuestras vidas están entrelazadas y son inseparables. Y no importa si el cabello de mi pareja se va poniendo gris, o que ya no tenga la figura de antes, o que haya perdido su dinero. Ese tipo de amor no se mide en romanticismo, sino en el compromiso a largo plazo.

Cuando oficio en un casamiento no sólo observo a los novios, sino también a sus padres. La fugaz mirada que intercambian el padre y la madre bajo esa jupá -irradiando najes y sentimientos de satisfacción compartida- me dice que tienen un buen matrimonio. Para mí eso es más revelador que los almibarados gestos de los recién casados.

A pesar de lo emocionante de este momento, puede ser que el amor que sienten todavía esté en la etapa de pasión ciega. Aún así, ese amor todavía no ha pasado por pruebas, recién está al principio.

De modo que la primera regla es la paciencia. El amor lleva tiempo. Necesita ser alimentado. Lamentablemente, hay muchos que abandonan demasiado pronto.

En segundo lugar, el efecto Hollywood nos deja tan ingenuamente impresionables que al principio nos convencemos a nosotros mismos que nuestra pareja debe ser el proverbial Príncipe Azul o la Princesa Grace.  Pero entonces, al primer signo de imperfección pensamos: "¡Es un clavo! ¡Y ya mismo me voy!" Recuerda, nadie es perfecto. Ni siquiera tú... Sí, con el paso del tiempo por supuesto descubrimos las pequeñas imperfecciones de nuestra pareja. Algunas cosas pueden volverse a aprender, pero siempre con paciencia. Hay otras con las que simplemente tendremos que aprender a vivir. La aceptación es un arte. Sopesa mentalmente la importancia de las fallas menores frente al bien mayor en el magnífico esquema de las cosas. Podrás llegar a darte cuenta que, en realidad, puedes vivir con todas esas pequeñas e insignificantes fallas. Pero, habrá que admitir que si es algo realmente grave, entonces podrías necesitar ayuda psicológica.

Y, al hacer estas reflexiones, considera lo siguiente: ¿Dejo de quererme a mí mismo por ser imperfecto? ¿Dejo de querer a mis hijos porque la maestra me dice que se portaron muy mal en el colegio? No, por supuesto que no. ¿Entonces, por qué una imperfección de mi pareja hace que me cueste quererla?

El matrimonio es un comienzo, no un fin. Si podemos ser realistas con respecto a nuestra relación encontraremos al verdadero amor. Pero lleva tiempo, paciencia, y encontrar la sabiduría de pasar por alto las pequeñas cosas que nos pueden molestar. Entonces, con favor de D-os, con el verdadero compromiso vendrá el verdadero amor, la comprensión, una vida disfrutada en común, ternura y la mayor, más duradera satisfacción en nuestra vida personal.

 

DESTINO JUDÍO

[Abraham le dijo a los Hititas] “Permítanme [comprar] un lugar de entierro entre ustedes” (Bereshit 23:4)

La Cueva de Majpelá es el lugar donde están enterrados Adán y Eva, los primeros seres humanos; y como tal, originalmente le pertenecía a toda la humanidad. Al comprarla, Abraham expresó la intención de D-os que la misión dada originalmente a la humanidad como un todo ahora pasara al pueblo judío. Al aceptar esta tarea, esencialmente el pueblo judío se estaba separando del resto de la humanidad y asumiendo el rol de sus guías espirituales. Es nuestro desafío reconocer este destino también hoy.

 

Likutei Sijot, vol. 15, págs. 145-154; vol. 5, págs. 338-344; Sefer HaSijot 5748, vol. 1, págs. 85-89.

Bereshit (Génesis) 23:1 – 25:18

El nombre de la quinta sección del libro de Génesis se toma de sus primeras palabras, “La Vida de Sara” (Jaiei Sara en Hebreo), y comienza con la muerte y entierro de Sara. Luego seguimos al sirviente de Abraham, Eliezer, cuando compromete en matrimonio a la sobrina nieta de Abraham, Rebeca, para el hijo de Abraham, Isaac. Este relato es seguido por el matrimonio de Isaac y Rebeca y las últimas etapas de la vida de Abraham: su nuevo casamiento con Hagar, su muerte, y el alejamiento de su hijo Ismael de su familia y su misión Divina.

SALVAR A UN AMIGO

Por Jaia Sara Silberberg

Guedalia Moshe Goldman, que después se convirtió en Gran Rebe de Zvhil y Jaim Shaul Bruk, renombrado mentor de Jabad, estuvieron cautivos en la misma época en un campamento de trabajos forzados de la prisión soviética. ¿Su ‘detestable’ crimen? Observar y difundir Judaísmo bajo el régimen comunista.

Un Shabat, el sádico comandante del campamento llamó a Guedalia Moshe a su oficina. “Tengo aquí los papeles para tu descargo”, dijo mientras ondeaba algunos papeles en el aire, “y si los firmas ahora, serás un hombre libre." “¡Pero es Shabat!”, contestó Guedalia Moshe. “No puedo y no firmaré en Shabat”.

El comandante -quién por supuesto sabía de antemano que Guedalia Moshe no transgrediría el Shabat- gritó: “¡Si no firmas los papeles ahora, permanecerás aquí otros ocho años!”. “No obstante, no firmaré y no profanaré el Shabat”, respondió Guedalia Moshé.

“Muy bien,” sonrió con desprecio al comandante. “No firmes. Estarás en esta prisión durante ocho años más. Y veremos cómo tu D-os te ayuda…”.

“Si mi D-os quiere ayudarme, Él lo hará sin usted. Y si Él quiere que yo esté en esta prisión ocho años más, estaré aquí otros ocho años aun cuando usted decida permitirme marchar”, contestó serenamente Guedalia Moshe. “No tiene nada que ver con usted.”

El comandante ya enfurecido, estaba rojo. ¡Sacó su pistola fuera del estuche, apuntó al corazón de Guedalia Moshe, y gritó: “¡Veamos quién te ayudará ahora!”. Jaló el arma…

Y en ese momento, su hija entró en la oficina. Vio a su padre apuntando con la pistola a Guedalia Moshe y dijo con voz aburrida: “Padre, es una lástima la pérdida de una bala…”

Despacio, el comandante bajó el arma. “¡No pienses que ha sido tu D-os que te salvó!”, gritó a Guedalia Moshe que permanecía de pie serenamente. “¡Si no hubiera sido por mi hija, serías ahora carne muerta!”.

El comandante se volvió a un ayudante y gritó: “Traiga al otro judío escandaloso, Jaim Shaul!”.

Pasaron unos momentos, y Jaim Shaul estaba parado en la oficina al lado de Guedalia Moshe. El comandante le hizo la misma oferta que a Guedalia Moshe: “Firma estos papeles y serás hombre libre”. “Pero no puedo firmar los papeles”, contestó Jaim Shaul “Es Shabat, y yo no violo el Shabat”. “¡Entonces permanecerás aquí otros ocho años!”

“¡No escribiré en Shabat!”. De repente, Guedalia Moshe dijo: “Déme los papeles. Yo firmaré por él”. El comandante quedó enmudecido. “¡¿Qué?! Acabas de decir que no escribirías en Shabat! ¡Vas a estar aquí ocho años más por esa razón! ¿Y ahora firmarás por él?”.

“Claro que no firmaría en Shabat para ganar mi libertad,” Guedalia Moshe contestó. “Pero esto es diferente. Yo soy fuerte, y puedo resistir las condiciones en esta prisión otros ocho años. Pero Jaim Shaul es más débil, y no puede resistir este lugar. Sería peligroso para su salud permanecer aquí ocho años más. Déme los papeles y permítame firmar…”

Ambos hombres fueron liberados de la prisión a los pocos días. Y después de todo, no fue el comandante quien estaba al mando.

EL KIDUSH

El Shabat entra con palabras maravillosas vertidas sobre un rico vino, para cumplir el versículo “Recuerda el Shabat para santificarlo”.

Lo llamamos kidush, un ritual de palabras y bebida, un puente mágico del agobiante día de la semana al día de descanso. Tan encantados estamos con el kidush que lo repetimos nuevamente de otra forma durante el día. El kidush sirve como el punto de partida para las comidas de Shabat de la noche y el mediodía.

El kidush de la noche consiste de tres partes: 1) Tres versículos de Génesis que cuentan como D-os descansó en el séptimo día y lo santificó. 2) La bendición del vino. 3) Una bendición agradeciendo a D-os por darnos el Shabat.

 

El kidush del mediodía consiste de varios versículos de Éxodo, seguidos por la bendición del vino.

Cómo hacer el Kidush:

 

1.  El viernes de noche, cante Shalom Aleijem para darle la bienvenida a los ángeles de Shabat, y la poesía de la Mujer Virtuosa.

2.  Enjuague y seque la copa de kidush. Llénela hasta el borde con vino kosher.

3. Reúna a todos alrededor de la mesa de Shabat. Levante la copa llena de vino con su mano derecha (a menos que sea zurdo), y recite el kidush en voz alta.

4.  El viernes a la noche, mire a las velas de Shabat al decir las primeras palabras. Luego mire a la copa de vino mientras dice la bendición del vino.

5.   Todos los presentes contestan “Amén” al finalizar las bendiciones.

6.  Beba al menos 45 mililitros de la copa. Todos los demás también deberían tomar un sorbo.

 

Detalles técnicos:

 

  El vino es preferible, pero un jugo de uva kosher también está bien.

   No coma o beba nada antes del kidush, comenzando desde la puesta del sol el viernes por la noche y desde después de las plegarias del Shabat por la mañana.

  Si no tiene vino o jugo de uva, recite el kidush sobre jalá o pan. Sólo reemplace la bendición del vino por la del pan, y lávese las manos antes del kidush.

 Una vez que alguien bebió de una copa de vino, el resto del vino no debe ser usado para kidush a menos que se le agregue vino a la copa.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
Para recibir MiSinaí por email o por whatsapp, contactar por teléfono al 2628 6770 o por mail: [email protected].

Ultimas Noticias Ver más

Esta página fue generada en 0.0550780 segundos (2320)
2024-04-20T03:07:24-03:00