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MiSinai

Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 46. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.

 

 

No. 46
Taznia-Metzorá
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 24/04 17:51
Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

LO MARAVILLOSO DE LA MUJER

Por Yanki Tauber

“Hashem le habló a Moshé diciendo: ‘Háblales a los israelitas, diciendo: Cuando una mujer conciba y dé a luz...’” (Vaikrá 12:1-2)

Sucede 250 veces por minuto, casi 15.000 veces cada hora. Sucede después de esfuerzos y anticipación, o “por accidente”. Ocurre en todo nivel socioeconómico, en todo país y ciudad del mundo. Pero no importa cuán frecuentemente suceda, no importa cuán común sea el evento, siempre nos quedamos asombrados y decimos: un milagro.

Que un ser haga nacer a otro, que cree, a otro. Si hay un área en la cual una criatura emula a su Creador, si hay un acto en el que expresamos la chispa de divinidad en nuestro núcleo, es en el milagro del nacimiento.

Pero es en este, nuestro logro más divino, donde también revelamos las limitaciones de nuestra individualidad. Comer, dormir, pensar, producir una obra de arte, o construir una casa, virtualmente todo lo que hacemos, lo podemos hacer por nosotros mismos. Pero dar a luz a un niño es algo que solo podemos hacer junto con otra persona. Para dar a luz, debemos dejar de ser una entidad en nosotros mismos y volvernos parte, componentes, de una comunidad de dos.

Porque si solo somos lo que somos, seguramente no somos divinos. Como seres en nosotros mismos, somos cosas finitas, absorbidas en nosotros mismos, fabricantes en vez de creadores. Para crear, debemos elevarnos por encima de nuestra individualidad. Para realizar nuestra esencia divina, debemos trascender los límites de nosotros mismos.

Es la mujer, no el hombre, quien da a luz. Es la mujer a quien más satisface la maternidad, y quien más agudamente siente la falta cuando esta se le niega. Es la mujer la que continúa actuando como madre de su hijo después que el hombre lo ha criado. Es la mujer, de acuerdo a la ley de la Torá, quien determina exclusivamente la identidad espiritual de su hijo.

Porque la mujer es quien más renuncia a su individualidad para crear vida. Ella es el elemento pasivo y receptivo en el proceso de la creación. Durante nueve meses, su cuerpo deja de ser solo suyo, en la medida que alberga y nutre a otra vida. Por esto es la mujer, en lugar del hombre, quien “concibe y da a luz”, y para quien la maternidad es un estado de ser, en lugar de un “logro” o una “experiencia”.

Pero todos podemos convertirnos en “madres”. Lo que le es natural a la mitad femenina de la creación puede ser aprendido y asimilado por todos, y no solo en dar a luz a niños sino en cada uno de los emprendimientos de la vida. Todos tenemos el poder de reconocer que hay más en nuestra existencia que los estrechos confines de la identidad individual.

Todos tenemos el poder de convertirnos en más de lo que somos y hacer más de lo que podemos, haciéndonos receptivos a la esencia divina que subyace nuestro ser y permea toda la existencia.

MIRANDO A OTROS POSITIVAMENTE

"El sacerdote debe examinar [el artículo para determinar si está afectado por tzaráat]" (Vaikra 13:55)

La Torá requiere que sean específicamente los sacerdotes quienes juzguen los casos de tzaráat porque son los herederos espirituales del primer sacerdote, Aarón, quien era famoso por promover el amor fraternal en el pueblo judío. Debido a su amor por sus congéneres, los sacerdotes - teniendo cuidado de no torcer en ninguna forma la ley de la Torá - se cerciorarán de estar absolutamente seguros de que la ley requiere que declaren al afectado impuro antes de hacerlo. Y si los sacerdotes tienen que declarar a una persona impura, harán todo lo que sea posible para declararla pura lo más pronto posible.

Similarmente, cuando encontramos a alguien que parece estar afectado por algún rasgo de carácter negativo, no debemos apresurarnos en rechazarlo. Sino, que primero debemos examinarnos a nosotros mismos para determinar cuán bien ejemplificamos los ideales del amor fraternal. Si estamos pobres en este aspecto, no tenemos derecho a juzgar a otros, porque puede ser que nuestra percepción esté sesgada por nuestros sentimientos no refinados.

Al aprender de Aarón cómo amar al prójimo independientemente de su comportamiento objetivo, contrarrestamos la causa de nuestro actual exilio, el odio injustificado. Esto apresurara la Redención Mesiánica final.

Likutei Sijot, vol. 27, págs. 88-91.

Levítico (Vaikrá)  12:1 – 15:33

La sección anterior del libro de Levítico trató las leyes de impureza ritual impartida por determinados animales muertos. En esta sección, la Torá procede con las leyes de impureza asociadas con los seres humanos. Primero habla de la impureza que recae sobre una mujer judía que concibe (Tazria en Hebreo) y da a luz. El segundo tipo de impureza de la que habla esta sección es una enfermedad que ya no existe, conocida como tzaráat. Aparecía en la piel, prendas o casa de un hombre o mujer judíos.

Continuando con el tema de la sección anterior, la quinta sección del libro de Levítico comienza con los rituales que debe seguir alguien afectado con tzaráat (Metzorá en Hebreo) para poder ser admitido nuevamente en el Tabernáculo. Luego describe cómo la tzaráat puede aparecer en construcciones y cómo realizar su purificación. En el final describe varias formas de impureza ritual, resultados de ciertas emisiones corporales.

HOLOCAUSTO Y RECONSTRUCCIÓN

Al igual que millones de su generación, la tragedia del Holocausto también golpeó personalmente al Rebe. DovBer, el hermano menor del Rebe fue fusilado y su cuerpo arrojado a una fosa común, al igual que lo fueron miles de otros judíos, en una serie de masacres llevadas a cabo por los alemanes poco antes de la ocupación de Dnepropetrovsk, en otoño de 1941. La misma suerte corrieron su amada abuela y otros miembros de su familia. La esposa del Rebe perdió a su hermana menor, Sheina, quien murió en Treblinka, junto con su esposo y su hijo. 

En sus escritos y argumentos sobre el tema, el Rebe rechaza todas las explicaciones teológicas acerca del Holocausto. ¿Qué mayor soberbia y falta de humanidad puede existir que dar una explicación para la muerte y tortura de millones de hombres, mujeres y niños? Solamente podemos admitir que hay cosas que están por encima del limitado conocimiento de la mente humana. Haciéndose eco de su suegro, el Rebe solía decir: “No es mi tarea justificar a D-os acerca de este acontecimiento. Es únicamente el propio D-os quien puede dar respuesta a lo que Él permitió que sucediera y, la única respuesta que aceptaremos, será la inmediata y completa redención que desterrará para siempre el mal de la faz de la tierra y hará surgir la intrínseca bondad y perfección de la creación de D-os".

Para quienes argumentaban que el Holocausto “refuta” la existencia de D-os o Su Providencia en nuestras vidas, el Rebe decía: “Por el contrario, el Holocausto ha refutado decisivamente toda posible fe en la ética basada en el ser humano. ¿No fue precisamente el grupo humano que representaba la cultura, los adelantos científicos y la moral filosófica el que perpetró las más perversas atrocidades conocidas en la historia de la humanidad? Aunque sea lo único que nos ha dejado el Holocausto: la enseñanza es que solo se puede alcanzar una existencia ética y civilizada a través de la creencia en un Poder Superior y la sumisión al Mismo".

El Rebe también dijo: “nuestra indignación, nuestro permanente desafío a D-os con respecto a lo que sucedió, constituyen en sí mismo una poderosísima afirmación de nuestra fe en Él y en Su bondad; ya que si no tuviéramos esa fe, como algo subyacente, ¿con quién es que estamos ofendidos? ¿Con los invisibles hilos que mueve el destino? ¿Con el aleatorio orden de las partículas subatómicas que componen el universo? Es justamente porque creemos en D-os que estamos convencidos que existen la justicia y el mal y que finalmente triunfará la justicia, que clamamos, como lo hizo Moisés: ‘¿Por qué D-os mío, le has hecho daño a Tu pueblo?’” (Éxodo 5:22) 

Pero, para el Rebe, lo más importante acerca del Holocausto no era cómo podemos, o no, comprenderlo. Ni siquiera cómo recordamos a las víctimas, sino qué es lo que hacemos a ese respecto. Si permitimos que el dolor y la desesperanza nos dejen tan abatidos como para no poder educar a una nueva generación de judíos con un fuerte compromiso con su judaísmo, entonces, D-os no lo permita, se habrá hecho realidad la “solución final” de Hitler. Pero, si reconstruimos, si educamos a una generación orgullosa y segura en su judaísmo, habremos triunfado.

Y esto es lo que el Rebe llevó a cabo. Cuando fue nombrado por su suegro para encabezar los departamentos de educación y actividades sociales de Jabad, puso en marcha los programas que, durante los siguientes cincuenta años, anunciarían el renacimiento de la vida judía en el mundo post-Holocausto.

OBSERVANCIAS DE DUELO DEL OMER

En el siglo segundo de la era común, una plaga mató a 24.000 estudiantes de uno de los sabios y líderes judíos más grandes de todas las épocas, Rabi Akiva. Murieron todos en el corto período entre Pesaj y Shavuot. Durante esas siete semanas entre las festividades de Pesaj y Shavuot, recordamos esa tragedia con un período de semi duelo.

Históricamente, muchas tragedias han caído sobre nuestro pueblo durante estos días. Los notorios líbelos de sangre incitaron progroms antisemitas en las semanas siguientes a Pesaj.

Durante estos días de duelo:

· No se hacen casamientos.

·  No se escuchan instrumentos musicales.

·  No compramos prendas de valor significativo.

·  No nos cortamos el pelo o nos afeitamos (Hable con su rabino si su trabajo así lo requiere).

En total, de los 49 días de este período observamos solo 33 días de duelo. Sin embargo, hay distintas opiniones sobre cuando esos 33 días empiezan y terminan. Hable con su rabino para determinar la tradición de su comunidad o familia sobre este asunto.

Sin embargo, de acuerdo a todas la opiniones, el día 33 del Omer, conocido como Lag Baomer, se celebra con fiesta, y se suspenden todas las expresiones de duelo. Este es el aniversario de fallecimiento del místico Rabi Shimon bar Iojai, un estudiante sobreviviente de Rabi Akiva, quien específicamente pidió que nos alegremos en el día que su alma se reunió con su Creador.

Ciertas comunidades, incluyendo Jabad, observan el período de duelo del Omer desde Pesaj hasta tres días antes de Shavuot (exceptuando Lag Baomer), para cumplir con todas la opiniones. Esta costumbre también coincide con las enseñanzas de la Kabalá, de acuerdo a la cual este es un período de juicio severo.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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