Conocí a Esther Cukierman allá por el año 1987 en el Centro de Estudios Judaicos. Recuerdo sus clases y su pasión al impartirlas. El CEJ es parte medular de mi historia, allí conocí a mi marido con quien cumpliremos en un mes 30 años de casados.
Esther, si yo te pidiera que te definas como persona en 3 líneas ¿qué dirías de vos?
Estudiar y enseñar el Talmud, la Ley, la Historia e historias judías, esa es mi pasión y mi forma de vida.
¿Qué significó el idish en tu vida? ¿Fue una forma de comunicarte con gente o fue un camino para comprender la cultura Idish ? ¿Si yo te digo shlufn, a guites yur, sheine meidale, a que recuerdos te lleva de tu vida?
Janet, en mi casa no se hablaba idish, era el idioma de mi papá, pero mi madre nació en Argentina, sabía muy poco idish. Unos meses antes de casarme, David, Z´l, mi compañero de la vida, me llevó a conocer a sus padres. Ahí descubrí que en esa casa no solamente se hablaba, sino que se vivía en idish ¡y yo no entendía casi nada! Enseguida busqué un profesor. Y cuando una mujer se empeña… puede aprender lo que sea. Estudié mucho sobre el idish, especialmente en el año 2006 cuando mi marido y yo pasamos un verano en Vilna asistiendo a un curso intensivo de idioma y literatura idish en la Universidad estatal de Lituania. Aprendí que el idish es un idioma europeo que nació hace mil años, mezclando el idioma alemán medieval con muchas palabras hebreas, arameas, algunas expresiones eslavas y un poquito de todos los idiomas que los judíos conocieron desde que fueron expulsados de la Tierra de Israel. Siempre fue el “mame loshn” el idioma de la vida diaria, los judíos amaban, cantaban, discutían, peleaban, engañaban e insultaban, se enfermaban y se curaban o morían con el idish en la boca. Además desde más o menos fines del siglo XVI, el idish pasó a expresar la cultura y la vida judía europea. En idish se han publicado decenas de miles de libros, diarios, revistas, sobre todos los temas imaginables. Eso fue hasta que la Shoa liquidó unos cinco millones de judíos idish parlantes. En este siglo XXI han aparecido nuevas publicaciones de los estudiantes que cursan idioma Idish en Universidades europeas y americanas. En febrero de este año se publicó la traducción de Harry Potter al Idish, “Harry Potter un der filosofisher stein”. Mil ejemplares se agotaron en dos días.
Clase con el profesior Lucas de Buenos Aires
¿Por qué estudiar idish hoy en Montevideo, sin ser artista, ni ortodoxo, ni Licenciado en Letras?
Janet, aquí tenemos que recordar lo que sucedió al crearse el Estado de Israel. El movimiento sionista en sus primeros tiempos, pensó que permitir hablar idish o ladino en Israel podía atentar contra el renacimiento del idioma Hebreo en Israel. Prohibieron enseñar y hablar idish y ladino en Israel. Los que prepararon los programas de estudio escolares y de secundaria no querían enseñar a los niños lo que llamaban idioma del gueto ni la propia historia de una época que parecía darles vergüenza. En poco tiempo las escuelas judías que se declararon sionistas en la diáspora, siguieron ese ejemplo y dejaron de enseñar idish .Hace pocos años los dirigentes de Israel declararon públicamente su error y pidieron perdón por haber casi liquidado al idish y al ladino; comprendieron que Israel necesita comunidades judías fuertes a lo largo y ancho del mundo y que los viejos idiomas judíos de la diáspora, idish y ladino y la historia de las diásporas donde los judíos vivimos dos mil años, no pueden olvidarse, fueron muchos siglos de crecimiento y son elementos que fortalecen la identidad judía. Desde hace pocos años en Israel se ha comenzado a enseñar idish, aunque no mucho. En la diáspora florecen por todos lados, clubes de idish para volver a cultivar el idioma de nuestros abuelos.
Simon Lamstein comparte conocimientos.
Los judíos ortodoxos, que mencionas en tu pregunta, siguen enseñando idish y publican en idish pero solamente los libros que necesitan para dar sus clases o también libros de autores en diferentes temas, siempre que estén alineados en sus mismas líneas de ortodoxia. El material que manejan es por eso muy diferente, ya que muchos miles de títulos publicados en idish en Europa y Estados Unidos durante los siglos XIX y XX son obra de periodistas, profesores y escritores judíos de tendencias liberales, no religiosas.
¿Por qué estudiar idish hoy en Montevideo o en cualquier parte del mundo?
Es una pregunta muy interesante. Hice hace unos años una entrevista a la Prof. Miriam Hoffman, que dirigía en ese entonces los cursos y enseñaba idish en la Universidad de Columbia. Le pregunté quiénes vienen a sus cursos de verano, que atraen a tantos alumnos. Ella me contestó: los judíos norteamericanos vienen a buscar en el idish su propia identidad, el judaísmo que no saben qué contiene además del guefilte fish y el matze, (pescado relleno y galleta sin levadura de Pesaj-Pascua). En el año 2006, cuando estudiamos idish en Vilna, hice la misma pregunta a casi todos mis compañeros de clase. También entrevisté en Montevideo a algunos alumnos que asistieron en el 2018 y 2019 a los Cursos de idish en la Kehila con los profesores que traemos desde el IWO Buenos Aires. ¿Quieres saber qué me contestaron?
Por distintos caminos, estudiar idish es una forma para encontrar las raíces y la propia identidad. Es interesante que en todos los entrevistados, la búsqueda se plantea recién en la vida adulta y algún suceso suele ser el disparador. Por ejemplo un hijo o hermano se casa con un no judío y eso les hace preguntarse: ¿qué tengo yo de diferente a esta norteamericana no judía que entró a mi familia? Otro disparador puede ser el fallecimiento del padre o madre, cuando los hijos encuentran una biblioteca llena de libros y anotaciones que no saben leer o una caja de cartas en idish de familiares que nunca conocieron. ¿Qué dicen las anotaciones de sus padres? ¿Qué hay escrito en esas cartas llegadas desde Europa? Otro disparador puede ocurrir al recorrer los campos nazis de exterminio. Esa visita es un shock muy fuerte, aquí está la imagen de la muerte judía en Europa. ¿Cómo fue la vida judía en el viejo hogar europeo? Esa vida está escrita en idish. Aunque el estudiante no llegue a dominar el idioma, el idish le trae el aroma y la melodía familiar de la vida de sus abuelos y generaciones hacia atrás.
Un segundo motivo es académico. Muchos estudiantes, judíos y no judíos, necesitan aprender idish para poder investigar. Por ejemplo , sin conocer algunos de los libros y especialmente diarios y revistas publicados en idish durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX, no se puede investigar la historia europea o el desarrollo de las luchas laborales o las cooperativas en esos años.
¿Cómo es la movida idish cultural de Montevideo hoy y desde que vos participas en ella?
¿La movida idish desde que yo participo en ella? Ah, ¡me estás pidiendo historia de la comunidad judía de Montevideo! Empecé a participar en “la movida idish” cuando David y yo nos casamos. Mis suegros, su familia y sus amigos pertenecían al Bund, que a fines del siglo XIX fue el partido de la clase obrera judía europea, pero hoy ya no existe. Tres ideales los definían: uno el socialismo democrático, el estilo del Dr. Emilio Frugoni. Otro el “Doycait” desarrollar y fortalecer la vida judía en las comunidades de la diáspora en que los judíos vivían. Al mismo tiempo, el Bund entendía importante, pero no lo único que importaba, apoyar la reconstrucción de la vida judía en la Tierra de Israel. El tercer ideal, mantener la cultura idish, sin detrimento de aprender también el hebreo. Ese era uno de los ambientes en que se desarrollaba la vida cultural idish en nuestra ciudad.
Otro de los ambientes de la movida idish era la Kehila, la Comunidad Judía de tradición de Europa Oriental, de habla idish. David vivía muy integrado a la Kehila, fue su Tesorero durante varios períodos, siempre pedía que se realizaran más actividades en idish. Otro ámbito eran las radioemisoras. “Voz de Sión en el Uruguay” dirigida por José Jerosolimsky, “Iero”, Z’l, hablaba en idish a la hora del almuerzo desde la radio, y con eso se unía a la mesa de los judíos de Montevideo. Muchos años, además, Iero se ocupó de la preparación de los actos de cultura idish en la Kehilá, traía alguna personalidad de visita por Montevideo a dar una charla en idish, a la que se arreglaba para convocar también alguna presentación de música judía. En ese entonces había una gran población idish parlante en Montevideo, la Kehila se llenaba. Muchas veces además Iero y su esposa Taiby invitaban al charlista visitante y a varios amigos para el Cabalat Shabat en su apartamento, esas eran reuniones memorables en las que el idioma era el idish .Había otros ámbitos que cultivaban el idish en esos años, pero cada cual se mantenía en su sede, con los que compartían sus ideales. La Asociación Cultural Zhitlovsky, muy fuertemente izquierdista, que hasta el día de hoy mantiene actividades en idish. Las reuniones culturales en idish de los grupos judíos religiosos observantes, había y hay varios, entre ellos, no se si sabes que en Montevideo hubo un grupo de jasidim de Satmar, los mismos que se ven en la serie de Netflix “Poco ortodoxo”.
Hoy en día la “movida idish” es muy poca. Las escuelas de la colectividad no enseñan idish desde hace tal vez unos 40 años. En la Kehila funcionan dos Clubs de Idish, los dos muy entusiastas, uno de personas muy mayores, casi todos son bisabuelos. El otro es de gente algo menor, digamos, son abuelos. También hay coros y un grupo de teatro en idish. Desde el año 2018 están en la Kehila los cursos de idish con profesores del IWO Buenos Aires. Cuando se puede, una o a veces dos veces al año, hacemos venir actores o cantantes en idish para la Kehila.
Yo siento que hay una revaloración a nuestros ancestros, tal vez sea porque pasé los 50 y me invade la nostalgia. ¿Qué pensas vos de eso?
Si, y tengamos presente que la revaloración ha partido desde el mismo centro de la vida judía, desde Israel, no podía ser de otra manera. En 1987 en Israel permitieron la formación de teatro en Idish, ahí nació el “Idish Shpil” el teatro en idish de Tel Aviv, entiendo que ese fue el indicador del comienzo de la nueva política de darle valor al idish y a su cultura.
¿Qué es lo más te llama la atención de los festivales de cultura idish que existen en el mundo, me comentaste en Cracovia y en Montreal? ¿Qué publico los visita?
El número uno de los festivales de música idish y cultura judía es Klezkanada. Se desarrolla desde hace 25 años en un club campestre a 120 kilómetros de la ciudad de Montreal, es una semana entera a fin de Agosto. Con David fuimos 16 años, desde que él falleció, sigo asistiendo, sola o con alguna amiga. Todo me llama la atención aquí, los grupos para músicos o coros, los bailes tradicionales de los judíos en Europa, talleres y charlas simultáneas en idish o en inglés, conciertos de música klezmer de tarde y de noche, cabaret de música hasta la madrugada a cargo de los alumnos que han venido becados para estudiar los ritmos klezmer . ¡Más que un festival es una experiencia de vida! El público es en su mayoría canadiense y de Estados Unidos. Además, vienen músicos desde las Repúblicas que en un tiempo integraron la Unión Soviética, con canciones y melodías que los judíos de Occidente no conocíamos porque estaban solamente del otro lado de la Cortina de Hierro. De Uruguay sólo vamos nosotros, a veces, con amigos que han querido compartir nuestra aventura.
Otro festival importante es Idish Voj, “Semana Idish” en un club campestre a unas cuatro horas de bus desde Nueva York, también a fines de agosto, a veces hay que elegir si uno va a Klezkanada o a Idish Voj. David y yo fuimos varios años, todas las actividades son en idioma idish, hasta la gimnasia y los juegos de pelota. Los que vienen son casi todos judíos, algunos religiosos, otros seculares, de Nueva York y lugares cercanos. También hay gente que viene especialmente desde Europa y desde Japón, no son judíos sino integrantes de los pequeños grupos de estudio del idish que hay en sus tierras.
El festival “Ashkenaz” tiene lugar en las instalaciones frente a los lagos de la ciudad de Toronto, cada dos años, en la semana siguiente a Klezkanada. Aquí vienen miles de personas, hay espectáculos para los que se compran entradas y otros abiertos al público. Traen teatro, aquí hemos visto “Glickel de Hamelin“ como experiencia diferente: cada escena dicha dos veces, una en idish y a continuación en inglés, pero los actores no se quedan en el mismo lugar para las dos escenas, se mueven a otro lugar del escenario. La música que viene aquí no es klezmer tradicional sino “de vanguardia”, arreglos en ritmos muy modernos, como jazz, tango, o tal vez música gitana … Preparan también un desfile klezmer musical, es un pequeño carnaval de tema judío. Con David hemos asistido en varias oportunidades, en una de ellas fuimos con nuestras dos hijas, ¡cómo nos divertimos!
En Cracovia es diferente. Brindan canciones y música klezmer, alguna obra de teatro musical en idish. El público del festival en su mayoría no es judío, viven muy pocos judíos en Polonia. Vienen miles de personas, a los polacos les encanta la música klezmer, se parece mucho a las tradicionales melodías de todo el Este de Europa, la mayor parte tiene los mismos orígenes.
¿Qué autores leíste y cómo fue la experiencia de leer en el idioma original?
Con mi marido hicimos una experiencia con el libro “El Esclavo” de Bashevis Singer. Conseguimos la obra original en idish y la traducción al español, que está hecha a partir de la versión en inglés. Comprobamos que en idish los personajes maldecían y usaban lenguaje muy rudo, pero la versión traducida ¡cortaba muchas de esas palabrotas! Nos gustó la experiencia y la repetimos con “La familia Moscat”, de Bashevis. A la Filial de la B’nai B’rith llevamos en más de una ocasión alguna página de la versión en idish, que leía David y yo leía los mismos pasajes de la versión en español. Muchas “expresiones fuertes” del texto idish no aparecen en la traducción. Y tengo tantas historias más de los libros en idish que compartíamos con mi marido...él disfrutaba mucho leyendo en idish.
Hoy está de moda la gastronomía, el restaurante Mishiguene puso la comida judía ashkenazi en el mapa, vos sentís que esa partida la habíamos perdido frente a lo sefaradí?
No se del restaurante Mishiguene de Buenos Aires. Comida sefaradí y de comunidades judías orientales me han dado en todos los hoteles de Israel, me encanta salvo cuando le ponen mucho picante. De guefilte fish y varéniques te dan apenitas una muestra en el buffet de Shabat. Si, es cierto, en Israel, la partida la ganó la tradición culinaria de los judíos del Oriente.
Esther, una última pregunta. Este año, el coronavirus no permite las clases de Idish en la Kehila, ¿qué van a hacer?
¡Esa es la gran sorpresa del año 2020! Las clases de idish en la Kehila existen porque las auspicia el Fondo para Cultura Idish Peretz Hoiz, ese es el dinero que quedó cuando el Bund del Uruguay vendió su casa porque los bundistas fueron falleciendo y la Asociación dejó de existir. En ese momento entre los últimos que quedaban, estaba David. Decidieron algunas donaciones y destinaron el dinero restante, que no era mucho, para futuras actividades de idish. Me encargaron ser depositaria del dinero con una sola indicación “Trae idish a Montevideo”. Acepté, así que espero poder cumplir lo que me pidieron. Hemos formado un pequeño grupo de amigos y pusimos en marcha las clases de idish en la Kehila. El profesor ha venido del IWO Buenos Aires, dos mañanas de domingo por mes. Resultó muy buena la experiencia y con muchos más alumnos de los habíamos imaginado. En el 2018 con varios profesores que se turnaban, en el 2019 vino regularmente el profesor Lucas Fiszman, que es un hombre joven, lingüista con título académico argentino. Este año, el coronavirus nos dejó sin clases presenciales, pero eso no nos va detener. ¡Hay que adaptarse y hacer camino al andar! La enseñanza del idish entra en una nueva era, clases por zoom desde el IWO Buenos Aires. Todos los Jueves, con nivel Principiantes de 19 a 20 y 30. Adelantados, de 20 y 40 a 21 y 40. Sin costo. Mientras nos quede dinero, el Fondo de Cultura Idish seguirá auspiciando las clases. Pienso que nos dará para dos o tres años más. Empezamos el Jueves 29 de Mayo, ya están circulando los datos para inscribirse. Como curiosidad, ya se inscribieron dos alumnos uruguayos que viven en Israel, por la diferencia horaria, ellos asistirán a la clase grabada por Internet. ¡Si David pudiera verlo! Tal vez, desde donde sea que esté su alma, pueda sentir esta nueva aventura del idioma idish …
Muchas gracias, Esther, por darme la posibilidad de compartir tus conocimientos con nuestros lectores.
Gracias a vos, Janet.