Rabino Eliezer Shemtov

Rabino Eliezer Shemtov

Nacido en 1961 en Brooklyn, NY, recibió su título de Rabino de United Lubavitcher Yeshivoth en 1984. En octubre de ese mismo año se casó con Rachel Chitrik. Pocos meses después (en febrero de 1985), a pedido de la Comunidad Israelita del Uruguay, el matrimonio fue enviado al Uruguay por el Rebe de Lubavitch - que su mérito nos proteja - para fundar el Beit Jabad en ese país y dirigir sus actividades educativas, culturales y sociales. Es Director General del Jabad Uruguay, conferencista y autor de numerosos artículos, principalmente sobre temas del judaísmo en la actualidad. Sus artículos y entrevistas han aparecido en medios comunitarios, nacionales e internacionales. 

Columna de opinión

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Hay dos tipos de letras, letras escritas y letras grabadas. ¿Cuál es la diferencia entre  ellas? En lo más superficial: una letra escrita se puede borrar mientras que una letra tallada no se puede borrar (sin destruir la piedra en la que se encuentra). Esa diferencia se debe a una diferencia más profunda y esencial: una letra escrita se forma por medio de juntar dos cosas separadas —y así como se unieron, se pueden volver a desunir—  mientras que la letra tallada proviene de la propia piedra. En otras palabras: la letra escrita es algo foráneo impuesto mientras que la letra tallada es algo autóctono expuesta.

 

O como lo habrá dicho el famoso escultor Miguel Ángel Buonarroti: “esculpir es fácil, sacas lo que sobra y así se libera la escultura atrapada”.

 

¿Qué tiene que ver todo esto con la ansiedad y la depresión?

 

Suele suceder que la ansiedad y la depresión son el resultado de una disconformidad o confusión en cuanto a la identidad personal. ¿Quién soy y qué es lo que realmente quiero, más allá de lo que me parece que quiero?

 

La gente gasta fortunas en la búsqueda de quién le pueda ayudar a descifrar dicha enigma.

 

Tener presente la diferencia entre letras escritas y letras talladas nos puede ayudar a identificar cuál es el mensaje tallado en la profundidad y esencia de nuestro ser y cuál es meramente nada más que algo extraño agregado que en vez de expresarnos, nos tapa y nos sofoca.

 

En su descripción de las tablas conteniendo los Diez mandamientos, la Torá dice[1]: “Las tablas habían sido hechas por Di-s y la grafía era la grafía de Di-s, grabada sobre las tablas”. Referente a la palabra Jarut —grabada— utilizada en este versículo, dice Rabi Iehoshúa ben Levi[2]: “No leas la palabra [solo] como Jarut (grabada) sino [también] como Jerut[3] (libertad), ya que no hay alguien libre sino aquel que se dedica a la Torá.”

 

 A primera vista parecería totalmente lo contrario: con sus tantas obligaciones y prohibiciones, ¿cómo podemos considerar que el libre es aquel que se dedica a la Torá? ¿No será más libre aquel que hace lo que quiere en vez de lo que le imponen, on sea justamente aquel que no se dedica a vivir de acuerdo a las limitaciones e imposiciones de la Torá?

 

En base a lo que explicamos sobre las letras escritas y las letras grabadas, podemos entender el tema. La normas de la Torá no son algo externo impuesto sobre nosotros como la tinta de la letra escrita; más bien nos permiten identificar, revelar, acceder y activar lo que se halla en lo más profundo de nuestra esencia. Tal como la letra tallada, nunca se borra. Puede suceder que la letra tallada se tape con polvo u otro sedimento. En ese caso, únicamente hace falta remover lo acumulado para restaurar el brillo original de nuestra propia esencia y nuestra conexión con ella.

 

En el Éxodo de Egipto nos liberamos de la esclavitud a un tirano externo, el Faraón, pero todavía seguimos esclavizados a un tirano peor: nosotros mismos. Nuestros instintos nos esclavizan de una manera que nadie ni nada podría hacer. Muchas veces nos convencemos que queremos seguir los dictámenes de nuestro instinto, que es lo que realmente queremos y al hacerlo estaremos libres. Al pie del Monte Sinaí aprendimos el gran secreto de la satisfacción y felicidad humana: a diferencia del animal cuya libertad y poder dependen de la posibilidad de satisfacer sus instintos libremente, el hombre verdaderamente libre y feliz es aquel que puede dominar a sus instintos y canalizarlos hacia un objetivo más allá de su mera satisfacción inmediata y efímera que no deja huella.

 

Si bien gastar produce satisfacción, no se compara con la satisfacción de una buena inversión.

 

Así que la herramienta de esta semana es: para poder definir qué es lo que realmente quieres, pensá si es algo que apunta a lo que eres o lo que solo pareces ser.


 
[1] Éxodo, 32:16
[2] Pirkei Avot, 6:2
[3] Dado que en la Torá las palabras aparecen únicamente con letras sin las vocalizaciones, en muchos casos es posible leer la misma palabra de distintas maneras, dando lugar a errores (Véase un ejemplo en Ialkut Shimoni al Hatorá, 938:34) o a interpretaciones más amplias (como en nuestro caso).

Rabino Eliezer Shemtov
(28 de Mayo de 2020 a las 01:00)

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