Mundo Judío

El por qué de los días de duelo que culminan con Tishá Be Av

(Por el Rabino Eliahu Hamra)

N. de Red: El Rav Hamra es el Presidente de Vaad HaKehilot, Federación de Comunidades Israelitas Argentinas 

Rabino Eliahu Hamra en la sinagoga de Carlos Casares

 

En estos días estamos entrando en las 3 semanas de duelo por la destrucción de los grandes templos, que en hebreo llamamos “Beit Hametzarim”. Nos estamos acercando al día cúlmine de la época de duelo que es el de 9 de AV, Tishá Be Av. Ese día estamos en duelo y ayunamos por los trágicos sucesos que ocurrieron en nuestro pueblo en aquella fecha. 

Comenzaremos con un corto recorrido por los  sucesos que dieron el contenido a Tishá Be Av. Luego trataremos de entender cómo ocurrió que estos hechos históricos ocurrieron el mismo día en distintos tiempos. Y finalmente, veamos los significados internos de estos días y cómo estos no conducen en estos tiempos.

 

Los hechos

1)    El primer suceso que pasó en nuestro pueblo un 9 de Av fue el pecado de los espías. Unos pocos meses luego de la salida de Egipto, celebramos Pesaj, y Moshé mandó espías a la tierra de Israel. Al volver, dijeron que la tierra era mala. El pueblo llora y se rebela y  no quiere entrar a la tierra prometida. Por este pecado de rebelión el Creador dictamina que todos los hombres entre 20 y 60 años no tendrán el mérito de entrar a la tierra. Ello posterga la entrada del pueblo de Israel a su tierra por 40 años, hasta la muerte de toda esa generación. El día de la rebelión y del corte entre el pueblo y Dios fue en la noche de 9 de Av. 

2)    Casi 900 años más tarde,  en el mismo día, 9 de Av, fue destruido el primer  templo, que el Rey Salomón había erigido 410 años antes. En hebreo lo llamamos Beit HaMikdash. Es el lugar más sagrado del pueblo judío. La destrucción ya había sido profetizada por Jeremías en el rollo de Ejá que escribió, y que se lee el 9 de Av.  Nabucodonosor prendió  fuego al gran Templo y decenas de miles de judíos murieron en la conquista de Jerusalem. Otros son llevados a la diáspora de Babilonia, volviendo 70 años más tarde. Se construye el segundo Templo, que en el año 70 , también en Tishá BeAv, es destruido por las tropas romanas al mando de Tito, casi 500 años después de la destrucción del primero. Roma impone un prolongado sitio a Jerusalem, mueren decenas de miles de judíos y numerosos son convertidos en esclavos. 

3)    Pocos años después de la destrucción del segundo gran Templo nuevamente un 9 de Av, ocurrió otro hecho trágico al destruir los romanos la ciudad de Betar. Un año más tarde terminan de destruir la ciudad de Jerusalem e invaden el sitio del gran Templo.

¿Por qué todo el mismo día?

¿Cómo puede ser que Tishá BeAv, el noveno día del mes de Av en el calendario hebreo, sea el día más trágico en la historia del pueblo de Israel, en el ocurre primero el pecado de los espías, luego la destrucción de los dos templos y la destrucción de la ciudad de Betar? ¿Qué hay en ese día por lo que todo los sucesos trágicos confluyen en esa fecha?

 

 Para entender esto debemos entender cuál es el significado del tiempo en el judaísmo, lo cual requiere estudiar el Midrash Kohelet sobre el versículo “para todo hay un  tiempo y un momento para todo objeto”. 

Los sabios aprendieron de este versículo que cada suceso tiene su tiempo especial en el que debe ocurrir. Y traen como ejemplo el pecado del primer hombre. Está escrito que había un tiempo en el que tenía que entrar al paraíso y había un día en el que debía salir del mismo. Lo mismo con Noé, un tiempo para entrar al arca y un tiempo para salir. Continuando con el mismo espíritu, entendemos que también las destrucciones tenían un tiempo especial. Y así surge la pregunta: ¿cómo puede ser que ya en la creación del mundo había un tiempo preparado para la salida del hombre del paraíso?

Nosotros sabemos que la salida del paraíso y las destrucciones de los grandes templos fueron por los pecados cometidos. Si es así ¿cuál es el lugar del tiempo en estos sucesos?

La respuesta a esta pregunta, que tiene que ver con nuestra propia vida, la trae Rabi Ierujam de Mir, el supervisor espiritual de la Ieshiva de Mir antes de la Segunda Guerra Mundial. Aprendimos en el Midrash, dice Rabi Ierujam, que el tiempo-y no el pecado-lo que provoca lo sucedido. Si en el pecado del primer hombre no se encontraba el pecado con el tiempo en el que debía salir del paraíso, no hubiera sido expulsado nunca. 

Lo mismo con la destrucción de los dos Templos. 

Acá debemos agregar que todas las fiestas del pueblo judío  no son recordatorios de lo que pasó hace cientos de años, sino que cada año en el mismo día en que sucedió el hecho, vuelve y refleja la influencia parecida del mismo tiempo en que sucedió anteriormente. Así lo explica el Rab Jaim Luzzato.

 Y así también en cada suceso en la vida de cada persona, el tiempo es el factor central que provoca los sucesos. Las personas esperan muchos años para encontrar sus parejas o para el nacimiento de sus hijos y no entienden cuál es el motivo de que las cosas no suceden, a pesar de los esfuerzos y rezos. Y la respuesta es muy simple: porque todavía no llegó el tiempo especial para que sucedan. Y cuando llegue el tiempo adecuado, las cosas van a suceder sin ningún bloqueo, porque “para todo hay un tiempo y un momento para todo objeto”.

 

El significado de estos días de duelo

En el rollo de Ejá encontramos que el profeta Jeremías, define el 9 de Av como una fecha alegre. ¿Es realmente así? ¡Pero si en esa fecha ocurrieron tragedias!

La respuesta es lo que explicó mi rabino el Rab Ben Tzión Levi de Jerusalem, basándola en una idea conocida del  Baal Shem Tov: “La persona que piensa que está cercana a Dios es quien  está realmente lejos de él, y la persona que siente que está alejada de Dios es quien  realmente está cerca de Él”. El significado profundo de este dicho es que así como hay fechas de celebración de la cercanía del ser humano y su Creador, como Pesaj, Shavuot y Sucot, en las que  la persona amerita la cercanía especial hacia el Creador,  también hay fechas en las que celebramos el alejamiento, en las que la persona siente que está alejada de su Creador. Así es en estas fechas de duelo en las que nuestros antepasados fueron exiliados y en las que se destruyeron nuestros grandes templos. Pero la persona debe saber que la fecha del alejamiento es un símbolo de acercamiento, porque el alejamiento es la fijación de la relación entre nosotros y el Creador. Y como dijo el Baal Shem Tov, sepamos que cuando nos sentimos lejanos al Creador, es porque en realidad estamos más cerca de Él que nunca. 

Duelo es tiempo de alejamiento, sea por la pérdida de un ser querido ya ya no está o por cualquier despedida de alguien cercano. Pero también es tiempo de celebrar porque en esos momentos se fija la relación con el ser querido que hemos perdido ya que lo sentimos más cerca que nunca.

Si vovlemos al concepto del 9 de Av, entendemos que el pueblo de Israel, cuando salié de Egipto y cuando estuvo en el monte Sinaí, tuvo el mérito de acercarse al Creador más que nunca. Hasta las personas más simples llegaron a un nivel al que los profetas no llegaron. Pero esta relación no quedó completa hasta el día 9 de Av, cuando el pueblo de Israel cometió el pecado de los espías, tras el cual el Creador los alejó y no recibió su arrepentimiento. Fue entonces, con ese terrible alejamiento, que se completó la elación entre el pueblo de Israel y su Creador, relación que tiene cercanía por un lado y alejamiento por otro. 

Es por eso que el día 9 del mes de Av fue proclamada como una fecha especial, ya que es de alejamiento y cercanía al mismo tiempo.

En estos días de aislamiento por la pandemia, debemos estar con tapabocas, lo cual –valga la redundancia- nos tapa el instrumentos que usamos para poder hablar y así relacionarnos con el prójimo. Incluso debemos mantener distancia cuando nos sentamos en una reunión.  O sea que es un tiempo de alejamiento entre nosotros y el prójimo, pero tenemos la posibilidad de aprovecharlo y construir nuevamente una relación verdadera con nuestros semejantes, profundizando la dimensión espiritual.  Claro que nos hace falta poder estrecharnos las manos, pero no olvidemos que podemos aprovechar el alejamiento que nos ha sido impuesto, para construir una cercanía interna y espiritual en nuestras almas.    

 

 

Ultimas Noticias Ver más

MiSinai
Mundo Judío

MiSinai

18 Abril 2024


Ajustándonos a la Santidad - Las Lecciones del Ciclo Femenino - El Rebe, Hasta el Mínimo Detalle - El Seder de Pésaj     

Esta página fue generada en 0.1027210 segundos (10429)
2024-04-19T15:16:09-03:00