Rab Mendy Shemtov

Rab Mendy Shemtov

Director Ejecutivo de Jabad Uruguay

Columna de opinión

¿Batalla de las piedras?

Las piedras se peleaban. Todas querían el mérito de estar debajo de la cabeza de Iaacov Avinu, nuestro patriarca Jacobo, cuando se acostó a dormir por primera vez en años, en camino a lo de Labán su tío para allí casarse y formar la base del pueblo judío. 

Nos cuenta el Midrash, que milagrosamente las piedras se unificaron y se volvieron una sola piedra, y sobre ella Iaacov descansó su cabeza. 

* * * 

Es el año de Hakhel, y al aprender esto en la parashá de esta semana, no podemos dejar pasar el mensaje claro que nos deja, y exige, este relato, que, para mi, contiene dos enseñanzas, por lo menos: 

1) Si bien es muy noble querer ser “la piedra” sobre la cual descansa el tzadik, el milagro fue, que entendieron, que hay algo más importante: dejar que Iaacov descanse. Imaginemos la situación donde las piedras no se unieran: Iaacov, el mismísimo patriarca servidor de Di-s, a quienes ellos quieren servir, se queda sin el descanso que precisaba, por sus deseos de ser “el que” ayudó a Iaacov a descansar.

El mensaje aquí es claro, aunque cuesta: no se trata de ti, sino de la misión. ¿Queréis de verdad a Iaacov? Entonces ponte al costado, ponte al servicio de y haz lo que se espera de ti. No busques honores, méritos, y ni hablar privilegios. Enfócate en tu razón de ser y avanza en ese camino. 

Es muy fácil distraerse, y hasta justificarlo bajo el lema de que “es una razón noble y sagrada”. Pero, cuando se trata de cumplir  con la tarea, con llegar al objetivo real, ninguna excusa, ninguna sirve. 

2) Las piedras lograron su cometido y también sus nobles deseos, al unirse entre ellos. Separados, dejaban a Iaacov sin descansar y quedaban afuera de tener el mérito especial que buscaban. 
A través de la unión entre ellos, para cumplir la misión, lograron más de lo que esperaban. 

La enseñanza aquí también es muy clara: sólo unidos llegaremos a destino. Sólo unidos, aunque a veces cuesta, lograremos lo que Di-s espera de nosotros. Lo que nuestros antepasados esperan de nosotros, lo que nuestros hijos esperan de nosotros. Lo que el mundo espera - de verdad - de nosotros. 

Porque sólo si estás dispuesto a que Iaacov descanse sobre otro, podes esperar a que descanse sobre ti. 

Sólo si hacemos lugar y celebramos el éxito del prójimo en lograr sus objetivos, es que veremos bendición y éxito en lograr los nuestros, y más importante aún: los de Él. 

¡Lejaim!

Shabat Shalom.
Mendy

Rab Mendy Shemtov
(2 de Diciembre de 2022 a las 15:49)

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