El próximo jueves 18 de julio se cumplirán 25 años del atentado a la AMIA.
El gobierno y pueblo argentino recordarán junto a gobernantes democráticos de América y del mundo, la devastación monstruosa causada en 1994 por quienes ya habían destruido la Embajada de Israel dos años antes.
Pero queda el recuerdo,el dolor que produce la memoria y la impunidad:los culpables están tranquilos protegidos por Irán.
Cuando B'nai B'rith se une al mundo en honrar la memoria en esta semana, ahora,al terminar Shabat,debemos multiplicar el repudio por el flagelo terrorista que se multiplica al condenar con fuerza y repulsión la masacre cometida hace horas por terroristas islámicos en Somalia.
¿Por qué?
Es la pregunta que repiten víctimas y familiares,y que hoy, 2019,es retórica.
Si la respuesta al por qué es repudiar toda forma de terrorismo donde sea,es positiva la concordancia en la condena.
Pero no es suficiente.
Hizbollah está en nuestro continente y la dictadura venezolana lo niega.
Ante ello,está lejos de ser suficiente hablar en voz alta.
Después de la vesanía contra Argentina en 1992 y 1994,¿América Latina no puede enfrentar con el peso del Derecho a quienes protegen al terrorismo y lo llaman "partido politico"?.
En este 25 aniversario del atentado contra AMIA todos queremos saber si nos quedaremos sólo con la memoria y la impunidad.
La memoria y la impunidad del 18 de julio de 1994.Y la impunidad de hoy.
