“Se es judío en comunidad”.
Iom Kipur en la Kehilá.
A menudo, las distintas expresiones de las tradiciones que cumplimos, van asociadas en nuestra mente y corazón con gente querida, quizás no necesariamente personas con las que nos vemos todos los días, pero cuyo andar por la vida tiene para nosotros un significado especial. Gaby Fleiss (z"l), de cuyo tan prematuro fallecimiento están por cumplirse tres años, era seguramente para mucha gente una de esas personas que inspiran. Una luz que tocó a mucha gente. De cara a Iom Kipur, recordamos un hermoso artículo que ella escribió sobre este día tan especial en el calendario judío. Es difícil escribir "que lo disfruten", sabiendo que Gaby ya no está físicamente entre nosotros. Pero como su luz no se apagará jamás, esta es otra forma de honrar su memoria.
Gmar Jatimá Tová para todos
Ana Jerozolimski
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Los Iamim Noraim son días especiales para mí. Más allá de las creencias religiosas de cada uno, son momentos en los que nos juntamos, con familia y amigos, para celebrar, bendecir, brindar y compartir reflexiones. Y también aprovechamos para estar juntos en la sinagoga y encontrarnos en un lugar diferente al de siempre, para renovar quizás los lazos profundos que nos unen, que están más allá de las palabras.
Este año pasé Rosh Hashaná y Iom Kipur en la Kehilá. Quizás deba aclarar que la Kehilá es hace muchísimos años un espacio de múltiples significados: ahí hice teatro y disfruté del hobby junto a grandes amigos que aún conservo, me casé en una hermosa ceremonia, trabajé y participé de la creación de proyectos culturales de los que hasta hoy me siento orgullosa.
No obstante, hasta hace poco no era para mí un lugar relacionado a lo ritual más cotidiano. Por eso, me da gusto escribir estas palabras y compartir lo que viví en estos jaguim.
Este año me sentí en casa. Al igual que cuando la elegí para otras actividades, me unió a la Kehilá un vínculo estrecho, forjado por mis abuelos y continuado por mis padres. Un vínculo que pretendemos también legar a nuestro hijo, porque se es judío en comunidad.
Me conmovió ver a los niños subir a tocar todos juntos el shofar en Rosh Hashaná, antes de los toques del Rabino Max, que por cierto es un excelente Baal tokea. Me gustó el nuevo coro joven que se preparó para la ocasión. Me gratificó ver un panel lleno de personas de todas las edades, porque comprobé que cuando se plantea un tema interesante que está relacionado con temáticas judías se puede ver que existe público dispuesto a comprometerse.
Me emocionó la emoción de Max. Y algo muy importante para mí, es que aprendí cosas nuevas de lo que dijo. Lograr que las personas reflexionen y aprendan de pequeños discursos, de breves mensajes pero profundos –que tienen que ser cuidadosamente elegidos porque el público es muy variado– no es tarea fácil. Por eso admiro la capacidad de los rabinos que consiguen elegir las historias adecuadas de nuestras fuentes, y las transmiten de forma que pueden movilizarnos, en un momento que estamos dispuestos a pensar en nuestro accionar futuro.
Les deseo a todos un año lleno de experiencias significativas y transformadoras. Pero sobre todo, les deseo que puedan buscarlas y generarlas. Shaná Tová Umetuká.
Gabriela Fleiss