Entrevistas

Las exigencias palestinas son como si los alemanes pidieran ahora las tierras que perdieron a Polonia al fin de la II Guerra Mundial, analiza profesor israelí.

El recientemente lanzado plan de paz del Presidente norteamericano Donald Trump revolucionó a la región. Ha devuelto el tema israelo-palestino al centro de la atención y fue motivo de la convocación de una reunión urgente de la Liga Árabe en El Cairo, en la que se rechazó formalmente el documento.

Conversamos al respecto con el Profesor Efraim Inbar, Presidente del Instituto Jerusalem de Estrategia y Seguridad, un reconocido centro de investigación.

“No podemos renunciar a cuidar las necesidades de seguridad de Israel”

P: ¿Qué le parece el plan presentado por el Presidente Donald Trump?

R: Creo que es un plan que toma muy en cuenta las posturas de Israel, propio de una administración amiga de Israel.

P: ¿Y los palestinos? ¿No debe tomar en cuenta también sus puntos de vista?

R: Este plan indica a los palestinos que sus exigencias no son realistas y que se deben adaptar a la realidad cambiante. Creo que es una ducha fría para los palestinos, que siempre exigen un Estado palestino en las fronteras del 67 con Jerusalén de capital, y no están dispuestos a ningún término medio.

P: Pero estaba claro de antemano que los palestinos no podrían aceptar este plan ¿no?

R: Hay que esperar que después de Abu Mazen llegue gente más pragmática, pero no estoy seguro que eso ocurra.

P: ¿Qué importancia tiene el hecho que, como recuerda Israel, los palestinos rechazaron propuestas anteriores que les fueron presentadas?

R: Creo que deben comprender al fin que cuando más esperen, menos recibirán. En 1947 rechazaron la propuesta. Lo del 67, un mapa menos malo para ellos, tampoco, lo rechazaron en la conferencia de los “tres no” de Khartoum, Sudán. En la conferencia de la OLP en Argelia en 1988, aceptaron la partición del 47. En 1993 aceptaron las fronteras del 67. Pero en el interín fue corriendo mucha agua bajo el puente. Recordemos por ejemplo que cuando Egipto ofreció a los palestinos en 1978, junto con Israel, el plan de autonomía, que también rechazaron, había sólo 20 mil judíos viviendo en Judea y Samaria. Hoy hay 15 ó 20 veces más.  Y desde entonces rechazaron sucesivamente todo lo que se les ofreció. Es como si los alemanes pidieran ahora los territorios que perdieron a Polonia al terminar la Segunda Guerra Mundial. Las cosas no funcionan así. En Camp David en el 2000, el entonces Primer Ministro Ehud Barak les propuso un plan muy avanzado y la respuesta de Arafat fue iniciar una intifada. Y cuando el Premier Ehud Olmert ofreció, Abu Mazen ni respondió, desapareció. Y nunca propusieron alternativas.

P: Sin olvidar eso ¿no le parece que esta propuesta fue concebida de modo que parecía casi determinar de antemano que los palestinos la rechazarían?

R: Yo creo que si se les promete inversiones por 50 mil millones de dólares, quiere decir que se les toma en cuenta. Además, todo depende de su actitud. Si ellos tienen la actitud debida, también Israel estará dispuesto a más.

P: Mirando el mapa, es complicado ver que lo que se diseña como el futuro Estado palestino, es un enclave dentro de Israel, el país en conflicto con los palestinos.

R: Nosotros no podemos renunciar al Valle del Jordán porque es clave para nuestra seguridad. Le aseguro que tampoco Jordania quiere de vecino a un Estado palestino en el que Hamas puede derribar a la Autoridad Palestina. Esto, digan lo que digan ante las cámaras. Fue el comportamiento palestino hasta ahora lo que hizo que Israel y Estados Unidos se preocupen más de las necesidades de seguridad de Israel.

P: ¿Le parece que el Estado diseñado aquí puede funcionar?

R: ¿Por qué no? Hay muchos Estados pequeños en el mundo.

P: No me refiero al tamaño sino a las limitaciones a la soberanía planeada de ese Estado.

R: El elemento clave en un Estado es el monopolio del uso de la fuerza. Y los palestinos no lo logran, es evidente. Vemos a los grupos terroristas, el poder que tienen y lo que hacen desde el territorio que controlan. Nosotros tenemos que cuidar seriamente nuestra seguridad. El hecho que nosotros controlamos hoy Cisjordania, es lo que permite impedir que los palestinos disparen cohetes desde Ramallah al barrio de Ramot en Jerusalem.  Hay sólo 10 kms de distancia.

 

Analizando la soberanía israelí

P: Inmediatamente después de la presentación del plan, el Primer Ministro dijo que presentará a la sesión semanal del gabinete su programa de imposición de la soberanía israelí en todos los asentamientos, o sea en la práctica, de la anexión. Pero eso es una parte del plan, el cual también incluye un Estado palestino independiente, a lo cual la derecha se opone. Y ahora Estados Unidos aclara a Israel que no puede ir tan rápido, que hay que delinear mapas, y dentro de Israel quedó claro que no se puede dar un paso así sin tener primero la opinión del asesor jurídico del gobierno. ¿Qué opinión le merece esta movida?

R: No sé qué pasó allí, pero parece que hubo algún malentendido en el camino. Netanyahu entendió una cosa y los norteamericanos otra, o los norteamericanos simplemente se echaron atrás. No lo sé. Quizás recibieron algún mensaje de los países árabes.

Está claro que lo que no me gusta es que todos los asentamientos queden bajo soberanía israelí, porque eso crea varios enclaves dentro del territorio palestino, una receta segura para problemas.

P: Usted se refiere a los 15 asentamientos, o comunidades-como dice el plan- que por su ubicación se consideran aisladas.

R: La soberanía se debe aplicar a los bloques de asentamientos, no a lugares aislados.Eso es algo que se debe comprender muy fácilmente.

P: Pero más allá de la discusión sobre esos asentamientos que quedarían como enclaves dentro del territorio palestino ¿qué le parece imponer soberanía sin acompañar ese paso con la creación de un Estado palestino?

R: Hemos esperado ya mucho tiempo por los palestinos. Ahora no se trataría de algo unilateral si Israel impone la soberanía en el Valle del Jordán y Gush Etzion por ejemplo, que es parte del consenso israelí, con el visto bueno de Estados Unidos. Si la potencia más grande del mundo da su consentimiento, no es unilateral. Se lo puede hacer si problema.

P: Pero sí sería unilateral en relación a los palestinos.

R: Yo me opongo a pasos unilaterales en cosas que no son parte del consenso israelí. Pero el Valle del Jordán es parte del consenso.También Gush Etzion. Entonces ¿por qué no imponer ahora la soberanía israelí?

P: ¿Pero considera que es más sano, que reduce los riesgos, que se aplique todo como un paquete?

R: Bueno, también los norteamericanos comprenden que se puede hacer esto por etapas. Pero los palestinos deben entender que no pueden estirar el tiempo sin fin. En el interín ocurren cosas en el terreno. De lo contrario ¿si creen que todo estará esperando por ellos, qué aliciente tendrán para venir a negociar?

El Estado palestino

P: ¿Usted está de acuerdo con la creación de un Estado palestino independiente como parte de un paquete que incluye además este tema tan grande de la anexión de los asentamientos a Israel?

R: No tengo problema con una entidad palestina, si aspira a la paz, si está desmilitarizada. Pero no creo que eso se concrete. En principio claro que no quiero gobernar Nablus ni  controlar a Jenin. Hay un gran consenso al respecto en Israel. En la práctica, la tierra ya está dividida. El proceso de Oslo dividió la tierra .

P: Usted lo dice porque a raíz de lo que se implementó de Oslo, las ciudades palestinas fueron entregadas a control de la Autoridad Palestina, y otras zonas, aunque no existe un Estado palestino independiente.

R: Claro. Y el status quo actual es cómodo, ya que no tenemos que gobernar a los palestinos. Ellos pueden llamar a lo que tienen como quieren. Autoridad, Estado…no importa.

P: Pero lo que tienen ahora no es un Estado, no tienen soberanía. Y con lo que dijo ahora me hace acordar, asociación de ideas, de una frase que suele decir el Presidente palestino Abu Mazen cuando se le exige que reconozca a Israel como Estado judío. Él dice que él no va a reconocer, que Israel se defina como quiera, no es asunto suyo.

R: Es cierto. Pero debe haber cierta simetría. Debemos recordar que ya el otrora Primer Ministro Menajem Begin reconoció en los acuerdos de Camp David “los legítimos derechos” de los palestinos. ¿Por qué no esperar que ellos hagan lo mismo? En el acuerdo que cito, decía explícitamente que Israel reconoce “los legítimos derechos del pueblo palestino”. Entonces también ellos pueden reconocer  que Israel es la concreción de los derechos legítimos del pueblo judío. No tiene que haber ningún problema con esa simetría.

P: Volviendo a la soberanía…Aunque se trata de territorio con el que el pueblo judío tiene por cierto vínculos milenarios, mencionados ya en la Biblia, el hecho es que también viven en Judea y Samaria dos millones de palestinos. ¿No cree que imponer allí la soberanía y más que nada sin crear un Estado palestino-como quiere ahora la derecha israelí-es conducir hacia un Estado binacional, el comienzo del fin del sionismo?

R: Pero la mayor parte de los palestinos quedaría bajo gobierno de la Autoridad Palestina, de un Estado palestino, como se le llame. No estarían bajo control de Israel. ¿Por qué eso sería el fin del sionismo? Recibirían parte del territorio que hoy llamamos “C”, la mitad, si no más.

P: O sea del territorio que según los acuerdos de Oslo, está bajo control de Israel.

R: Exacto. Eso, además de los territorios “A” y “B”.

P: Recordemos, los acuerdos de Oslo determinaron que los “A” son los que están bajo control exclusivo de la Autoridad Palestina, las ciudades palestinas, y “C” es más que nada la zona campestre, en la que la seguridad es responsabilidad de Israel pero las competencias civiles están en manos de los palestinos.

R: Pero ellos quieren más. No es una visión realista de la situación.

¿Y el futuro?

P: ¿Cómo ve el futuro de Israel y los palestinos en los próximos años?

R: Yo creo que el status quo es cómodo para todos. En realidad, la AP no quiere desestabilizar demasiado el barco. Al fin de cuentas, saben que los cuidamos de Hamas. Viven relativamente mucho mejor que los árabes en los países de alrededor. Claro que igual puede pasar que haya problemas, pero tenemos que arreglarnos con eso. Somos fuertes. Podemos vivir con el conflicto muchos meses.

P: Mejor sin el conflicto ¿no?

R: Mire, es un conflicto etno-nacional relativamente joven. Griegos y turcos pelearon 400 años. Nosotros sólo algo más de 100. Y florecemos. Mira lo que es Israel.

P: Pero quiero que los niños que nacen hoy en Israel puedan vivir distinto, sin que los padres tengan que preocuparse pensando en que hay que luchar y estar alertas.

R: También los niños que nacen hoy tendrán que ir al ejército y combatir para defender a Israel, como sus abuelos. No hay alternativa. Hay demasiado odio del otro lado. Yo hasta diría que una de las razones por las que el conflicto no termina es que ambas sociedades tienen mucha energía para luchar por cosas que les son importantes. ¿Acaso alguien ve acá a Hamas yéndose a descansar a algún lado?Es un movimiento popular entre los palestinos. Y nosotros no tenemos más remedio y también lucharemos si lo precisamos. No lucharemos por Nablus pero sí por Jerusalem. Si queremos preservar nuestro Estado propio, ese es el precio.

P: Para defenderlo.

R: Exacto. No hay alternativa. Y creo que la sociedad israelí lo comprende y está dispuesta a luchar por ello.El hecho es que la gente se queda acá. Mucha gente podría irse a otro lado. Pero no quiere. No queremos vagar más. Este es nuestro hogar y aquí nos quedamos.

Ana Jerozolimski
(03 Febrero 2020 , 06:30)

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