Por resolución de la mayoría de la Asamblea General de Naciones Unidas desde 2005 se conmemora cada 27 de enero como el Día Internacional de Recordacion del Holocausto.
Hace 14 años el contexto era una fuerte ola de antisemitismo llevada desde la negación de la Shoa por el entonces Presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad y cómplices varios,no pocos en América Latina.
La resolución fue categórica en cuanto al rechazo tajante a la negación; la necesidad de la memoria sobre el Holocausto y hacerlo a través de la educación.
Actualmente actos de distinta índole conmemoran el 27 de enero.Desde reuniones extraordinarias de diferentes Congresos, eventos académicos,ceremonias con asistencia de Jefes de Estado y altas autoridades de Gobierno.
Sin duda,esta es una fecha que nos trasciende.
Nos invita a la memoria sobre cómo fue posible la Shoa y a la infinidad de hechos trágicos que hicieron posible que la tragedia fuese realidad.
En este año se cumplen 80 años de la vesanía insolidaria que hizo llegar al buque St.Louis las Américas y obligarlo a volver a Europa para que el nazismo se devorara a los casi 900 judíos que allí viajaban creyendo que al haber salido de Alemania, Cuba (su destino) o Estados Unidos o cualquier país de América Latina los iba a recibir y salvar.Pero eso no sucedió y las Américas enviaron inocentes hace ocho décadas de regreso a los nazis y a la larga después a los campos de exterminio con las excusas repugnantes que dan los egoístas atrapados en sus prejuicios racistas más la burda politiquería.
En 2019 se cumplen 90 años del nacimiento de Ana Frank. Símbolo de muchos actos relacionados con la valentía, la solidaridad pero también con el odio y la delación. Ana,como muchos miles y miles más,tuvo junto a su familia la protección de formidables valientes que se jugaron sus vidas para proteger a todos los Frank. Y sufrió el odio que dominó la Europa nazi y la cómplice de los nazis, para ser atrapados y morir en los campos del horror.
El 27 de enero nos lleva a la memoria de lo que ayer no debió ser pero fue y a tener presente lo que es el hoy que no aprendió suficiente y suma a cada momento horrendas inequidades, insolidaridades y lo peor:indiferencia.
El antisemitismo rampante que no cesa llevó hace 14 años a tomar una resolución que obliga a todos,no sólo a luchar contra el odio,sino a tomar conciencia que la retórica no salva a los perseguidos.
Los judíos del buque San Luis fueron víctimas no sólo de ese odio sino de la retórica vacía de los que buscaron excusas para no ayudar al prójimo.
Hay hechos de la actualidad que no quedan tan lejos de los vastos campos de la insolidaridad.
Todos sabemos que hay hermanos latinoamericanos que mueren todos los días,y reciben mucha retórica y cero de
ayudas serias.
Terrorismo y antisemitismo horadan los continentes y las víctimas y sus familias reciben ríos de discursos.
El 27 de enero es un día de compromiso.
El que no se tomó frente a Hitler y se convirtió en tragedia nunca sufrida antes.
El que no se toma hoy cuando se prefiere el egoísmo sumado al odio discriminatorio,en lugar de jugarnos por un mundo seriamente humano