En comunidad

Ante el lamentable fallecimiento de Dorita Fabius

Días atrás falleció Dora Turoblin de Fabius-Dorita para tanta gente que la quería-a la que siempre recordaremos con su amplia sonrisa, su risa contagiosa de quien irradiaba ganas de vivir.

En su bendita memoria, reproducimos una postal que escribió sobre ella  Isac Gliksberg, colaborador de Semanario Hebreo,  hace unos años.

 

Dora Turoblin de Fabius: una maestra de la Sholem Aleijem con el idish en su alma y su corazón.

 

   Dora Turoblin ( con b y no con v como lo escribía su fallecido hermano) de Fabius es Maestra, y fue la primera Maestra egresada del Instituto Normal de Uruguay que trabajó como tal en escuela judía y fue Directora del Jardín de Infantes,  de la recordada Escuela judía complementaria de Montevideo que, además, fue una escuela  emblemática de la colectividad, a mediados del siglo pasado y que llevaba el nombre del gran escritor SHOLEM ALEIJEM.

Dorita, de niña, en la Sholem Aleijem (a la derecha, abajo)
Dorita, de niña, en la Sholem Aleijem (a la derecha, abajo)

 

   Integrada a la ZWISCHO (Organización Central de Escuelas Laicas Judías), fundada esta última en 1934 en Argentina, desplegaba como todas las de esa red de escuelas judías, un programa educativo sin precedentes, basado en el idioma idish y, también en el hebreo, con un programa laico, universalista y pluralista. En pocos años, esa red de Escuelas “SHOLEM ALEIJEM” se convertiría, por los años cincuenta del siglo pasado, en la más grande de toda América Latina.

 

  La “Sholem Aleijem” de Uruguay se fusionó, años más tarde, e integró la Escuela y Liceo Ariel, recientemente integrada, a su vez,  a la “Integral”, en tanto en Buenos Aires y otras ciudades, aún subsisten con la vieja denominación.

 

  Nuestro diálogo con la Maestra  Dora, que gusta intercalar frases en idish mientras conversamos en español,  transcurrió en los siguientes términos:

 

  --- “Fui una de las fundadoras del Club de Idish que funciona en Montevideo. Este Club tiene hoy en día gran fuerza, mucha energía y tiene mucho amor para dar y para contagiar. Hemos logrado con mucha alegría que se reúna un grupo de gente más joven, o bastante más joven, que es un grupo aparte del nuestro, grande ya, y que tenemos mucha esperanza de que sigan así y sean nuestros continuadores y de que el idish sea, por lo menos, un idioma no muerto, que se hable, que se lea, y se siga manteniendo el jugo vital que tiene un colectivo que se formó en ese idioma.”

 “El idish es un fenómeno muy especial. Es nuestra identidad, es nuestro hogar, es nuestro corazón, es nuestro sentimiento, es la maravilla tan especial que tiene ya mil años, pero que floreció hace apenas algo más de cien años, desde el punto de vista de salir al mundo intelectualmente… Tenemos un coro en idish, porque el idish se aprende cantando y cuando uno canta, siente. Somos los abuelos que cantan con el corazón, con el alma.Hay una gran tradición judía en el canto. También tenemos teatro en idish. El teatro en idish, que también practicamos con mucho suceso en nuestro Club de Idish,  es el gran desahogo de las penas y de las alegrías del judío, como estuvo siempre habituado a hacerlo el judío: Llorar y reirse de sus penas…Reírse de sus dolores…”

Con compañeros del coro de idish
Con compañeros del coro de idish

 

---“Nací en Montevideo el 09 de agosto de 1926 y soy hija de Roberto (Rachmiel) Turowlin (mi padre firmaba con w) y de Sara Lea Jurberg. Ellos se casaron en Europa y vinieron para Uruguay porque la mayor parte de la familia, los hermanos mayores de ellos, se fueron a Estados U. de América y como cuando ellos decidieron emigrar no había permiso de inmigración a USA, pensando adónde podían ir, vinieron al Rio de la Plata. Ellos vinieron de Mijalichki, un pueblo pequeño cercano a Vilnius. Era un pueblito que a veces pertenecía a Lituania, a veces a Rusia y otras a Polonia. Cuando ellos emigraron, era Polonia. Sus pasaportes eran polacos, sin permiso de retorno…El primero que vino fue un hermano de mi mamá, tres años más tarde vinieron mis padres con mi tía, mi abuela y una novia para mi tío…Te das cuenta, Isac ¡Le trajeron la novia a mi tío!…”

   “En ese entorno familiar nací yo, donde el idish para mí fue, realmente, el “mame loshn” (“idioma materno”).Yo lo hablaba porque lo hablaba toda mi familia y, además, sus paisanos del mismo pueblo.”

 

---“Mi hogar era muy sencillo. Mi padre trabajaba como aparador de calzado, había un taller en mi casa, mi padre tenía un socio, había algún chico aprendiz, y mi mamá que ayudaba. Se trabajaba día y noche…Cuando se retiró el socio, trabajaron mi mamá y mi papá de dia y de noche…Mi hogar estaba formado por papá y mamá, yo y unos años más tarde nació mi hermano, Leonardo, que luego fue arquitecto y, lamentablemente, hace poco falleció.”

 

---“Era una casa, la de mis padres, donde se trabajaba toda la semana de sol a sol y que estaba muy bien organizada por mi mamá, a punto tal que, gracias a mi madre, teníamos siempre malta casera, guindado casero, vino dulce casero, un leikaj (torta de huevo), queso blanco que ella hacía con la nata de la leche en bolsitas de sal que dejaba colgada de la canilla sobre la pileta y se festejaban los cumpleaños sencillamente, pero mi madre se preocupaba de que no faltara lo esencial. Los domingos, se reunían en mi casa toda la familia y los paisanos del pueblo, cuyo entretenimiento era, leer en voz alto y en forma colectiva, algún libro clásico de la literatura idish. Ahí aprendí, escuchando, desde chiquita hasta que cumplí los 12 o 13 años, todos los clásicos del idish en el propio idioma original.”

 

---“Vivimos en Porongos casi M. Berthelot, primero y después, en Porongos entre Blandengues y D. Aramburú. Ahí transcurrió casi toda mi infancia, aunque la primera parte de mi infancia fue mucho más cambiante. Recién llegados mis padres, vivimos en Andes casi la Rambla Sur, no existía la rambla como ahora y era terrible vivir ahí por las inundaciones en invierno. Luego nos mudamos a la calle Nueva Palmira y yo comencé yendo a la Escuela de la calle Brandzen, donde hice, años más tarde, la práctica de Magisterio. De ahí nos mudamos a Yaguarón, cerca del P. Legislativo y fui a una escuela en la calle Lima y después, nos mudamos a Pugnalini y fui a la Esc. de la calle Carabelas. De 1º.- a 2º. año escolar cambié tres veces de escuela. Finalmente nos mudamos a Villa Muñoz y ahí fui a la escuela No. 84 de 2º.- grado de la calle Blandengues.”

 

---“Cuando terminé la Escuela, me anoté solita para hacer un preparatorio de ingreso al Instituto Normal y al final me dijeron “tú tienes aptitudes, si te gusta ser Maestra, puedes ingresar sin prueba de examen”, y como me gustaba ser Maestra, entre al I. Normal. Tuve allí grandes Directores y grandes Profesores y Maestros, cuyos nombres, famosísimos en aquellos años y en los años posteriores en la cultura uruguaya y en el magisterio nacional, llenarían media página del Semanario. Puedo decir sí que pertenecí a la primera generación de alumnos del Normal que tuvo a la gran Directora , la Maestra María Horticochea, que fue una de las grandes Maestras que tuvo el Uruguay.”

“Terminé el Instituto Normal en diciembre de 1945, recibiéndome de Maestra. Al poco tiempo, me vinieron a ver una delegación para ofrecerme un puesto en una Escuela Judía y mi padre, orgulloso y contento de que me convocaron de una escuela judía, me sugirió que aceptara y yo le hice caso y fui a trabajar a esa escuela…Era la Escuela “Dr. Herzl”, que funcionaba en la vieja casona de la calle Blandengues…Y ahí comenzó mi trabajo docente en escuela judía… Tenía entonces 18 o 19 años de edad…”

 

---“En esa Escuela trabajé durante dos años. Fue una etapa muy dura esa para mí, aunque debo confesar que me dejó mucho de positivo ver a la gente que luchaba por esa escuela y los Maestros que trabajaban allí como Kazares, Bronstein, Zaragovich en aquel momento. Esa fue, digamos, una primera experiencia que me tonificó.Fue lindo, además, porque hay chicos de entonces que aún hoy se acuerdan de mi, que se acercan a mí y eso es muy lindo…Yo enseñaba idish, sólo idish. Yo apliqué allí lo que había aprendido en el Normal. Era la “Dr. Herzl” una escuela complementaria.”

“Los Maestros de las escuelas judías de entonces eran personas que tenían una buena formación cultural e intelectual, pero no de Magisterio, sino de conocimientos y los trasladaban a los chicos, pero no eran técnicos en la materia, no eran pedagogos…La evolución de la sociedad judía montevideana, de las circunstancias económicas, de todo el entorno, llevó a que la colectividad se preocupara por construir escuelas de “verdad”…con edificios cómodos, adecuados para la enseñanza, y la primera que se construyó con tal criterio fue la Escuela “Sholem Aleijem”, cuyo clásico edificio, construido con colecta popular dentro de la comunidad que recolectó una Comisión de Construcción, se levantó en la calle Constitución 2484, y se inauguró en el año 1950. A la cabeza de esa Comisión estuvo Jaime Warzaguer, quien después fue Director de la Escuela y el Administrador era, junto a Warzaguer, y luego sólo, Simcha Inventarz. ”

“Yo me casé en febrero de  1951 con el Dr. Adolfo Fabius, cardiólogo, y nuestro casamiento fue, precisamente, en el nuevo edificio de la “Sholem Aleijem”.

“Cuando me casé, yo ya estaba trabajando en la Esc. “Sholem Aleijem” y en marzo de ese año comencé a trabajar al frente del Jardin de Infantes, que tenía 150 niños… Era un J. de Infantes en el que pude revivir mi ideal de poder desempeñarme como Maestra con formación técnica…El nivel de la “Sh. Aleijem” fue muy elevado desde el J. de Infantes. Había una arenera, conejos, pájaros, juegos para los niños, banquitos bajos y mesas bajas, lo que hoy en día es lo más común, y que entonces no era tan común…Todo fue orientado por los Maestros Jaime Finkelstein y Fany Kardumer, que venían de la “Sh. Aleijem” de Buenos Aires y que años más tarde, venían a inspeccionar y evaluar a los Maestros…”

 

“Nuestra Escuela “Sh.A.” era un verdadero emporio en Montevideo en aquellos años. Era laica, complementaria, pluralista, universalista, se enseñaba idish, hebreo, historia judía, Tanaj, cultura judía, cultura idishista. Ahí hubo Maestros profesionales como Isaac Vainshenker, Lions (que luego se fue a Israel y fue Director de una escuela importante) y había Maestros y Maestras especializados que venían de Buenos Aires y se establecían acá para trabajar en la “Sh. Aleijem”.

La Escuela trabajaba en dos turnos y llegó a tener casi quinientos alumnos, con el J. de Infantes, había cursos nocturnos para mayores, y la curricula era de seis años. No todos los alumnos llegaban hasta el 6º año, algunos dejaban antes, pero esa era la curricula escolar completa. Recuerdo como anécdota que la Inspectora Horticochea, que había sido mi Directora del I.N. vino a inspeccionar la “Sh. A.” se alegró de encontrarme a mí y me dijo:”Ojalá nosotros en la Escuela Pública pudiéramos tener este ambiente y el material con el que se trabaja aquí”.

 

---Tengo que contarte que el material didáctico del J. de Infantes lo armábamos nosotros, pues aquí no existían con temática judía…Yo viajaba a Bs. As. a mi costo, me encontraba con los Maestros del J. de I. de la Sh. A. de Bs. As.  y armábamos todo un plan y luego, los Maestros de acá lo fabricábamos nosotras. Tengo que destacar que, desde el J. de I., los Maestros les hablábamos a los niños en idioma idish. Nuestros niños, en la escuela, eran niños bulliciosos, alegres, contentos, felices de estar allí…Era lo que yo había aprendido como que había que lograr, cuando me estaba formando como Maestra en el Normal.”

“Teníamos tres grupos de Jardín de Infantes y a veces hasta cuatro. Teníamos en J. de I. una Directora, que era yo, y una Maestra y una Ayudante en cada clase. Recibíamos muchísimas visitas del exterior, muchas de ella de fama internacional en el mundo del idish o el mundo judío y  quedaban maravillados de lo que era aquella escuela judía complementaria. Entre esas visitas, debo destacar una, la del escritor Isaac Bashevis Singer, más tarde, Premio Nobel de Literatura.”

 

---“No quiero olvidarme de destacar las fiestas de fin de año en el Slis, en el viejo Estudio Auditorio del SODRE, o en el T. “18 de Julio”. Incluso vino Max Berliner a dirigir y preparar a los niños y un tal Her Maurer, como lo llamábamos, que era un Director de Opera alemán. Se hacían puestas en escena, fabulosas, con trajes especiales, escenografía, música, etc.,etc.”

 

“ A mí me correspondió “armar” aquel Jardín de Infantes…Era aquella escuela, en fin, algo espectacular, como lo era también, su Sala de Actos y Espectáculos.”

 

---“La escuela “Sholem Aleijem” se clausuró, años más tarde, cuando se creó el Instituto Ariel Hebreo Uruguayo, hoy en día, fusionado con la Escuela y Liceo “Integral”.

Dora Turoblin de Fabius tiene tres hijos varones, David, Ariel y Rafael. Los tres viven en Uruguay.

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