Hace ya varios años que existe detrás de las bambalinas una relación de intercambio y creciente acercamiento entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, pero la emisión formal y oficial por parte del Presidente Halifa bin Zayyed de un decreto de abolición del boicot económico, no es un paso menor. Los símbolos tienen su gran importancia, más aún cuando hacen posible la apertura de nuevas puertas, todo a la luz del sol, de modo formal, oficial y absolutamente público.
Pero no se trata solamente de un símbolo, sino de un paso que canceló explícitamente toda limitación a contactos comerciales y económicos con empresas o particulares israelíes, lo cual formalmente aún existía, a pesar de la creciente erosión de dichas limitaciones desde hace años.
No es de sorprender pues la reacción positiva y entusiasta de Israel al respecto, cuya importancia fue destacada a varios niveles en Israel. Y el sábado de noche, al terminar el Shabat, la Ministra de Asuntos Estratégicos Orit Farkash-Hacohen publicó en su cuenta oficial de Twitter, en árabe, un mensaje de agradecimiento a los Emiratos por la cancelación de las leyes del boicot.
“Encuentros entre personas, ideas y comercio, son el fundamento de una fuerte cooperación. La cancelación de las leyes del boicot por parte de los Emiratos Árabes Unidos es un ejemplo ante todos aquellos que llaman a boicots y al odio, indicándoles que pueden y deberían actuar diferente”, escribió la Ministra israelí.
La cancelación del boicot llegó dos días antes del planeado arribo a los Emiratos de una importante delegación oficial israelí , la primera que viaja abiertamente en el marco de la normalización de relaciones, que mantendrá conversaciones sobre acuerdos de cooperación en varias áreas, como comercio, turismo, cultura, aviación, salud pública, seguridad, tecnología y ciencia.
El boicot, una de las armas en la guerra árabe contra Israel
Los Emiratos Árabes Unidos nunca estuvieron en la práctica en guerra contra Israel, ni participaron en el campo de batalla en ningún tipo de ataque contra el Estado judío desde que se convirtieron en un país independiente en 1971. Sin embargo, como parte del mundo árabe, sí habían adoptado formalmente una de las medidas centrales del mismo, el boicot económico que no sólo prohibía vínculos comerciales ni intercambio de ningún tipo con Israel, sino que sancionaba a aquellas empresas internacionales que comerciaban con Israel.
El boicot, de hecho, fue perdiendo fuerza en los últimos años, no sólo en el caso de los Emiratos, y se sabe que los propios países árabes hacían a menudo la vista gorda cuando productos israelíes entraban a sus fronteras a través de terceros, presentados como mercadería de otros lares.
Pero el mantenimiento formal del boicot era una expresión de odio, rechazo y hostilidad respecto a la existencia misma del Estado de Israel. De hecho, había comenzado ya antes de la creación del Estado de Israel, en 1945, con una decisión de la Liga Árabe de boicotear a todas las empresas judías de la Palestina del Mandato Británico.
El tema se fue debilitando, pero formalmente aún existía, aunque en la práctica hoy sólo Siria y Líbano mantienen el boicot económico a Israel. Claro está que los países que firmaron la paz con Israel, lo cancelaron apenas lo hicieron: Egipto en 1979 y Jordania en 1994.
