Por Mario Stasi, presidente de Lycra
Las teorías de la conspiración no son nuevas y existen desde toda la eternidad, queríamos ver sombras invisibles detrás de la luz, queríamos creer y hacer creer que la única explicación de la realidad era la manipulación, a menudo por un grupo pequeño, quien se hubiera arrogado derechos sobre la Humanidad, agitando sus títeres y persiguiendo sus propios objetivos. Así.
Es cierto que las conspiraciones existen y la historia está llena de ellas. Pero también es cierto que son mucho menos numerosas que la fantasía gregaria de supuestas maquinaciones que se basan nada más que en la fértil imaginación de un pensamiento odioso, ávido de chivos expiatorios y voluntad de asustar . Hay momentos en que la conspiración florece como un prado en primavera y su polen pulula, en las mentes más sensibles, la paranoia desafiando la verdad de los hechos. El éxito del documental de conspiración Hold-Up da fe de ello.
En el momento que vivimos y esta crisis de salud sin precedentes, los seguidores de las teorías conspirativas se multiplican, drogados por redes sociales incontrolables e impulsados por la picardía de lo inverificable. En un momento en que la economía se paraliza, cuando estamos confinados, cuando el miedo al futuro es fuerte, cuando la violencia del terrorismo islamista es generalizada, donde estamos atravesando dificultades, tenemos el deber de vigilancia para prevenir opiniones. Todo no se hunde en la histeria colectiva que, y es una regla comprobada, siempre o casi siempre termina en antisemitismo. Este es el significado que le da en particular el Sapio Digital Campus y el video educativo a continuación que, esperamos, sea de utilidad para el mayor número de personas posible.
