Por la periodista de radio y televisión Blanca Rodríguez
Yo no conocí personalmente a José Jerozolimski, el fundador del Semanario Hebreo, “de bendita memoria”, como dice su hija, mi querida amiga Ana Jerozolimski cada vez que lo menciona. No lo conocí pero conocí y conozco uno de sus legados fundamentales, que es el semanario que está cumpliendo 60 años de vida. Este hombre fue un visionario para los objetivos que se proponía: crear un fuerte lazo más que entre dos países, tan distantes en la geografía, entre dos colectividades. Y digo “visionario” porque la forma que generó para hacerlo, fue a través de una de las herramientas más valiosas para cultivar valores, crear conciencia, generar opinión, conocer hechos y protagonistas: el periodismo. Confió en esta profesión, una de las columnas vertebrales de la institucionalidad democrática de un país, para hacerlo. Y así es que a través de todas las estrategias que el género permite, el semanario hebreo 60 años después y dirigido luego de su partida, por su hija Ana, sigue cumpliendo con aquellos objetivos. Herencias son herencias. Y ésta vaya si lo es.
Las entrevistas a figuras claves del quehacer de allá y de acá, las crónicas de episodios que marcan la realidad de allá y de acá, los análisis que permiten un acercamiento a circunstancias no siempre sencillas de comprender y compartir, y con los cuales obviamente se puede acordar o disentir. Los relatos de historias, que nos conmueven, nos alegran o nos indignan, depende de los hechos y los protagonistas, que de todo ello se componen nuestras realidades. Este periodismo que Ana ejerce con tanta pasión, (yo he sido testigo de sus corridas de los miércoles para el cierre) y, con esas estrategias señaladas es el que genera conocimiento para opinar, estímulo para indagar y discutir, deseos de saber más y sobre todo muestra cuán importante es esta profesión para generar ciudadanos informados en un mundo lleno de incertidumbre. Ciudadanos que busquen saber la verdad sobre los hechos, a veces la verdad es un puzzle que se va armando de a pedazos y de a poco, no siempre está toda junta en un mismo lugar, ese es un trabajo personal. Si lo sabremos los uruguayos y si lo sabrán las familias judías que no han dejado un solo día de buscar la suya. Y esto me lleva a otro gran tema del que el Semanario y el pueblo de Israel hacen un culto: la memoria. También hay siempre en sus páginas, un espacio para esa verdadera “pedagogía de la memoria” que hace el pueblo judío de Israel con su gente y su pasado, para la construcción de su presente y su futuro, y de la que tanto deberíamos aprender. Y sin duda lo sabía José Jerozolimski hace 60 años y lo saben Ana y su equipo hoy: el periodismo es la mejor herramienta para conocernos, para encontrarnos, para saber cómo somos. Lograr llevar adelante este proyecto durante sesenta años, haciendo un periodismo que une dos colectividades, no solo requiere coraje y asunción de riesgos permanentes, sino también la capacidad de encontrarse con lectores que lo valoren. Ese encuentro semanal es el que explica esta verdadera supervivencia. Lo dicho Don José: herencias son herencias, y la suya esta a buen resguardo.
¡Felicitaciones querida Ana!
Blanca Rodríguez es la conductora de Subrayado,
noticiero central de Canal 10, y co-conduce "Más temprano que tarde" en radio El Espectador
