Siempre sentí que los textos de prosa poética no eran mi estilo. En estos tiempos, me expreso en textos con formatos sin etiquetas definidas. Es una forma de encontrarme y de sentir que me atraviesa.
Camino por la Rambla de Pocitos.
“I see dead people”, estoy en “Sexto Sentido” con Bruce Wills.
Los personajes de mi vida son gente común.
Veo caminar hacia mí a Luisa de 80.
Pasaron 20 años.
Tenía la piel arrugada por el sol,
las manos ajadas por trabajar el huerto orgánico de su casa de Solís.
Recuerdo sus historias de viajes
en tren por Europa con un troll como todo equipaje.
Camino por la Rambla de Pocitos,
veo a Victoria, peleada con la vida, no con la repostería.
Hacía la mejor torta dobosch que comí en mi vida.
¿Dónde quedan las recetas de los que se van?
Imagino a mi tía por ahí con delivery propio de sus pizzas,
se ponía furiosa si yo no estaba cuando me la traía.
Pobre de mí, si insinuaba
que quería cenar pollo ese día.
Mis muertos me acompañan,
con sol o con lluvia.
Son viajes en la escalera de la vida,
voy y vengo como en los libros
donde el narrador empieza a contar el final
y termina con el principio.
No soy Brad Pitt en Benjamin Button,
no nací vieja y voy a morir bebé.
Mis fotos me muestran más joven a los 50 que a los 30.
Saqué la palabra “If” de mi vocabulario,
y acepto mi vida como se presenta.