Diversos rabinos , tantos del movimiento JABAD como rabinos jefes de comunidades enviados generalmente desde Israel a distintos puntos de Ucrania y los países vecinos ya años atrás, están desempeñando un papel singular en la actual conflagración armada: han preparado sus sinagogas y centros comunitarios para recibir a quienes huyen de zonas bombardeadas o simplemente temen hallarse bajo los proyectiles rusos.
En numerosas entrevistas realizadas emisoras de radio y televisión israelíes, distintos rabinos cuentan sobre los alimentos, combustible y colchones que han estado almacenando para cualquier eventualidad, estimando que lo que se hablaba en los medios no eran meros rumores sino el anticipo de lo que realmente se concretaría: una invasión rusa que alteraría la vida en Ucrania.
El Rabino Pinjas Zaltzman, rabino jefe de Moldavia, contó a la emisora Galei Tzahal que había recibido numerosos pedidos de ayuda, no sólo de israelíes y de judíos que lograban cruzar la frontera desde Ucrania, sino también de no judíos, como por ejemplo “de la Iglesia católica en Polonia”. No dio detalles ni especificó , pero dejó en claro: “Yo proclamo aquí públicamente, que nadie que toque a nuestra puerta se quedará sin recibir ayuda”.
En una entrevista por zoom desde Kiev, capital de Ucrania, el rabino Jonathan Markovitck y su esposa Inna, emisarios de Jabad, contaron que se prepararon a tiempo y tienen toneladas de alimentos en su sinagoga. “Estamos prontos para lo necesario pero al mismo tiempo tenemos miedo que nos asalten porque saben que aquí hay mucha comida”, comentó el rabino. Su esposa, confirmando que hay razones para tener miedo, señaló que “si alguien toca a la puerta, recibirá comida, pero no dejaremos entrar a quien no conocemos, porque no podemos saber qué puede pasar”.
Los Markovitch recalcaron que no han sufrido nunca problemas de antisemitismo en Ucrania y que cuando se registró algún incidente las autoridades reaccionaron con gran firmeza. “El problema es que cuando las cosas van mal, hay una tendencia humana a acusar a otros, y hay que estar atentos”, declaró el Rabino.
El papel que numerosos rabinos están jugando actualmente desde sus comunidades, es clave más allá de ellas. Inspiran liderazgo y guía espiritual, pero también actúan en forma práctica y muy organizada, como líderes comunitarios previsores.
“Aquí no tenemos refugio, pero la comunidad puede venir, y al menos estaremos juntos”, declaró el rabino Markovitch.
Una figura especialmente singular en este escenario es el rabino Shlomo Baksht, que años atrás creó tres orfanatos en Odessa para salvar a niños judíos huérfanos, a algunos de los cuales logró inclusive sacar de la calle. Hoy son 250 los niños, para los que el rabino es la figura central. Está absolutamente abocado a esta misión y este jueves contó en la radio israelí que quería intentar evacuar a los niños pero desistió ya que no logró encontrar un lugar seguro. “No tiene sentido mover a los niños de un lugar bombardeado a otro que también lo será", declaró.
Baksht, nacido en Israel, vive en Ucrania desde 1994.
