Tal como lo exige la ley constitutiva de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo ( Ley N° 18.446, del 24 de diciembre del 2008) en los incisos relativos al tipo de cargos o funciones públicas que sus miembros electos no pueden desempeñar cuando ya asumen, el Cr. Marcos Israel ha renunciado a la presidencia del Comité Central Israelita del Uruguay. Este miércoles había dicho que lo haría, en el reportaje concedido al periodista Leonardo Luzzi, presentador del noticiero de Canal 5, en el marco de “La Entrevista”. Y este viernes, ya lo notificó a sus compañeros de la Mesa Directiva del CCIU y de la actividad comunitaria en general.
Momentos como estos marcan hitos en la vida de un país y muy especialmente de una comunidad.
Marcos Israel dimitió como presidente de la institución que representa oficialmente a la colectividad judía uruguaya ante las autoridades y la sociedad civil, para asumir una responsabilidad de alcance nacional. Sin olvidar que la necesidad de la existencia misma de la INDDHH fue cuestionada en diversas ocasiones, también recientemente, es indudable que se trata de una institución creada en pro de la ciudadanía toda, para servir al ciudadano y garantizar que se respeten los derechos de todos. El concepto de Derechos Humanos va mucho más allá de la discusión sobre la historia reciente-que no ha terminado- y va íntimamente ligado a la segunda parte del nombre de esta instancia, que se menciona menos pero es parte integral de la misma también por su esencia: Defensoría del Pueblo.
Que un uruguayo que es miembro tan notorio de la colectividad judía, al punto que encabezó su institución más representativa, sea electo a una entidad de alcance nacional de esa naturaleza, es un orgullo para él en lo personal, pero también para la colectividad judía.Y para Uruguay.
Claro está que ciudadanos uruguayos judíos han estado siempre en la actividad pública a distintos niveles, también en la política, en distintos partidos. Si bien en general se trató de personas cuya identidad era clara, no necesariamente tenían un trasfondo de actividad comunitaria o vínculo activo con la institucionalidad de la colectividad judía. Pero hubo casos en los que sí, como lo fue el Senador Nahum Bergstein, de bendita memoria. Y nos disculpamos si se nos escapan en este momento otros ejemplos importantes.
El caso de Marcos Israel resalta porque fue electo mientras se estaba desempeñando como Presidente del Comité Central Israelita, una responsabilidad pública comunitaria que resultaba abiertamente su primera carta de presentación.
Esto, a nuestro criterio, debe ser resaltado.
La elección de Marcos Israel como uno de los 5 nuevos directivos de la INDDHH nos hizo recordar una frase que nos dijo una vez nuestro colega Sergio Gorzy en una de las entrevistas que le realizamos en relación a su función, años atrás, como presidente del Comité Central Israelita. Comentaba que es muy cierto que los judíos uruguayos debemos estar agradecidos hacia nuestro país por las puertas abiertas que permitieron a nuestros abuelos-así como a inmigrantes de tantos otros grupos, credos y procedencias- iniciar en Uruguay una nueva vida, digna y en libertad. Eso no lo debemos olvidar nunca. Pero hace rato que pasamos la etapa del agradecimiento. Somos ciudadanos como todos, que aportamos al país y su desarrollo desde las distintas áreas del quehacer nacional, tan uruguayos como los de apellidos criollos y costumbre distintas.
Con este pensamiento de fondo, auguramos a Marcos Israel éxito en su nueva misión junto a los otros cuatro directores- Ximena Fernández, Carmen Rodríguez, Bernardo Legnani y Wilder Tayler- en pro de todo el Uruguay.
Y al hasta ahora Vicepresidente del Comité Central Israelita Gerardo Stuczynski, que asume naturalmente la presidencia, los mejores deseos en su gestión en representación de la colectividad judía uruguaya.
