Por Sara Winkowski
El Ejecutivo del Congreso Judío Mundial se reunió en Roma los días 21 y 22 de noviembre en una reunión única y que constituye un hito para los judíos. La reunión comenzó el lunes por la noche en la histórica “Gran Sinagoga de Roma” construida en 1904, que también alberga al Museo Judío de la ciudad, y donde se puede ver el edicto de la Edad Media con medidas opresivas contra los judíos, incluyendo una variedad de prohibiciones, diseñado para condenar a los judíos a la miseria, privándolos de los medios de sustento y negándoles el ejercicio de todas las profesiones.
Posteriormente cenamos en el Gueto Judío.
Al día siguiente nos reunimos en nuestra primera sesión en el Aula Pablo VI, donde los obispos suelen realizar los sínodos; y luego con el Papa Francisco en el Palacio Apostólico. Después,y por primera vez en 2000 años, con nuestra presencia, se hizo historia: una organización judía se reunió en una sesión en el lugar, recibiendo un almuerzo kosher en el Vaticano.
Durante la reunión y luego de varios meses de trabajo, el CJM hizo el lanzamiento de la declaración “Kishreinu” (una palabra hebrea que significa nuestro vínculo), una hoja de ruta para las futuras relaciones entre judíos y cristianos, y como respuesta judía a Nostra Aetate, firmada en el Concilio Vaticano II, que reconsideró las relaciones entre la Iglesia católica y las denominaciones religiosas no cristianas, especialmente el judaísmo.
Nostra Aetate aniquiló la acusación colectiva de Deicidio contra el pueblo judío, reconoció el origen judío de los padres de la Iglesia y de la Virgen María, reivindicó el Antiguo Testamento y “reprobó” la persecución de los judíos.
El Papa Francisco manifestó que: “A la luz de la herencia religiosa que compartimos, consideremos el presente como un desafío que nos une, como un incentivo para actuar juntos. Nuestras dos comunidades de fe tienen encomendada la tarea de trabajar para que el mundo sea más fraterno, combatiendo las formas de desigualdad y promoviendo una mayor justicia, para que la paz no se quede en una promesa, sino que se convierta en una realidad presente en nuestro mundo”.
El presidente del Congreso Judío Mundial Ronald Lauder, agradeció a la Iglesia Católica y declaró: “No lo ignoramos. No olvidamos. Pero miramos hacia adelante, juntos. Y qué podría ser mejor para todos los hijos de Dios para vivir juntos en paz, armonía y en la casa del señor, para siempre”,
Claudio Epelman, comisionado de Relaciones Interreligiosas del CJM, dijo: “Cientos de líderes judíos de todo el mundo están iniciando un proceso que cambiará la forma en que judíos y cristianos se relacionan y comparten su vida cotidiana en donde viven. Agradecemos al Papa Francisco por el invaluable gesto simbólico de ser nuestro anfitrión aquí hoy, y estamos seguros de que trabajando juntos, crearemos un futuro mejor para todos”.
En momentos en que el antisemitismo y sus diversas manifestaciones crecen en el mundo, ya sean teorías conspirativas, alusiones maliciosas al 'lobby judío', expresiones deslegitimadoras del Estado de Israel, ataques a instituciones y personalidades judías, terrorismo y las constantes declaraciones del régimen iraní de “destruir el Estado de Israel”, la colaboración entre la Iglesia Católica y el Pueblo Judío es un faro en la oscuridad.
Esto ha sido realmente un hito, en la historia judía.
El Consejo Internacional de Mujeres Judías (ICJW en su sigla inglesa) fue una de las dos únicas ONG participantes, junto con delegados de más de 50 países. Quiero agradecer a al ICJW por la oportunidad de ser parte de tan histórico encuentro.
