Por Ariel Grossman
Fuente: nocamels.com
Una función recientemente descubierta de una proteína espermática puede ayudar a diagnosticar y tratar problemas de fertilidad humana.
También puede conducir al desarrollo de formas más sofisticadas de anticoncepción, como la píldora anticonceptiva masculina.
La proteína espermática IZUMO1 se une a las células sexuales y juega un papel esencial en la fusión de las células para permitir el intercambio de material genético y, en última instancia, la creación del cigoto.
Una nueva investigación ha encontrado que una vez que se ha producido la unión, la proteína del esperma también actúa como un fusógeno, lo que significa que fusiona las membranas de los espermatozoides y los óvulos al intercambiar y combinar su ADN respectivo en un solo núcleo.
Se descubrió que sus funciones de unión y fusión tienen lugar en diferentes regiones de la proteína, lo que significa que pueden aislarse potencialmente para abordar problemas de fertilización específicos. Esto puede abrir la puerta a tratamientos y diagnósticos de fertilidad más personalizados y personalizados.
La función recién descubierta de la proteína espermática también puede abrir la puerta a nuevos enfoques para los anticonceptivos orales masculinos de próxima generación que interrumpen temporalmente las capacidades de unión y/o fusión de la proteína espermática.
Es la primera proteína de este tipo que se designa como fusógeno en la reproducción de mamíferos. Los investigadores descubrieron esto utilizando esperma y óvulos de ratones y células renales en cultivo.
El estudio fue realizado por investigadores del Technion en Haifa, en colaboración con investigadores de las universidades de Nagoya y Tokio en Japón.
La proteína IZUMO1 se descubrió por primera vez en 2005 como fundamental para la unión de las células sexuales. Lleva el nombre de uno de los santuarios más sagrados de Japón, el Izumo Ōyashiro, que está dedicado al matrimonio.
La investigación fue publicada en The Journal of Cell Biology.
