Este artículo fue escrito conjuntamente por 5 jóvenes que están participando actualmente en los cursos del Majon de Madrijim, o sea el instituto de liderazgo de los movimientos juveniles, en Jerusalem. Cuatro de ellos son uruguayos y uno es argentino. Les agradecemos su valioso aporte.
Constantemente vemos en las redes sociales de activistas pro-palestinos, los ataques persistentes al Estado de Israel, llamándolo estado apartheid, ocupante e incluso comparando al sionismo, el movimiento de liberación nacional judío, con el nazismo, que representa lo peor de la humanidad.
Sin embargo, habiendo vivido ya 4 meses en Israel, nos es evidente que esto no puede estar más alejado de la realidad. Día a día, observamos la coexistencia entre árabes y judíos en Israel, como ciudadanos de pleno derecho. Sumado a esto, decenas de miles de árabes palestinos, dependientes de la Autoridad Nacional Palestina, trabajan en territorio israelí. Los cruces de frontera son testigos de los miles de palestinos que retornan a sus casas, tras una jornada laboral digna en Israel, e incluso, cuando Israel ha realizado una operación antiterrorista en Gaza, los ciudadanos palestinos seguían entrando al país para conseguir sustento. Es de esta forma que nos preguntamos, ¿no es contradictorio llamar a Israel de apartheid cuando tantos palestinos pueden lograr todo esto en Israel?
La mayoría de los activistas que apoyan la causa palestina, argumentan que en Israel se transgreden los derechos humanos de los palestinos. Sin embargo, esto se aleja de la realidad, e incluso, en los territorios gobernados por la Autoridad Palestina, estos derechos son constantemente violados en distintos niveles. Vemos hipocresía en creer defender los derechos del pueblo palestino, siendo cómplices de las violaciones y abuso de su propio gobierno dictatorial.
Hipócritas.
Eligen obviar que todas las condiciones de tránsito entre el Estado de Israel y los territorios controlados por la Autoridad Palestina fueron acordadas por ambas partes, y se sustentan en la firma de Yasser Arafat en 1994. Sin embargo, esta es una de las causas por la que Israel es criticado internacionalmente, lo cual carece de toda seriedad discursiva. Para Israel, la estabilidad económica de las familias palestinas es en sí una victoria, las tasas de terrorismo bajan cuando la economía en los territorios palestinos es estable, y mientras más trabajadores palestinos consiguen permiso de trabajo en Israel, menos civiles caen en la tentación del terrorismo recompensado por la Autoridad Palestina.
La Autoridad Palestina recompensa a los civiles palestinos que toman la acción de perpetrar atentados terroristas contra población israeli. Les pagan mensualmente, sea a los presos como a las familias de los terroristas que murieron matando. ¿Cómo supuestos defensores de los derechos humanos pueden callar ante eso?
Y eso no es todo, la comunidad LGBTI+ en los territorios palestinos, vive en constante represión, que incluso los puede llevar a la muerte. Mientras ahí pasa esto, ¿Qué ocurre en Israel?
Tel Aviv, es considerada una de las ciudades con mayor libertad de derechos para las personas de esta colectividad. Incluso al caminar por la rambla en esta ciudad, pudimos apreciar la cantidad de banderas LGBTI colgadas en terrazas, ventanas y mostradores.
De esta forma es que nosotros cuestionamos la inmensa hipocresía entre los activistas que dicen estar a favor del pueblo palestino. Toda persona que defiende la causa palestina con este solo argumento, se contradice a sí mismo, haciéndonos dudar si realmente buscan el bienestar del pueblo palestino, o si simplemente tienen un resentimiento específico hacia el pueblo judío, el cual maquillan con el nombre de antisionismo.
