Un encuentro de agradecimiento a quienes nos salvaron la vida

Quienes vivimos en la frontera con la Franja de Gaza, conocíamos, hasta el 7 de octubre,  la existencia de un sistema de defensa de la frontera que incluía elementos electrónicos y fuerzas militares dispersas a lo largo del muro de defensa, pero no sabiamos con detalle su distribución en la zona.  Mi kibutz, Nir Itzjak se encuentra a menos de 4 km de la frontera con Gaza y es vecino cercano de los kibutzim Sufá y Jolit.

El Sábado Negro, el grupo terrrorista Hamás logró sorprender, el sistema de defensa colapsó y pocas fueron las fuerzas que pudieron dar respuesta efectiva al ataque, por lo cual miles de terroristas entraron a  Israel.

El pasado miércoles 24 de abril conocimos al equipo del tanque que estaba apostado entre Nir Itzjak y Sufá y que tenía como misión custodiar la zona, o sea que nos encontramos con cuatro jóvenes soldados que lucharon contra decenas de terroristas para impedir que llegaran a la población civil.

Llegamos al kibutz, que está casi deshabitado desde ese trágico día. La mayoría vino desde el kibutz Eilon,donde se encuentra el 80 por ciento de la comunidad y otros desde distintos puntos del país, todos con la misma meta, demostrarles a los soldados nuestro agradecimiento, encontrarnos con ellos, escuchar lo que sucedió ese sábado de octubre que se convirtió en un sábado negro.

El encuentro con los tanquistas y con esa parte de la historia que es nuestra y no conocíamos estuvo lleno de emociones,  por el relato sobre lo sucedido, por poder conocerlos y agradecerles personalmente y porque por primera vez desde el 7 de octubre tantos miembros del kibutz estábamos juntos en el comedor comunal luego de 6 meses y medio.

Hubo muchas lágrimas, abrazos, aplausos, agradecimiento  y tristeza por todos los que ya no están.

Ido Biton (Comandante del tanque), Nitzan Jaimowitz (artillero), Idan Bez (conductor) y Eliá Malka (cargador de arillería) estaban de guardia y apenas sonaron las alarmas subieron al tanque y minutos después estaban luchando  contra cientos de terroristas en camionetas y a pie que entraron desde la cerca divisoria rumbo a los kibutzim Nir Iitzhak, Sufá y Jolit. 

Quien dió la orden a los tanquistas de pasar a "modo de guerra"  fue el Mayor Roy Chapel (z"l).

Roy se desempeñó como comandante de la Compañía Orev en la Brigada Nahal. En medio de la gran batalla que tuvo lugar en el puesto del ejército frente a kibutz Sufá, el equipo del tanque se enfrentó a un dilema:  dirigirse al puesto militar o  quedarse en su lugar.  Fue Roy quien les dió la orden: "quédense y luchen por los civiles en los kibutzim, destruyan toda amenaza".

Recién 6 meses después escuchamos también su historia y nos conmovimos profundamente. A él ya no pdremos agradecerle, ni abrazarlo, pero sin duda quedará también en nuestros corazones.

La historia de ese día en Nir Yitzjak está compuesta por muchas historias que de a poco vamos descubriendo y con ellas armando así el triste rompecabezas de ese sábado.

Este es el discurso de agradecimiento que escribí en nombre de los miembros del kibutz al equipo del tanque:

¡Queridos soldados, nuestros tanquistas campeones!

El sábado negro del 7 de octubre,  nuestros destinos se cruzaron en la encrucijada de la vida sin que lo supiéramos

Hay momentos en que las personas aparecen en nuestras vidas exactamente en el lugar y momento correctos. En el cumplimiento de vuestra misión, estuvieron en el momento y lugar adecuados para nosotros ese día, logrando  evitar que decenas de terroristas ingresaran a los barrios occidentales del kibutz y cometieran más crímenes cruentos con nuestro kibutz como víctima.

Ese día, mientras estábamos encerrados en los cuartos de seguridad de nuestras casas y siguiendo los acontecimientos a través del grupo de WhatsApp del kibutz, no sabíamos que los terroristas no venían a nuestros barrios porque había un  tanque que nos estaba protegiendo, de eso nos enteramos más tarde y nos seguimos enterando hoy.

Cientos de personas de todas las edades, encerrados, esperábamos lo peor de todo.

Fue un día que definitivamente cambió nuestra vida personal y comunitaria y supongo que también la de ustedes.

Como madre de una ex instructora de tanquistas, y aunque personalmente no sé diferenciar entre un tipo de tanque Merkavá 3 ó 4, sí sé que recibieron un buen entrenamiento y pudieron cumplir con la tarea de la mejor manera posible y nosotros somos prueba viviente de ese éxito. ¡Muy  bien hecho!

En el monumento de Dangur,  que está ubicado frente a la base del ejército junto a Kibutz Sufá,  hay una inscripción que reza: "No ganará el tanque, sino el hombre".

Esta inscripción es de la Guerra de Independencia de 1948, cuando los jóvenes miembros del Kibutz Nirim (que en ese momento estaba ubicado allí), lucharon valientemente contra los tanques egipcios. Esta frase estaba escrita en un cartel colgado en la única pared que sobrevivió la lucha, en el comedor del kibutz, y fue plasmado en la pared del monumento.

Esta vez estoy feliz de que el tanque haya derrotado a los terroristas y que haya una comunidad aquí que se salvó gracias a ustedes.

Este es también el momento de recordar a los miembros del equipo de seguridad del kibutz que salieron a protegernos y dieron sus vidas por nosotros mientras las Fuerzas de Defensa de Israel  no llegaban , así como también a los compañeros que todavía están en cautiverio del Hamás hace ya 201 días.

Es muy emocionante estar hoy aquí con ustedes, verlos y agradecerles  personalmente y desde lo profundo de nuestro corazón.

Espero que en unos años, cuando vengan a visitar nuestra zona, a tomar fotografías en los campos, vean cómo hemos florecido y cuán fuertes somos. Y recuerden que ustedes son también parte de nuestra historia.

¡Gracias! En nombre de la comunidad de Nir Yitzhak