El cruento incidente en iglesia Sagrada Familia en la ciudad de Gaza, en el que murieron cuatro personas y casi una decena resultaron heridas-entre ellos el párroco argentino Gabriel Romanelli- fue producto de la caída de fragmentos de un proyectil disparado durante un operativo, que impactó por error en la iglesia.
Así lo indica una investigación preliminar que llevó a cabo el ejército israelí, aclarando que continúa investigando el tema.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel atacan exclusivamente blancos militares y hace todos los esfuerzos posibles por reducir al mínimo el daño a civiles y a estructuras religiosas”, dice el comunicado oficial, que también expresa “pesar por cualquier daño no intencional causado al lugar”.
También el Primer Ministro Biniamin Netanyahu expresó su pesar por lo ocurrido, diciendo que “una munición desviada” es lo que impactó en la Sagrada Familia. “Cada pérdida de una vida inocente es una tragedia. Compartimos el dolor de las familias y de los fieles”, señaló. Agradeció además al Papa León por “sus palabras de consuelo”.
Netanyahu recalcó que “Israel se mantiene comprometido con la protección de civiles y de sitios religiosos”.
Y AHORA, UN COMENTARIO
Más allá de compartir los comentarios oficiales sobre el complejo incidente en el que hubo muertos, heridos y daños en la iglesia, consideramos importante hacer unos comentarios.
Lo sucedido es ante todo lamentable para las víctimas mortales y la comunidad de la Sagrada Familia y al mismo tiempo terrible desde el punto de vista de imagen para Israel. No es fácil explicar una situación de este tipo, aunque quien entiende de temas militares y de las características de una guerra contra el terrorismo, tiene claro que estas situaciones pueden ocurrir.
Lo clave aquí, además de realizar una investigación concienzuda, es dejar en claro que esto fue un error y que Israel no bombardeó la iglesia ni quiso atacarla. Si lo hubiera hecho, el lugar habría quedado destruido. Y es notorio que los daños físicos al edificio muestran otra cosa.
Claro que cuando hay muertos y heridos, entre ellos inclusive un sacerdote, todo lo demás pasa a segundo plano. Pero en una situación en la que Israel tuvo que responder a la declaración de guerra de Hamas con la masacre del 7 de octubre del 2023, es importante poner las cosas en contexto. Quienes usan centros de oración y Fe como arma en la guerra, son los terroristas que escondieron armas y cohetes en mezquitas a lo largo y ancho de Gaza. Israel nunca actuó de esa forma. Tampoco este jueves quiso atacar a la iglesia. Confiamos en que los fieles de la Sagrada Familia lo sepan, aunque ahora lo central para ellos es que están embargados naturalmente por el dolor.
